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jueves, 19 de mayo de 2016

La presión por la maternidad a los 40





Las cifran tienen desde un valor mágico, les atribuimos propiedades y significaciones especiales, como cuando nos referimos a la edad: 1, 15, 18, 40. Esta última se acompaña además de la coletilla: “la crisis de los …” que parece indicar un rasgo generacional compartido. Los varones sentirían los primeros signos de un cierto declive, manifestado en síntomas corporales diversos, y algunas (cada vez más) mujeres se enfrentan a una decisión vital: ser o no ser madre.

Si antes ese dilema se resolvía a los 20 o máximo al inicio de la treintena, hoy el rol activo de la mujer, en todos los ámbitos, les permite elegir otros destinos distintos a la maternidad. Se puede desarrollar una carrera profesional o darse un tiempo largo para consolidar una relación de pareja antes de optar por tener hijos. Los avances médicos ayudan también a retrasar esa decisión.

Sea como sea es raro la mujer que, no habiendo tenido hijos antes, no se enfrente a esa Krisis de los 40......

Ver artículo completo:
http://www.lavanguardia.com/vida/20160518/401875899428/el-divan-maternidad-crisis-mujeres-los-40.html

martes, 15 de marzo de 2016

Dossier: Psicoanálisis de Hamlet. Una tragedia del deseo



La Vanguardia. Cultura(s) | Sábado, 12 de marzo 2016



Una tragedia del deseo
José R. Ubieto

Resumamos la obra: el rey de Dinamarca, padre de Hamlet, ha sido asesinado por su hermano Claudio, que consigue así acceder al trono y casarse con Gertrudis, madre de Hamlet. El espectro del rey muerto se le aparece al hijo y le encarga que vengue su muerte. Hamlet regaña a su madre por casarse con Claudio, y traicionar así a su padre, mientras idea estrategias para desenmascararlo. El tío, advertido, lo envía a Inglaterra con ánimo de deshacerse de él pero Hamlet sobrevive y vuelve a palacio. Allí conoce la muerte de su amada Ofelia y se encuentra con Laertes, ansioso de vengar las muertes de su padre, Polonio, y su hermana Ofelia. Se prepara un duelo entre ambos y los dos mueren, pero antes Hamlet mata a su tío Claudio.

¿Hamlet: héroe contemporáneo?
El texto de presentación de la reciente versión de Hamlet, dirigida por Pau Carrió en el Teatre Lliure, se pregunta por la cobardía contemporánea ante los abusos, la violencia o la corrupción. Nos sitúa a todos como potenciales Hamlets. Y no le falta razón porque nosotros como él, y a diferencia de Edipo que actúa como héroe precisamente por su no saber, sabemos demasiado.

O mejor dicho, no queremos saber que todos esos abusos no hacen sino velar que no hay padre ni ninguna otra figura protectora que nos ahorre el encuentro con nuestra propia falta, nuestras limitaciones y nuestros fantasmas. La materia de la que estamos hechos los humanos es frágil y el sueño de evitar ese vacío nos conduce a la servidumbre voluntaria y a sostener a figuras que, como el Claudio de la tragedia, encarnan el abuso de poder.

Hamlet se detiene ante su acto no por miedo, sino porque sabe que a quien tiene que castigar no es al ser despreciable de su tío usurpador, si no a Claudio en tanto hombre que encarna mejor que nadie la potencia fálica. Alguien que no se siente sometido a ninguna regla y se burla de los límites, tan propios de la condición humana.