jueves, 9 de julio de 2015

TODOS SOMOS TDAH







La medicalización en la infancia


El tiempo hiperactivo es el tiempo de la sociedad del rendimiento donde todo el mundo obedece al imperativo de optimizar su cuenta de resultados. Para ello el cuerpo, como principal activo, debe funcionar a pleno rendimiento. Recientemente supimos que el  80% de los casos de doping en el fútbol americano (NFL) es por consumo de ADDERALL, anfetamina de moda y que ya su nombre indica su amplio éxito: ADD for ALL: todos hiperactivos.

Pero no sólo en el deporte se busca la excelencia, también en el mundo de los negocios donde la moda, entre los jóvenes brookers de Wall Street es la ingesta de psicoestimulantes para ser más productivos: metilfenidato o las anfetaminas. En los dos casos se trata de medicamentos prescritos inicialmente para el TDAH.

El periodista del New York Times Alan Schwarz [1] nos dice que en las entrevistas que mantuvo para la realización de su reportaje decenas de personas, de un amplio espectro de profesiones, dijeron que ellos y sus compañeros de trabajo abusaban de estimulantes como Adderall, Vyvanse y Concerta para mejorar el rendimiento de trabajo. La mayoría hablaba con la condición de guardar el anonimato por temor a perder sus puestos de trabajo o el acceso a la medicación.

Jóvenes profesionales, entre 25-45 años los toman para no perder comba en su rendimiento. Como declara una de las entrevistadas, Elisabeth: “no tomar Adderall, mientras que los competidores lo hacen sería como jugar al tenis con una raqueta de madera”. Es el mismo argumento que utilizan muchos padres para exigir que sus hijos sean diagnosticados de TDAH y medicados con psicoestimulantes para no verse perjudicados en el rendimiento académico frente a otros alumnos que los consumen.

La mayoría de los entrevistados dijeron haber recibido las píldoras, fingiendo síntomas de TDAH, de médicos que los prescriben alegremente. Un informe de 2013 de la FDA encontró que las visitas a urgencias relacionadas con el uso no médico de los estimulantes entre los adultos (18 a 34 años) se triplicó desde 2005 hasta 2011 llegando a casi 23.000 casos y los ingresos en centros de rehabilitación por abuso de sustancias estimulantes aumentaron un 15 por ciento respecto al período anterior de tres años.

Un dentista de Pennsylvania no duda en prescribirse a sí misma Adderall y otros estimulantes durante años porque así “puedo ver 15 pacientes al día en lugar de 12”. O Lisa de Indiana, madre y ama de casa de tres hijos, que abusó de Adderall para cumplir mejor sus obligaciones maternales y domésticas.


El Dr. Anjan K. Chatterjee, jefe de servicio de neurología en el Hospital de Pensilvania admite que incluso sin datos concluyentes, el mal uso de los psicoestimulantes va en aumento: "Los niños que los han estado utilizando en la escuela secundaria y la universidad, lo consideran ya como algo normal para ellos, y luego no resulta ningún problema cuando empiezan a trabajar."
En la actualidad, la medicación se considera como la modalidad de tratamiento predominante, a pesar de que las guías NICE recomiendan en primera opción la implementación de intervenciones psicológicas. Estas son las conclusiones del estudio “Medicalización de la infancia en el campo del TDAH” (Medicalization of Childhood - ADHD strand), llevado a cabo de forma conjunta por el Instituto de Educación de la University College London (Reino Unido) y la División de Psicología Educativa e Infantil (Division of Educational and Child Psychology-DECP) de la Sociedad Británica de Psicología (BPS-British Psychological Society)[2].

Según la directora del estudio, Vivian Hill: "Es muy alarmante descubrir que los niños terriblemente jóvenes que a menudo no han tenido acceso a los tratamientos alternativos se están poniendo bajo medicación. Trabajar con un niño o un joven y sus familias durante un periodo de tiempo puede resultar  mucho más costoso, pero es mucho más seguro y probable que se obtengan resultados mejores. El impacto de la medicación es a corto plazo. Esto no va a marcar la diferencia a largo plazo".

Estos abusos no son ajenos al paradigma de la cronicidad que parece imponerse en el tratamiento del malestar en la infancia, cada vez más precozmente medicalizada como recogen estos datos recientes tanto en Europa como en EEUU y también en nuestro país.



[1]Workers Seeking Productivity in a Pill Are Abusing A.D.H.D. Drugs”. New York Times, April 18, 2015. http://www.nytimes.com/2015/04/19/us/workers-seeking-productivity-in-a-pill-are-abusing-adhd-drugs.html