martes, 14 de octubre de 2014

Freudiana 71.Sumario


Editorial (5) Pepa Freiría

La orientación  lacaniana
Itinerario de Lacan (El ser y el Uno. Clase del 6/4/2011) (7) Jacques-Alain Miller
¿Qué es un psicoanálisis orientado hacia lo real? (21) Éric Laurent

La Escuela en el siglo XXI. Su política
Entradas en control (47) Félix Rueda

Conceptos fundamentales
 Discreta verdad (51) Antoni Vicens
Punto de basta (69) Victoria Vicente
La relación del parlêtre con su cuerpo. Schreber y Joyce (73) Emilio Faire

Elecciones del sexo
La pasión transexual,¿convicción o certeza? (87) Margarita Álvarez
Un real para el siglo XXI¿de qué genero? (103) Clotilde Leguil

Enseñanzas del pase
Informe de la Comisión del pase 2010-11. Carteles A10-B10 (109)

Enseñanzas de los AE
Escribir, borde de lo real (135) Anna Aromí
El deseo del analista. Lo real del acto (147) Marie-Hélène Blancard
El brote amargo de bambú (153) Graciela Brodsky
Notable (157) Bruno de Halleux

Primeros Testimonios
El trueno y el trazo (163) Marcus André Vieira
Después del pase. A posteriori, aún… (171) Hebe Tizio

Clínica después del Edipo
¿Cómo ser humano? (179) Graciela Esebbag
Judith ¿un cero ineludible? (185) Pepa Freiría
Sans hésitation (191) Sandra Pax-Cisternas

Lecturas
Palomera, Vicente. De la personalidad al nudo del síntoma (195) M. Àngela Gallofré
Bauman, Zygmunt y Dessal, Gustavo. El retorno del péndulo (199) Javier Peteiro Cartelle
Ubieto, José Ramón. TDAH. Hablar con el cuerpo (201) Lidia Ramírez
Byung-Chul, Han. La sociedad del cansancio (203) José Ramón Ubieto

lunes, 8 de septiembre de 2014

Reseña del libro: TDAH. Hablar con el cuerpo.



Publicado en RES. Revista d'Educació Social.
http://www.eduso.net/res/19/articulo/tdah-hablar-con-el-cuerpo

Número 19. RESEÑAS. 7/7/2014
Autor: Francesc Vilà. Fundació Cassià Just.


RESEÑA DEL LIBRO: TDAH. Hablar con el cuerpo.
Autor: José Ramón Ubieto.
Editorial: UOC (Barcelona)
Año de edición: 2014.








Esta obra abierta y clara facilita a estudiantes, profesionales y ciudadanos interesados un saber práctico sobre la construcción, a lo largo de treinta años, del robusto acrónimo del TDAH (trastorno por déficit de atención y hiperactividad) y de su dimensión clínica posible.

Hoy en día el TDAH es un significante potente que nombra, de manera nueva, a niños movidos, desatentos o intranquilos. La selección de estos rasgos conductuales y su elaboración estadísticas da robustez a esta categoría modal. El TDAH se configura como una clase lógica capaz de fabricar mundos en el sentido que da a esta expresión el filósofo Nelson Goodman.


Se trata de niños y adolescentes que viven con dificultad los aprendizajes de la escuela y de la vida y las relaciones personales. En épocas anteriores también los había pero estaban juntos o revueltos de otras maneras. Conviene recordar que las dificultades de la infancia para su maduración y desarrollo se expresan según el mundo social, cultural y científico que las acoge.

Lo importante no es discutir sobre como nombrarlas o diagnosticarlas. La clave suele estar en las elisiones de estas nominaciones. José Ramón Ubieto expone de manera diáfana lo que suele obviar el nuevo mundo TDAH, la manera de vivir o padecer las inhibiciones y dificultades de muchos para desprenderse de su mundo infantil y devenir adultos. O la afectación de su entorno familiar y escolar.

Todo el mundo sabe que la prisa y la incerteza del mundo contemporáneo promueven nuevas mentalidades. Es genial, el TDAH, es un constructo prêt a porter que ha triunfado y parece confirmar este supuesto. Su éxito va más allá del trastorno y brinda usos novedosos off label. El argumento de este libro recoge bien esta narración y desvela sus espejismos y trampantojos, las luces y sombras que lo rodean.

Es una historia con protagonistas con nombre propio como Sam Clements y la disfunción cerebral mínima, Keith Conners y sus escalas, el ADD for all (TDAH para todos) del laboratorio farmacéutico Richwood del señor Griggs, los manuales DSM y Allen Frances, el Estudio del Tratamiento Multimodal de Niños con TDAH del National institute of Mental Health… o también Javier Peteiro, Marcia Angell o Joan-Ramon Laporte hablando sobre biopolítica.

