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martes, 6 de noviembre de 2018

Diferentes sufrimientos, un sólo nombre: TDAH. Entrevista a José Ramón Ubieto.



Revista A Posteriori, Número 2. Noviembre de 2018

Cuando pienso en TDAH es para mi inevitable pensar en infancias y me gustaría saber, ¿cómo definirías la infancia? 

José Ramón: Bueno, cada época tiene su infancia porque la infancia como tal no existe. La infancia del Siglo XXI la miramos de otra manera, la miramos quizá con una idea de que los niños deberían ser como nosotros. Antes los niños eran una proyección de un ideal, uno esperaba que los niños llegasen a ser algo más que los padres, había un horizonte y uno caminaba hacia ese horizonte guiado por el ideal y ahora, más bien, de la infancia, lo que queremos es que responda ya, de manera inmediata a un programa que es un programa básicamente de satisfacción, un programa de goce, de que rápidamente se conecten, se hiperactiven, se hipersexualicen, hiperconsuman y, en ese sentido, estamos quitándoles algo que Freud definía como muy importante: la espera necesaria, el tiempo para comprender cómo se hace uno mayor. Este es el momento actual, la colonización de los adultos, sobre la infancia..

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lunes, 18 de diciembre de 2017

Neuroidentidades (TDAH)




“Ser un TDAH” admite hoy muchas lecturas. Para algunos sustituye el viejo calificativo de “movido o inquieto”. Para otros es la evidencia misma de una enfermedad, de un trastorno del neurodesarrollo que, si bien es indemostrable por la ausencia de marcadores claros –lo que no ha impedido la proliferación de estudios falseados-, su causa última no admite dudas. Para otros es un significante amo a partir del cual declinar, en su lengua, un nombre sintomático.

Inicialmente nombraba algo del real que agitaba esos cuerpos hiperactivos e impulsivos, y se acompañaba de la prescripción de psicoestimulantes que, curiosamente, se focalizaban sobre todo en las dificultades de atención.

La denuncia continuada, por parte de profesionales y opinadores, de la hipermedicación y el sobrediagnóstico, forzaron un cambio de paradigma en la presentación del trastorno[i]. La identidad TDAH aparecía cada vez más con una connotación negativa, un estigma que, sin embargo, conservaba algo de la subjetividad en juego (hiperactivos, impulsivos, despistados).

Para reducirlo se inventaron respuestas

viernes, 2 de diciembre de 2016

“TDAH: ¿una “solución” real de 4 letras?”






Intervención en la Jornada "EL TDAH A DEBATE". Barcelona, Col·legi de Metges.1 diciembre de 2016

“TDAH: ¿una “solución” real de 4 letras?”
Quisiera contribuir al interesante debate de esta jornada con una primera reflexión sobre el uso, a mi juicio excesivamente generalizado del término TDAH. Muchos autores se han referido a ello, incluyendo algunas expresiones como “epidemia”. Yo quiero citar al Dr. Conners, uno de los investigadores y clínicos del TDAH más reconocido mundialmente. Lo conocen además por sus escalas utilizadas en el diagnóstico del TDAH. Hace unos meses señaló, en una entrevista para el New York Times, que el número de niños en los EEUU, diagnosticados con TDAH, se había elevado a 3,5 millones, frente a los 600.000 detectados en 1990. Él mismo calificó estas cifras de "un desastre nacional de proporciones peligrosas”[1]. Hay que decir que el trastorno es ahora en ese país, el segundo diagnóstico más frecuente a largo plazo realizado en niños, muy cerca ya del asma.

Pero además vemos como ese uso avanza cada día y en todas las edades, tanto por abajo como por arriba. Parece no tener límites.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Jornada de Debate sobre el TDAH



La Sección Colegial de Psiquiatras del Colegio de Médicos de Barcelona (COMB) ante la polémica suscitada en el ámbito de la salud mental y raíz un documento del Síndic de Greuges en el que s'esperona los colegios profesionales a aixemplar el debate en torno la atención al TDAH, ha creído conveniente hacer una Jornada específica dedicada a esta temática.

Considera que tanto en este trastorno como en otras alteraciones de la salud, puede haber una tendencia favorecida por la creciente especialización y por otros factores, a hacer una atención fragmentaria de la persona y que hay un debate profesional centrado en la práctica asistencial.

Fecha y hora: 1 diciembre 2016 a las 9.00 horas
Lugar Sala de actos del CoMB Passeig de la Bonanova, 47 Barcelona
Organizador Sección Colegial de Médicos Psiquiatras
 + Info: http://www.comb.cat/cast/actualitat/agenda/events_fitxa.aspx?Id=aMGnpY75aoAUTEM7YNrj7g%3d%3d
Programa:

9.00h. Acto Inaugural
Jaume Padrós. Presidente del COMB.
Pilar Magrinyà. Directora general de planificación en Salud. 
Rafael Ribó. Síndic de Greuges de Cataluña.
Lluís Albaigès. Presidente de la Sección colegial de psiquiatras del COMB.

