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sábado, 5 de marzo de 2022

Psicoanálisis del confinamiento: ¿qué nos pasó?

 


Diario Reforma, Cd. de México (27 febrero 2022).- 

Para el psicoanalista José Ramón Ubieto, (Huesca, España), autor del libro El mundo pos-Covid: Entre la presencia y lo virtual, la pandemia ha agravado todas las brechas en la sociedad: sociopolítica, digital, de género... y ha creado otra, la corporal, que divide a la población entre los trabajadores esenciales, como personal de salud, policías y transportistas, y los que pueden refugiarse en el teletrabajo.

LEER ENTREVISTA

viernes, 22 de mayo de 2020

La ‘fatiga Zoom’, un nuevo cansancio





The Conversation, viernes 22/5/2020
  
El confinamiento nos ha traído una nueva y paradójica modalidad de cansancio: la fatiga de las videollamadas. Paradójica porque, a pesar de que ahora los cuerpos no se desplazan por pasillos de metro, calles abarrotadas o atascos interminables, terminan el día, sin embargo, más agotados que antes.

Cuerpos atrapados en las pantallas
La primera razón parece obvia: si no circulan libremente es porque están atrapados entre la incertidumbre y el miedo, la angustia y la pesadumbre. El cansancio es uno de los signos clásicos del afecto depresivo, junto a otros como la tristeza, el lloro o la falta de ganas (apetito, sexual, placer…).
Pero hay otras razones derivadas específicamente del uso de la tecnología. Las salas virtuales donde “nos reunimos” por videollamada con colegas, pacientes, amigos o familiares dislocan la imagen y el cuerpo. En las pantallas aparece a la vista de todos nuestra imagen, sí, pero más fija y rígida que de costumbre, a veces incluso temporalmente congelada. Mientras que en la intimidad (familiar) tenemos el cuerpo.


miércoles, 17 de mayo de 2017

¿Que empuja al abismo a los adolescentes? Nuevos ritos de paso







Adolescencias del S.XXI: nuevos ritos de paso
José R. Ubieto

La Vanguardia, lunes 15 de mayo de 2017



Nadie sale de la adolescencia sin superar unas pruebas. Son los ritos de paso que implican siempre tres momentos. Primero hay que salir de lo familiar, abandonar los juguetes infantiles para encontrar otros modos de satisfacción, más acordes con el nuevo cuerpo, ahora ya púber y sexualizado. En algunas culturas esto suponía dejar la tribu e irse lejos. En otras, pasar de la autoridad del padre a la del maestro o patrón, en calidad de aprendices. Y hasta hace unas décadas la mili, para los varones, o el servicio fuera de casa, para las mujeres, servían también de ritos de paso.

Hoy las cosas son diferentes, la adolescencia se alarga y la sociedad no ofrece ritos pautados. En la cultura del Do it yourself cada uno se las apaña para inventárselos. El popular interrail, al termino del bachiller, el Erasmus, los años sabáticos en el extranjero o las fugas temporales parecen cumplir con esa función de alejamiento de lo familiar.

El segundo tiempo del rito es la exposición a pruebas que verifique la capacidad del chico/a para hacerse adulto y le permita habitar ese cuerpo “rebelde” que no deja de emitir signos extraños (excitaciones, malestar) para los que no tiene respuestas claras. Las pruebas hoy