lunes, 25 de noviembre de 2013

Trastornos, malestares y diversidad. ¿Cómo abordamos el TDAH?





Consultable online:

http://www.ciimu.org/index.php?option=com_acajoom&act=mailing&task=view&listid=3&mailingid=162&Itemid=999&lang=es






Durante el mes de enero de este año, se celebraron las Jornadas Trastornos, Malestares y Diversidad. Cómo abordamos el TDAH?, organizadas por el Institut d’Infància i Món Urbà (CIIMU), con la colaboración de la Sección de Infancia del Il·lustre Col·legi d’Advocats de Barcelona. El objetivo de las Jornadas -en las que participaron más de 500 personas de ámbitos muy diversos: psicólogos, psiquiatras, juristas, educadores y trabajadores sociales, enseñantes, asociaciones de familias, etc.-, era abrir un ámbito interdisciplinario de aprendizaje y debate sobre el TDAH, donde se pudiera mostrar la complejidad y la diversidad de enfoques de un tema que preocupa y provoca sufrimiento no sólo a los niños y adolescentes involucrados, sino también a sus familias y a los profesionales que trabajan con ellos. Un tema que se ha convertido también en objeto de creciente interés social y mediático como consecuencia del incremento de su diagnóstico y tratamiento farmacológico, hasta el punto que el Comité de los Derechos de los Niños de Naciones Unidas ha advertido recientemente a España del hecho que se está haciendo un exceso de prescripción de psicoestimulantes y de la necesidad de promover otras medidas de carácter educativo, psicopedagógico, social, etc., en el tratamiento de este trastorno.



Las ponencias que se presentaron en las Jornadas han sido recogidas en una publicación digital y editadas en un conjunto de vídeos, que os adjuntamos. También se han recogido algunas de las numerosas intervenciones que se hicieron desde los invitados de la fila cero y desde el público asistente en un vídeo resumen. Asimismo os adjuntamos el link donde podréis escuchar la tertulia que se celebró después de las jornadas en el programa “El matí de Catalunya Ràdio” de Manuel Fuentes, con la intervención de los Dres. Joan Ramon Laporte, José Ramón Ubieto i Josep Antoni Ramos.



Creemos que en conjunto constituye un buen material que refleja muchas de las diferentes aproximaciones, preocupaciones y controversias que están presentes hoy en relación a la detección, el diagnóstico y el tratamiento del TDAH. Esperamos que sean también un buen instrumento para continuar avanzando en la comprensión y abordaje de este tema desde el rigor científico y el respecto a la diversidad de enfoques, pero sobre todo desde la perspectiva de que es el interés superior del niño el que tiene que orientar prioritariamente todas las actuaciones.

 

Textos y videos de:
Enric Bolea, Susana Brignoni, Concha Fernández Martorell, Eva García, Joan-Ramón Laporte, Josep Moya, Javier Peteiro, Montserrat Tur, José Ramón Ubieto i Francesc Vilà.


 

viernes, 8 de noviembre de 2013

Escrito en el cuerpo


La Voz de Galicia, Sociedad, 9 de noviembre de 2013

El psicoanalista Jacques Lacan nos recordaba que el hombre está capturado por la imagen de su cuerpo, lo adora como si fuese su única consistencia. El cuerpo se convierte así en nuestro nuevo partenaire y por eso asistimos a un culto alrededor de ese nuevo ídolo. Desde el body building hasta la creciente industria del dopaje y el mercado de remodelado del cuerpo, que alcanza a actores, deportistas, militares y ciudadanos de a pie.
Todas estas estrategias de disciplinar los cuerpos apuntan en la misma dirección: alcanzar una imagen de nosotros mismos aceptable y amable para el otro, lo que incluye también el creciente furor por los tatuajes, piercings y otras modificaciones del cuerpo (body mod). 
Los jóvenes muestran otro uso relacionado con esas marcas, que constituyen una especie de branding personal, algo que los identifica y diferencia al tiempo. En una época globalizada donde el sujeto pasa desapercibido en el anonimato de la tribu global, le queda «hacerse» un nombre escribiendo en el cuerpo una marca.
Al placer estético y a la nominación se les une, en algunos adolescentes, un tercer uso. Nos relatan prácticas de escarificaciones, incisiones superficiales que mortifican el cuerpo produciendo una satisfacción paradójica: calman la tensión y la rabia insoportable que experimentan, y al tiempo les produce una sensación de estar vivos.

viernes, 25 de octubre de 2013

Violencias invisibles


La cifra oculta de la violencia infantil


Asunta, Ruth y José, Allison y Andrés, son algunos de los niños y adolescentes asesinados recientemente por sus progenitores. Apenas una pequeña parte, la punta del iceberg, de una realidad mayoritariamente invisible: la violencia contra los niños. Sabemos con precisión las estadísticas de otra violencia no menos dramática, las mujeres asesinadas cada año por sus parejas: 52 en el 2012 y 37 en lo que llevamos de año.