Y, al final, el texto nos brinda casos que abren a otra dimensión: “Hablar con el cuerpo es un hecho propio del ser hablante. Decimos, pues, algo de lo que a cada uno nos agita, aun sin saberlo, como nos lo recuerda Lacan… Nuestra tarea como clínicos es, entonces, leer esos cuerpos”. Ubieto, junto a Susana Brignoni o Xavier Campamá, nos invita, así, a conocer la nueva clínica de los síntomas y las disfunciones del niño del siglo XXI.

lunes, 1 de septiembre de 2014

El declive del padre







Lacan ya en 1938 (Los complejos familiares) anticipaba la tesis del declive de la imago social del padre. Declive que suponía el inicio de un cambio de paradigma que ha ido consolidándose décadas después hasta poner en cuestión el régimen patriarcal. Claro que alguien dirá que ese régimen todavía tiene fuelle e incluso que en algunos lugares cobra más fuerza que nunca. No le falta razón porque precisamente cuando el péndulo se inclina para un lado resurgen, reactivamente y con fuerza, los nostálgicos de ese añorado pasado.

Los problemas cotidianos de muchos docentes y padres en su tarea de educar nos muestran como el final del régimen del padre comporta desorientación, perplejidad e inquietud. Parecía que la ciencia, en su alianza con la tecnología, iba a aliviarnos de estas incertidumbres pero lo cierto es que la educación sigue siendo una tarea imposible en el sentido que Kant y Freud dieron a esta tesis: no hay el manual perfecto ni el uso correcto. 

Por muy leído e instruido que uno sea siempre queda un resto ineducable para el que hay que inventar nuevas formulas. Sobre todo ahora que ya no sirve eso de “lo haces porque lo digo yo, que para eso soy tu padre” y la receta contemporánea de la medicalización no parece una alternativa muy conveniente.

Malos tiempos, pues, para los creyentes del padre, aquellos que lo instituyeron como fundamento de la familia, la vida social y por supuesto la patria. El padre ahora está desnudo y se le ven los pecados. No hay que escandalizarse demasiado, siempre fue así pero la “solución” patriarcal implicaba precisamente un no querer saber nada de esas faltas. Un esfuerzo colectivo por velar lo impúdico y cuando hacía falta, silenciar a las rebeldes, las que desafiaban o ponían en apuros la potencia del padre.

Sostener al padre exigía silencio, discreción, ocultamientos. Exigía –de allí el amplio consentimiento colectivo en esa operación- velar sus faltas para no encontrarnos de cara con el horror de un padre desfalleciente o de un padre que contradecía los ideales que encarnaba mostrando sus excesos.

Ese mundo de ayer ya no volverá y por eso algunos insignes representantes abdican de sus funciones anticipándose a un final peor.  Ello supondrá para muchos, en realidad para todos y cada uno –de manera diferente por supuesto-  un duelo por los ideales mancillados y sobre todo porque a partir de allí cada uno está hoy un poco más huérfano. En realidad nada que no pueda asimilarse si bien al precio de generar algún síntoma como ya estamos viendo. 

Quizás el más evidente es que al lanzar al padre –como ocurre en el dicho del agua del bebe- lancemos también la función de regulación que lleva implícito el uso de esa función. Algo de eso pasa cuando  el rechazo a cualquier diferencia impide poner en marcha proyectos y organizar movimientos que se autodestruyen en su espontaneidad, entendida como el antídoto para esas fallas paternas. La paradoja es que por derrocar al amo terminemos multiplicando los amos individuales.

Hay un presente y un futuro más allá del padre que no nos ahorra –más bien al contrario- la responsabilidad individual y colectiva. Nos deja el derecho y sobre todo el deber de decidir sabiendo los riesgos que eso implica y no olvidando las causas particulares que nos mueven.  Huérfanos sabedores de esas tareas imposibles que Freud señalaba: gobernar, curar y educar, pero no impotentes ni resignados.

jueves, 17 de julio de 2014

Mi cuerpo, mi capital








Chicas que participan en concursos de felaciones a cambio de bebidas gratis, grupos de turistas que recorren locales de la ciudad a la búsqueda exclusiva del consumo de alcohol, jóvenes que compiten, con riesgo letal (neknomination*: bebe y nomina), para lograr la máxima performance como bebedores.


