viernes, 13 de diciembre de 2013

Hombres fuera de juego


LA VANGUARDIA, Tendencias. Sábado, 14 de diciembre de 2013

Para muchos varones la crisis actual ha supuesto la pérdida de su rol de sustentadores principales de la familia y los ha confrontado a diversos interrogantes sobre su condición de homo faber, que ha dejado de controlar su entorno al verse privado de su capital principal. Estudios recientes confirman el aumento de problemas de salud mental referentes a cuadros depresivos, ansiedad o consumo de alcohol que afectaría principalmente al colectivo de personas en paro.
Estos “hombres al sol” nos hablan de sus sentimientos de soledad y de impotencia, asociados a crisis en las relaciones de pareja y al hecho de sentirse desautorizados como padres a causa de su improductividad. Sentimientos de inutilidad que nos confirman que hoy la obsolencia programada no afecta sólo a los objetos, también a las personas que son evacuadas como desperdicios, resto que queda afuera del sistema productivo.
Ellos constituyen el nuevo real social, la llamada nueva pobreza. Ya no son el ejército de reserva tradicional que, aunque en precario, formaban parte del sistema, ahora se perciben claramente fuera de juego. “Vivo la vida por anticipado” es la manera que tiene C. de explicar cómo su existencia depende del crédito mensual de su tarjeta.
Buscar respuestas a estas crisis de ocupación, de pareja y de parentalidad implica partir de sus potencialidades y deseos para transformar eso que se presenta como un conflicto en una solución que incluya al otro -pareja, hijos, profesionales de apoyo- generando y compartiendo ideas juntos (Sennett).
Un taller concebido como un  lugar de encuentro y de palabra, donde cada uno con sus herramientas construye una nueva manera de estar y de hacer, es una oportunidad para exponer esas “invenciones”, compartirlas con otros hombres y resignificar así su nuevo rol como padres y hombres.
Hablar, por ejemplo, de ese sentimiento recurrente de infantilización que experimentan en relación a sus parejas: “nos tratan como niños y supervisan todo lo que hacemos mal en casa y con los hijos”. Hablarlo para salirse de esa posición infantil y permitir con la pareja otro vínculo que no sea de maternaje, y que ponga en juego el deseo, eso que para cada uno, hombre y mujer, está más allá de los cuidados. O pensar juntos en el significado actual de la función paterna, evitando tanto la nostalgia de la autoridad ideal que nunca existió como las tiranías del consumo que hacen del padre-proveedor un anestésico para el malestar infantojuvenil.
“Encontrar apoyo moral, psicológico, profundizar en cómo está cada uno, habernos conocido, sacarse el susto de la crisis, rebajar la tensión en casa, mejorar las relaciones de pareja, sentirte acompañado con otros, tener más potencia para buscar trabajo,..” valoraciones que reflejan cómo este tipo de iniciativas, cada vez más frecuentes, son una respuesta necesaria para devolver a estos “sujetos desahuciados” el valor y la dignidad que les corresponde y de la que se sienten despojados a causa del paro y de las amenazas de ruina y exclusión.