La
Vanguardia. Tendencias, 21 de setiembre de 2016
El 80% de
los casos de acoso entre menores viene por el WhatsApp
El ciberbullying, parafraseando a Clausewitz, es la continuación del bullying por otros medios. Sin el acoso
presencial, el digital perdería fuelle y potencia. Hace falta verse las caras y
mirarse porque el acoso es siempre un cuerpo a cuerpo. De allí que el reciente
estudio de la Fundación Anar (http://www.anar.org/estudio-ciberbullying/)
destaque que éste se produce normalmente en el propio colegio, en la clase, en
los lavabos o en el patio. Si solo se tratase de la red, sin anclaje en lo
presencial, la distancia y el anonimato lo haría más inocuo.
Otro dato relevante es que el WhatsApp es la aplicación más utilizada para ello: más del 80%
de los casos de acoso se producen a través de esta app. Eso tiene su lógica
porque esta app funciona, en estos casos, en base a grupos de alumnos/as de la
clase. Es allí, en esa comunidad virtual, donde se produce el acoso. Ellos son
el público necesario para la escena que requiere de la “extraña pareja”
acosado-acosador, pero sobre todo del grupo de testigos que son el público que
jalea o calla, pero que asisten al espectáculo. Sin ellos el telón caería
rápido.