9.30h. Presentación del Protocolo de atención al Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad del PDSMyA
Montserrat Pàmies. Presidenta de la Sociedad Catalana de Psiquiatría de la Infancia y la Adolescencia. Coordinadora del Comité redactor del documento.

10.00h Break

10.30h. Mesa redonda 1: La práctica asistencial con niños con TDAH

Maite Miró (perspectiva psicoanalítica y relacional).
Joana Alegret (perspectiva familiar y sistémica).
Montserrat Dolz (perspectiva médica e integradora).
Rosa Nicolau (perspectiva cognitivo-conductual)
Mireia Planas (responsable de un equipo de asesoramiento pedagógico)
Moderador de la mesa: David Clusa (miembro de la Junta de la sección colegial y de la FCCSM).

11.30h. Mesa redonda 2. Perspectivas complementarias a la práctica clínica
Joan Ramon Laporte. Catedrático de Terapéutica y Farmacología Clínica, UAB. 
José Ramon Ubieto. Psicoanalista, escritor. 
Concha Fernández Martorell. Directora Instituto Menández Pelayo. 
Coral Regi Rodríguez. Directora Escuela Virolai


13.00h. Debate abierto entre los ponentes y los asistentes
Moderador: Luis Albaigès y Francesc Vila
Se habilitará una fila 0 para profesionales y asociaciones implicadas en la asistencia.

14h. Clausura

martes, 28 de junio de 2016

TDAH: SIN LÍMITES (II). Hiperactivos sin límite de edad







“De nuestra posición de sujeto somos siempre responsables. Llamen a esto terrorismo donde quieran. ...La posición de psicoanalista no deja escapatoria, puesto que excluye la ternura del alma bella. ...toda tentativa, o tentación de encarnar más allá el sujeto es errancia... Así encarnarlo en el hombre, el cual regresa con ello al niño. Pues ese hombre será allí el primitivo...del mismo modo que el niño desempeñará el papel de subdesarrollado, lo cual enmascarará la verdad de lo que sucede de original en la infancia. "
J. Lacan. La ciencia y la verdad (1965)

El TDAH empezó a diagnosticarse en la infancia y adolescencia, entre los 7 y los 16 años. Luego se añadieron los adultos ya que se consideraba que el 50% de los niños hiperactivos seguirían siéndolo de adultos. Hoy esa clasificación diagnóstica empieza a no tener límites: el niño hiperactivo lo es ya desde los dos años y lo sigue siendo hasta su muerte, bien entrada la vejez. Es un ejemplo claro de esa tesis lacaniana del “niño generalizado” ya que además, y como no se cansan de repetir algunos, sin fundamento ninguno, “el TDAH es un trastorno de carácter neurobiológico originado en la infancia”, por lo que el sujeto no se hace responsable de esa agitación corporal.

Los cambios introducidos en el año 2104 en el sistema escolar norteamericano permitieron la incorporación en escuelas públicas a niños y niñas de 3 a 5 años. Ello ha supuesto el avance del diagnostico de TDAH en esas edades preescolares.

martes, 21 de junio de 2016

TDAH S.L. (SIN LÍMITES). (I) El niño generalizado







“¿Extraeremos la consecuencia de un término como el de niño generalizado?...He ahí lo que signa la entrada de todo un mundo en la vía de la segregación. ¿No es acaso porque hay que contestarla por lo que vislumbramos ahora por qué probablemente Freud sintió que debía reintroducir nuestra medida en la ética del goce? ¿Y no es tratar de actuar con ustedes como con aquellos para quienes la ley desde entonces es dejarlos con la pregunta: qué alegría encontramos en eso que constituye nuestro trabajo?”
J. Lacan. Alocución sobre las psicosis del niño (1967)


Lacan habló en 1967 del “niño generalizado”, la infantilización de los adultos y de la sociedad,  para indicar la incidencia que la ciencia tenía sobre el valor que dábamos al cuerpo. Intuyó incluso lo que sería posteriormente el intercambio de órganos, como un negocio boyante.

Hoy el cuerpo ocupa el primer lugar de nuestras preocupaciones: en la moda, en el espectáculo, en el deporte, en la salud y en las terapias de todo tipo (las que lo reducen al cerebro y lo estimulan y aquellas que lo masajean y manipulan con mayor o menor éxito). Eso sin olvidar el destino dramático de aquellos cuerpos que buscan refugiarse del odio y la violencia y para los que no encontramos acogimiento.