Lo que no sabemos, porque no existen estadísticas, es la cifra de niños y niñas, menores de edad, fallecidos víctima de violencia, generalmente en el medio familiar. Resulta paradójico que la alarma social y el revuelo mediático que provocan estos crímenes no se acompañe de datos precisos que dimensionen la gravedad de los hechos. Algunos expertos estiman que la cifra podría ser incluso superior a la de violencia de género. Sin olvidar además que a estas cifras mortales se suma el hecho de que cada día miles de niños en nuestro país sufren en silencio esa violencia por parte de padres, o de otros familiares con los que conviven (800.000 al año según datos de Save the Children)

Sorprende esta ausencia de datos con las proclamas sobre el interés superior del niño, como principio jurídico y la voluntad de las administraciones en proteger a la infancia en riesgo. Lo que sí sabemos de manera precisa son los menores agresores, que han aumentado en un 23% respecto a años anteriores (Observatorio del Poder Judicial).

¿A qué se debe esa invisibilidad, esa ceguera social compatible con el seguimiento minucioso y muchas veces obsceno de algunos casos mediáticos? ¿Nos preocupa más la infancia peligrosa que la infancia vulnerable? Hoy las políticas públicas están cada vez más condicionadas por los grupos de afectados o por los lobbies con intereses diversos. Todos ellos hacen oír su voz para exigir recursos y normativas que se ocupen de sus dificultades. Quizás este dato nos aclare algo sobre esa cifra oscura.

Más allá de la estadística, la invisibilidad de esta violencia la hace más persistente y para algunas familias constituye su clave secreta, el lazo que las cohesiona, alrededor del cual la familia se mantiene unida y muda. A veces pasa un tiempo largo hasta que esa violencia “estalla” y surge como síntoma insoportable para alguien, habitualmente un hijo/a adolescente. Este vínculo paradójico, en que violencia y lazo afectivo se conjugan, produce efectos duraderos en los niños y a veces sólo una posterior ruptura permite tratarlos adecuadamente.

La violencia es siempre el signo de un fracaso, es “en los confines donde la palabra dimite, donde empieza el dominio de la violencia que reina ya allí, incluso sin que se la provoque” (J.Lacan). El silencio colectivo sobre estos hechos, como lo muestra el otro silencio largo tiempo sostenido sobre los niños robados, es un claro factor de desprotección de la infancia. Visibilizar la infancia, por el contrario, es otorgarles su condición de sujetos de pleno derecho, legal y subjetivo.



martes, 15 de octubre de 2013

¿Cómo abordar los fenómenos de violencia familiar desde el Trabajo en red?

Intervención en el VIII FORUM INTERXARXES.Viernes 11 de octubre de 2013. Barcelona

La violencia es siempre, a diferencia de la agresividad constitutiva del ser humano, un signo del fracaso de los intercambios verbales, algo ya no pasa por la palabra -que se muestra impotente- y se manifiesta mediante un acto, una intención agresiva hacia el otro: insulto, desprecio, agresión directa, negligencia efectiva. Decía Lacan que es “en los confines donde la palabra dimite, donde empieza el dominio de la violencia que reina ya allí, incluso sin que se la provoque”.

La violencia tiene sus coordenadas simbólicas, alrededor de los discursos y creencias que la promueven o la estigmatizan. También la violencia nos ofrece una escenografía llena de imágenes, fascinantes a veces y aterradoras casi siempre. Pero la violencia, sobre todo, tiene una dimensión real que afecta al cuerpo bajo diferentes formas

Sabemos que el fenómeno, por sí mismo, no es suficiente para captar todo aquello que la violencia trae implícito, hace falta localizarlo en la estructura y comprender su lógica. Más allá del acto en sí, podemos diferenciar dos lógicas: en una la manifestación de violencia tiene en cuenta al otro como interlocutor y en este sentido busca una respuesta, a veces de confrontación, otras de castigo, pero siempre sosteniendo así el vínculo con el otro.