Todos estos hechos recientes comparten tres características: el afán exhibicionista de la “actuación”, el empuje arriesgado a la satisfacción ilimitada y la contabilización estricta de la hazaña.


Parece como si una práctica de ocio se rigiera por los procedimientos –tan aplaudidos en ámbitos científicos y administrativos- de la evaluación de resultados. No hay acción que no incluya su cálculo y su comparativa con otros “concursantes”. La novedad es que esta lógica, clásica entre los varones siempre dispuestos a exhibir su “contabilidad”, ahora alcanza también a las chicas. Ellas también hoy exhiben sus trofeos sin demasiado pudor, a pleno foco.


Quizás una hipótesis para entender esta tendencia –en una sociedad marcada por el imperativo del rendimiento (Byung-Chul Han)- es que la cifra parece ser la única referencia para calibrar el valor de la satisfacción obtenida. De paso, esa cifra da también a cada uno un índice de su valor como propietario de un cuerpo puesto al trabajo, buscando el máximo rendimiento.


La cifra por un lado sitúa a cada uno en un ranking y al mismo tiempo funciona como un sistema –fallido- de frenado en una especia de carrera desenfrenada. Fallido porque la contabilidad por si sola carece de límites: siempre exige un esfuerzo más. Sólo la resistencia del cuerpo (explota o reviente) funciona como límite último. ¿No es eso lo que vemos en otra práctica habitual como el balconing?, una caída libre que muchas veces termina con la muerte o un accidente grave.


“Mi cuerpo, mi capital”, éste podría ser un lema de época, parafraseando un viejo eslogan electoral comunista.



* http://www.thetimes.co.uk/tto/news/uk/article4001200.ece

miércoles, 2 de julio de 2014

ENTREVISTA A JOSÉ RAMÓN UBIETO: La construcción del caso en red


Con ocasión de las V Jornadas de la Red de Salud Mental de Bizkaia “Avanzando en el trabajo en red” que se celebraron el 22 y 23 de mayo en el Palacio Euskalduna, Bilbao, Julene Fernández (Interabide) se reunió con José Ramón Ubieto para conversar acerca de su trabajo sobre la construcción del caso en red. 
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La dolce Vita+ Marcello Mastroianni
LA DOLCE VITA, 1960, FEDERICO FELLINI.

1.- ¿Qué es la construcción del caso en red? ¿En qué se diferencia esta manera de tratar la red con respecto al modelo que ya conocemos?
Los casos no existen per se, hay que construirlos. Lo que existen son informes, datos, expedientes que acumulan información. Construir un caso es encontrar la lógica que explica los fenómenos (actos, pensamientos, relaciones) que observamos. De esa manera evitamos responder de manera reactiva a lo que sucede sin entender sus causas.

2.- ¿Qué puede aportar el modelo de la construcción del caso en la atención de la Salud Mental en la Red de Salud Mental de Bizkaia? ¿Ventajas para pacientes y profesionales?
La construcción del caso tiene dos beneficios: por un lado permite que los profesionales encuentren una orientación para trabajar juntos y vectorizar sus esfuerzos. Por otro permite compartir la angustia que muchas veces generan estas situaciones y tratarla de manera que no nos bloquee ni precipite nuestra actuación. De esta manera cada uno (medico, enfermera, trabajador social, psiquiatra,..) puede hacer su trabajo y al tiempo apoyarse en la red. Para los pacientes todo ello implica mejora de la calidad asistencial y reduce duplicidades o ausencias innecesarias. Evita la iatrogenia institucional.

3.- ¿Qué papel juegan las instituciones públicas en este tipo de proyectos?
El trabajo en red es una oportunidad para las instituciones públicas de impulsar un modelo de relación asistencial que priorice la atención global de las familias y de las personas que acuden a los servicios. Se opone así a otros modelos burocratizados que ponen más el énfasis en la llamada “optimización de recursos” (más con menos) que al final resulta ser más cara (económica y socialmente) y que implica un abandono real de las personas que sufren.

4.- ¿Cómo poner en marcha un “proyecto piloto” de estas características en Bizkaia?
Para ello hacen faltan 3 factores: el compromiso de los profesionales en apostar por ese trabajo de construcción del caso, que implica una posición de humildad al admitir que el saber sobre el caso no lo tenemos de antemano, como expertos, y al margen del sujeto y de los otros profesionales. El segundo factor es que ese trabajo requiere de un liderazgo que coordine los esfuerzos sin por ello establecer modelos jerárquicos ineficientes. Se trata de animar, moderar y provocar esa elaboración colectiva. El tercer elemento es que ese trabajo no es sostenible sin el adecuado soporte institucional que implica no sólo reconocimiento del trabajo realizado sino medios para hacerlo viable. Con esos tres elementos se puede iniciar una experiencia piloto entre dos o tres servicios (salud mental atención social, atención primaria en salud) que contemple un número reducido de casos y que pueda ser valorado tras un año de funcionamiento.