Sin embargo, y es a lo que apuntaba Jacques Lacan, no queremos saber mucho de las paradojas de la satisfacción de ese cuerpo.

jueves, 31 de marzo de 2016

¿Cómo puedo saber si mi hijo es hiperactivo?

  • Vivimos en una época donde se esperan los resultados rápidos y falta paciencia para que se recorra el camino | Los niños se ven atrapados en esta dinámica



¿Cómo puedo saber si mi hijo es hiperactivo?
(Getty)








Niños movidos y desatentos en relación a los aprendizajes ha habido siempre. La novedad ahora radica en la mentalidad contemporánea, ligada a la prisa y a una noción del tiempo que no contempla la espera ni la pausa necesaria para comprender qué hacemos o qué queremos hacer.
Por eso el aumento de niños diagnosticados de hiperactividad, y en muchos casos medicados con psicoestimulantes, no sería pensable sin esa idea tan actual de que hay que ir corriendo, sin parar, para poder evitarnos la pérdida del tiempo.

Así cultivamos la ilusión que sumando actividades extraescolares o extra laborales llenaremos todos los vacíos de nuestras vidas en un estado de apresuramiento tan aceptado socialmente en nuestra época.

domingo, 20 de noviembre de 2011

¿De qué sufren hoy los niños y adolescentes?


LA VANGUARDIA, Tendencias / Viernes, 18 de noviembre de 2011



José R. Ubieto. Psicólogo clínico y psicoanalista

El periodo vital de la infancia y la adolescencia no está exento de padecimientos psíquicos. Sus manifestaciones más importantes giran alrededor de la escuela y de los aprendizajes, principal foco socializador, tanto por lo que se refiere a la adquisición de conocimientos y de hábitos como a la interacción social con sus semejantes.
Es allí donde constatamos cómo los niños sufren cuando son objeto de acoso (bullying) o bien en situaciones de violencia en la relación con los adultos, adoptando a veces las formas de comportamientos perturbadores. La relación que mantienen con el saber y los aprendizajes no siempre resulta fácil y muchas veces constatamos la ausencia de un deseo y de un consentimiento a aprender. La proliferación del denominado TDAH (Trastorno por déficit de atención con hiperactividad), diagnóstico que sirve en muchos casos como cajón de sastre, incluye verdaderas dificultades de atención, vinculadas a conductas hiperactivas, pero también otras situaciones de origen y etiología diferente.

Otros escenarios privilegiados para captar los sufrimientos son las relaciones sociofamiliares y, por supuesto, las vivencias personales donde encontramos manifestaciones diversas: fenómenos de violencia intrafamiliar (maltratos) y de violencia social; agresiones sexuales y conflictos inter-generacionales; reacciones de ansiedad y estados depresivos que condicionan los rendimientos académicos y también la socialización y el desarrollo personal.

Quizás la novedad más radical de este nuevo siglo se refiere a lo que podríamos llamar las “patologías del exceso” vinculadas al consumo y a la relación de dependencia y adicción a los objetos, preferentemente los gadgets (móviles, ordenador, videoconsolas) y los tóxicos (alcohol, cannabis). Resulta frecuente recibir a pacientes jóvenes (16-30 años) que consultan preocupados por los excesos que cometen los fines de semana en las fiestas o salidas con amigos.
Excesos que los angustian y desorientan porque más allá de las “medidas” (¡tantas cervezas, tantos porros, tantas horas..!) no encuentran otra referencia más sólida para nombrar esa satisfacción “líquida”. Incluso en ocasiones presentan lagunas de memoria, producto en parte del efecto tóxico pero también de la ausencia de un relato que de sentido a conductas con un marcado carácter compulsivo, carentes de significación.

Esos excesos, a veces espectaculares y que por ello alarman e inquietan a los adultos, no siempre son sinónimo de placer. En realidad enmascaran fenómenos de angustia e inhibiciones en relación a elecciones que postergan: relaciones de pareja, estudios, carreras profesionales. A las dificultades actuales de la emancipación, algunas objetivas (paro juvenil, dificultad de acceso a una vivienda), se suman las propias de alguien que debe renunciar a la comodidad y seguridad del grupo familiar y asumir un riesgo, personal e intransferible, para verificar si está o no a la altura de las expectativas, las propias y las ajenas.

Obviar ese riesgo, bajo la forma de un exceso frecuente, es una tentación (nada ajena al marketing) que empuja a algunos jóvenes a eternizar ese momento vital en la fiesta colectiva. La trampa es que los riesgos así evitados retornan, como ocurre siempre con lo reprimido, aumentados bajo la forma de malestares psíquicos diversos y/o de las llamadas “conductas de riesgo”, con consecuencias más graves.