La segunda lógica implica que esta violencia busca directamente la eliminación de cualquier vínculo y por lo tanto la destrucción del otro. Es una manifestación del odio en estado puro donde no encontramos ningún signo subjetivo de empatía, dolor, culpa.

Los dos casos son graves pero el último tiene mucho peor pronóstico y este dato es importante pensando en las intervenciones posibles ya que sabemos las dificultades que comportan. Por un lado por su complejidad donde juegan muchas variables (familiares, educativas, sociales, personales) y de otra la implicación emocional que nunca nos deja indiferentes y se manifiesta como angustia mas o menos reconocida. Es fácil por lo tanto precipitarse en la respuesta o por el contrario inhibirse, las dos salidas habituales ante la angustia que nos recordaba Freud.
El trabajo en red, sin duda, nos ayuda a pensar mejor las respuestas porque nos obliga a hacerlo conjuntamente, como elaboración colectiva. Este es, sin duda, uno de los beneficios directos de esta metodología de trabajo tal como hemos comprobado en la experiencia del Programa Interxarxes (www.interxaxes.net).

Nos hace falta pues encontrar e inventar formulas diversas para organizar esta conversación –antídoto de la violencia- interdisciplinaria que nos oriente en el trabajo compartido y que nos permita a la vez sostenernos en el acto que le corresponde a cada cual: social, educativo y/o clínico. Buscar prácticas colaborativas que promuevan recuperar el poder de la palabra, de la escucha y la conversación haciendo un buen uso de estas herramientas.

jueves, 12 de septiembre de 2013

La culpa-cortada



La culpa edípica conecta el goce al superyó por la vía paterna. Somos culpables de nuestros pecados morales. Lacan, sin anular este registro de la culpa -que Freud teorizo alrededor del mito edipico-, va más allá con su concepto de goce. En “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano” (1960) señala: “(…) Ese goce cuya falta hace inconsistente al Otro, ¿es pues el mío? la experiencia prueba que ordinariamente me está prohibido, y esto no únicamente, como lo creerían los imbéciles, por un mal arreglo de la sociedad, sino, diría yo, por la culpa del Otro si existiese: como el Otro no existe, no me queda más remedio que tomar la culpa sobre Yo [Je], es decir creer en aquello a lo que la experiencia nos arrastra a todos, y a Freud el primero: al pecado original. (…) Pero lo que no es un mito, y lo que Freud formuló sin embargo tan pronto como el Edipo, es el complejo de castración”.

Unos meses antes, en el Seminario de “La ética del psicoanálisis” había explorado los límites de la transgresión y las barreras (bien, belleza y piedad) que el discurso crea para recubrir lo imposible. La separación entre el padre y el superyó se va haciendo más nítida y la culpa aparece desconectada del hecho mismo del goce y de su prohibición para conectarse, en cambio, a la falta-de-gozar, al hecho que el goce está perdido.

A esto se refiere en “Televisión” (1970) cuando dice: “La gula con que denota al superyó es estructural, no efecto de la civilización, sino «malestar» (síntoma) en la civilización”. El mito del padre ya no sirve para explicar lo imposible y el hecho de que se es culpable de gozar poco, lo que obliga al sujeto a hacerse cargo de esa falta. El padre deviene síntoma (Miller).
Un poco más tarde, en “Encore” (1973), y refiriéndose al goce, introduce  el equívoco entre coupabilité y cupabilité: (…) Supongan que haya otro, pero justamente no hay. Y por lo mismo, porque no hay, y que de ello depende el que haría falta que no, la cuchilla, pese a todo, cae sobre el goce del que partimos. Tiene que ser ese, por falta— entiéndase como culpabilidad— por
falta del otro, que no es”.

La culpa encuentra su causa en el corte, la coupabilité. El sujeto está afectado por un goce cortado, limitado, velado por el mito del padre. Es de este imposible de donde se nutre el superyó cuando profiere su orden imposible: goza!!. A esto se refiere Lacan en “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano” cuando dice “A lo que hay que atenerse es a que el goce está prohibido a quién habla como tal, o también que no puede decirse sino entre líneas para quienquiera que sea sujeto de la ley, puesto que la Iey se funda en esa prohibición misma. En efecto, aun si la ley ordenase: Goza, el sujeto sólo podría contestar con un: Oigo, donde el goce ya no estaría sino sobreentendido”.
La respuesta a esta falta-de-gozar es la culpa que deviene así estructural. En el Seminario XXI “Los no incautos yerran” (1973-1974) -inmediatamente posterior a “Encore” -  en su clase del11 de Diciembre de 1973, vuelve a referirse al corte y la culpa: “El redondel de hilo es algo que les permite la teoría de un nudo. Para romperse, exige tener que ser cortado (coupé). La culpabilidad (coupabilité)”.