5.- Por último, para aquellas personas interesadas en profundizar en esta modalidad de trabajo ¿Podrías recomendarnos algún texto o referencia?
La experiencia del Programa Interxarxes (Inter-redes) lleva 14 años de funcionamiento en el distrito de Horta-Guinardó (200.000 habs.) de la ciudad de Barcelona. Este trabajo ha generado diversas publicaciones que se pueden consultar en su web: www.interxarxes.net. Como reflexión propia, surgida de esa experiencia, he publicado un par de libros: “El Trabajo en red. Usos posibles en Educación, salud Mental y Servicios Sociales” (2009, Gedisa) y “La construcción del caso en el trabajo en red. Teoría y práctica” (2012, EdiUOC).

Julene Fernández, Mayo 2014, Bilbao.
INTERABIDE

martes, 24 de junio de 2014

El lado salvaje del capitalismo





La Vanguardia | Domingo, 22 de junio 2014


“La codicia es buena” (greed is good), lema del Gordon Gekko de la película Wall Street, anunciaba en los 80 la era del darwinismo social. Richard Sennett lo corroboró más recientemente al declarar de manera contundente que el capitalismo en los últimos veinte años se ha hecho completamente hostil a la construcción de la vida.

La exacerbación de ese lado salvaje se inicia con la desregulación de los años 80, liderada por Margaret Thatcher y Ronald Reagan, como nos lo ha mostrado de manera rigurosa Thomas Piketty (El capital en el siglo XXI). En nombre de ideales democráticos y de progreso (libertad, autonomía, crecimiento), y con el apoyo de las nuevas tecnologías, se enmascara esa voluntad de goce que no conoce límites y cuyo resorte pulsional y entrópico es evidente: no tiene otra finalidad que ella misma.

Hoy ya percibimos con claridad que no sólo se trata de liquidar formas de trabajo o de creación sino de constatar que el propio sujeto consumidor es ante todo un consumible.

Esta tesis ha sido dicha de muchas maneras y uno de los que la anticipó a finales de los sesenta fue Jacques Lacan cuando señaló los rasgos de este discurso que ambiciona la anulación de cualquier pérdida –de allí su pasión por reciclarlo todo incluida la protesta- y tiene la convicción cínica de que en la vida finalmente se trata sólo del goce. Es por ello que el amor –que siempre presupone la existencia de una falta, de un anhelo- no tiene lugar en el discurso capitalista, salvo en su condición de mercancía consumible.

Un ejemplo preciso de esta tendencia dominante lo encontraran en la web de citas www.seekingarrangement.com/es donde los sugar daddies (papis chulos), varones maduros con recursos y miembros de la élite, prometen “Relaciones de Beneficio Mutuo” a sugar babies, jóvenes estudiantes “atractivas, inteligentes, ambiciosas y orientadas a sus metas”. Bajo el eufemismo del beneficio mutuo se oculta una práctica de prostitución que bien pudiera considerarse como la forma actual del derecho de pernada feudal. Aquí son los padrinos quienes lo ejercen, velado por esas buenas intenciones y el consentimiento de las jóvenes: “Sabes –les exhortan desde la web- que te mereces salir con alguien que te consienta, que te haga crecer, y te ayude tanto mentalmente como en el ámbito emocional y financiero”.

La iniciativa goza de gran éxito en muchas ciudades de EE. UU. y en otros países. También en Catalunya donde la proporción de chicas por padrino es de 5 a 1 y como se señala en la web: “¿Qué otro sitio para hombres ricos tiene números tan impresionantes como estos?”. Ni Étienne de La Boétie hubiera imaginado una servidumbre voluntaria tan genuina.

Esta es la lógica que parece imponerse en nuestras vidas: la obsolencia programada de bienes y sujetos, sacrificados en el altar del dios money. Al falso dilema de la desregulación o el furor de la normativización –propia de una moral victoriana que sólo halló alivio en la carnicería de la I Guerra Mundial- habría que oponer una fórmula que, como el propio papa Francisco decía en estas mismas páginas, no alimente “la cultura del descarte”. Regular es aceptar una pérdida (pagar impuestos, consensuar normas colectivas) y ese límite es constitutivo de un lazo civilizado. Lo otro –digamos las cosas por su nombre- es la jungla salvaje de la pulsión de muerte.