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martes, 7 de junio de 2016

¿Educar o domesticar?





La Vanguardia. Internacional, sábado 4 de junio de 2016

La historia de Yamato Tanooka, el niño que fue castigado por sus padres abandonándolo en un bosque, nos conmociona por la desproporción evidente entre las chiquilladas del pequeño y la sanción paterna. Teniendo en cuenta, además y sobre todo, la edad del niño de apenas 7 años. En nuestro país sería calificado de negligencia grave y causa evidente de desamparo legal del menor.

Pero aquí el factor cultural es clave para entender el suceso que nos recuerda la polémica suscitada en 2011 por las propuestas de Amy Chua. Hija de inmigrantes chinos nacida en EE UU y profesora de Derecho en la Universidad de Yale, en su best seller  “Himno de la batalla de la madre tigre” pide a sus hijos que se autorregulen. Madre de dos hijas las sometía a una presión fuera de lo normal y cuando fallaban, dice,  “no escatimaba en palabras cargadas de dureza, que intensificaba cada vez que los ojos de la niña se llenaban de lágrimas”. Chua opone a la idea occidental de educar la autoestima, el valor del esfuerzo para alcanzar el virtuosismo como clave del estilo educativo asiático.


lunes, 30 de mayo de 2016

VIOLENCIA, AGRESIVIDAD Y CRUELDAD




“Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.”
Gabriel Celaya. La poesia es una arma cargada de futuro
    
"Las palabras tienen un poder mágico. Pueden proporcionar la mayor felicidad o la más profunda desesperanza. Pueden transmitir el conocimiento de maestro a estudiante; las palabras capacitan al orador para influir en su audiencia y dictar sus decisiones. Las palabras son capaces de despertar las emociones más poderosas e incitar todas las acciones de los hombres".
Sigmund Freud. “Psicoterapia por el espíritu”

El poder de la palabra ha sido reconocido por poetas, psicoanalistas y, por supuesto, lingüistas y otros pensadores. El uso que hacemos de ellas no es nunca inocuo y de allí que convenga mantener una posición siempre crítica y atenta al respecto.

Violencia es uno de esos términos prêt-à-porter que usamos de manera generalizada, y por tanto abusiva, para describir fenómenos muy diversos. Lo confundimos también con otros como agresividad o crueldad que, sin embargo no son idénticos. Por ello quisiera, brevemente, diferenciar estos tres términos.

La distinción clásica entre agresividad y violencia  hace referencia al carácter individual y subjetivo de la primera frente al carácter social y colectivo de la segunda. La agresividad se presenta como una potencialidad del individuo que, según las teorías, puede estar ligada a lo instintual o a la formación del sujeto.

lunes, 25 de enero de 2016

ENTREVISTA “El acosador libera su angustia en la víctima”


El psicoanalista José Ramon Ubieto, ha contado con la experiencia de un equipo profesional multidisciplinar para escribir el libro (Foto: Maite Cruz)


ENTREVISTA
“El acosador libera su angustia en la víctima”
·         José R. Ubieto, autor de ‘Bullying. Una falsa salida para los adolescentes’


SUSANA QUADRADO  23/01/2016 23:00 | Actualizado a 23/01/2016 23:38

José R. Ubieto analiza en el libro Bullying. Una falsa salida para los adolescentes (NED Ediciones) la complejidad de un hecho tan dramático como es el acoso escolar. Lo hace desde su experiencia clínica y la de un grupo multidisciplinar de profesionales. Este psicoanalista apunta a cuatro posibles causas: el eclipse de la autoridad del padre y el maestro, la importancia de la mirada y la imagen, la desorientación adolescente respecto a su identidad sexual y un sentimiento de desamparo ante lo que los adultos quieren de él en la vida.

El bullying es una manifestación de crueldad entre adolescentes. Pero, según usted, también es un síntoma. ¿De qué?

De la dificultad de hacer el tránsito hacia la juventud. Debe hacerse adulto y asumir su condición sexual. Los adolescentes olvidan sus juguetes infantiles para vérselas con una nueva pareja: su cuerpo sexualizado. Habitar ese cuerpo les produce extrañeza y les inquieta. La primera respuesta es manipularlo para hacerlo suyo: se visten, se disfrazan, se tatúan, se peinan, se agitan –con tóxicos y sin– se musculan, experimentan el sexo, se adelgazan...

Pero eso no tiene por qué convertirse en un problema.

No tiene por qué convertirse en un problema, cierto. Todo depende de lo que pasó antes, en la infancia, de la posición que toman sus padres y docentes para acompañarles y por supuesto del tiempo que cada chaval necesita para concluir ese tránsito hacia la vida adulta.

Si un hijo te dice, ‘papá, no me ralles’, ¿qué respondes?

Los padres no deben dejar de dar su opinión aunque al hijo no le guste. Le sirve de guía, aunque sea para saltársela. Estar al lado es saber algo de lo que les pasa, no sólo de lo que esperamos de ellos, también de lo que ellos esperan de sí mismos y a veces no alcanzan y les duele. Es importante además que les hablemos de nuestros fracasos. Cada padre o madre tiene que inventar sus propias respuestas para ganarse la autoridad sobre su hijo.