Esa es la culpa secreta, a la que se refiere el texto de presentación de las Jornadas, condición del imperativo superyoico que exige de nosotros un esfuerzo más y un sacrificio que hoy toma formas diversas, muchas de ellas ligadas a la “gestión” xtreme de los cuerpos. Recientemente, el New York Times informaba de varios estudios que estiman que un 35 por ciento de los estudiantes universitarios toman ilegalmente psicoestimulantes para combatir el estrés de los periodos de exámenes y otras circunstancias similares . Todo ello en un país donde los últimos datos alertan de una prevalencia del TDAH de más del 20% en secundaria.

Publicado en:

El Buscón -Boletín de las XII Jornadas de la ELP-. (Selección 3).


lunes, 15 de julio de 2013

El cuerpo que habla: el caso del TDAH


PIPOL 6. IIº Congreso Europeo de Psicoanálisis.
Después del Edipo las mujeres se conjugan en futuro. El caso, la institución y mi experiencia del psicoanálisis
Bruselas, 6 y 7 de julio de 2013

El cuerpo que habla: el caso del TDAH

Partimos de la hiperactividad como el significante amo que nombra hoy una nueva manera de vincularse al otro. Una manera contemporánea de responder, con el cuerpo, a la presencia del otro, sea bajo la forma verborreica del niño que no hace sino interrumpir al profesor o la desatenta de ignorarlo. En los dos casos la modalidad del vínculo nos habla de una dificultad creciente de la palabra para regular lo que se agita en el cuerpo.

La categoría TDAH, como clase capaz de “fabricar mundos” (Nelson Goodman), propone una versión de-subjetivada del sufrimiento humano, que podría prescindir de la escucha del sujeto. Lo hiperactivo conjuga con el imperativo actual del funcionamiento y la optimización de las competencias. Aparece como un pragmatismo radical aplicado a la “gestión” del cuerpo, concebido como una máquina, conectado siempre en on y abandonado a su satisfacción autoerótica, confiando que él hallará su propia regulación.

Para el psicoanalista, en cambio, instituir no se limita a dar consistencia a las identificaciones y trata de alojar al sujeto en un discurso, permitiéndole alcanzar una enunciación propia. La institución analítica es, pues, la conversación que instituye al sujeto y apunta  en cada uno a aquello del goce que le es absolutamente singular. Por eso, para nosotros, siguiendo las orientaciones de Jacques Alain Miller, en su último curso “El Ser y el Uno”, habría tantas clases TDAH como casos.

Lo cierto es que en el acontecer de ese movimiento hay palabras apresadas e inscritas en el cuerpo. “Lo Real- dirá Lacan- es el misterio del cuerpo que habla” aludiendo a lo pulsional que habla con el cuerpo sin que el sujeto lo sepa. Una dimensión de acting out se hace presente en muchos de esos niños y adolescentes, un actuar sin palabras pero no sin la relación al otro.


Extracto de la presentación del autor en Pipol 6.

lunes, 8 de julio de 2013

¿Qué beneficios podemos extraer hoy del TRABAJO EN RED?






Hoy las prácticas de red muestran, en muchas ocasiones, algunas de las características típicas de la nueva sociedad de la información y de sus tecnologías: muchas veces su ciclo de existencia es tan efímero como su emergencia fulgurante. Se ponen en marcha con un gran entusiasmo y con la voluntad de trascender y alcanzar un amplio abanico de objetivos, ámbitos de actuación y resultados. Pero la realidad es que en muchos casos estos proyectos no pasan de su etapa de puesta en marcha. Luego van perdiendo fuerza hasta desaparecer sin dejar rastro o bien permanecen en un permanente stand by.
 
En este breve de gestión José Ramón Ubieto profundiza en algunas de las claves fundamentales de este tipo de trabajo desde la experiencia, de más de 10 años, del PROGRAMA INTERXARXES. Un proyecto de referencia a nivel estatal, y que consiste en el establecimiento de una red de coordinación regular y estable entre los distintos servicios de salud, educación y atención social dirigidos a la población infantil (0-18 años).
 
En este enlace podéis acceder al breve de gestión completo.