viernes, 7 de febrero de 2020



La Vanguardia, viernes 7 de febrero de 2020

La epidemia del coronavirus nos confronta a una de las paradojas de nuestra sociedad: a pesar de ser la más segura de cuantas existieron, eso no nos ha librado del sentimiento subjetivo de inseguridad. Hoy tenemos apps y tecnología suficiente para controlar cualquier variable, desde antes del nacimiento hasta la muerte, y sin embargo uno de los malestares más frecuentes, y origen de muchas consultas y de un elevado consumo de ansiolíticos, lleva el nombre del miedo: panic attack. La sociedad del riesgo (Beck) es ya hoy la sociedad del miedo, donde el fantasma de la muerte se hace viral y planea sobre cada uno. Esa promesa de monitorización exhaustiva de nuestras vidas nos ha hecho, curiosamente, más vulnerables.

El desconocimiento y la incertidumbre siempre provocan temor y rechazo y la “infección viral” del miedo desata las peores tendencias xenófobas, como estamos viendo. Por eso, las personas necesitamos un relato para aproximarnos a ese enigma, una especie de intermediario y acompañante. Cuando lo logramos, el rechazo cede y lo extranjero se hace más familiar....

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jueves, 23 de enero de 2020


La Vanguardia, Opinión, 23/01/2020

Varones que han perdido privilegios, en muchos casos trabajo, y se sienten por ello humillados y ninguneados en una época donde ellas se hacen oír. El declive de lo viril, presente hace varias décadas, va parejo al declive de la autoridad paterna, especialmente de la fórmula del patriarcado.

Es hora pues -piensan algunos- de reconquistar ese lugar perdido. Nada mejor para ello que difundir fakes que apunten a esos temores de pérdida para   generar sentimientos colectivos de protesta. En los cuerpos de muchos de esos varones, y también de algunas mujeres, resuena con angustia la inquietud por los cambios y para ellos/as la propuesta de Vox del pin parental suena a refugio.

viernes, 27 de diciembre de 2019


Balneario de Panticosa (Pirineo Aragonés), diciembre de 2019


A todos los lectores y lectoras del Blog os deseo un Feliz 2020 con este hermoso paisaje de mi tierra que tuve ocasión de visitar recientemente.

lunes, 23 de diciembre de 2019


La denuncia de esta adolescente debe ser escuchada -más allá de sus circunstancias personales- por lo que revela de esa pasión de la ignorancia, por el no querer saber de nuestra pulsión de autodestrucción, en este caso planetaria. A otros -‘sabios’ y políticos- les toca encontrar las respuestas que convienen.

Pensar no viene de serie, hace falta crear primero un vacío de objetos, de actividades. Arriesgarse a enfrentar ese “horror al saber” que es también el horror vacui ante la incertidumbre y la ausencia de respuestas rápidas y fáciles. Hay que aguantarse un poco la angustia y el no saber.

Dicho esto, recordemos una de las frases más conocidas de Confucio, filósofo y político chino, que se interesó en la enseñanza y respeto a los preceptos de los sabios de la antigüedad: “Cuando el sabio señala a la luna, el necio mira al dedo”. Viene muy a propósito de aquellos que no escatiman críticas e insultos (límite de la argumentación) a la figura de Greta Thunberg, sea por el papel que juegan sus padres, por su estilo propio o bien por la falta de propuestas viables que le reprochan. Aquí el no querer saber –el necio que mira el dedo- es preocupante porque afecta a aspectos esenciales de la vida y de las personas. Y eso solo cabe explicarlo por ignorancia o por mala fe (intereses opacos), o incluso por la suma de las dos.

miércoles, 4 de diciembre de 2019

"Hemos pasado de mirar al Padre –como referencia y/o lugar de mando- a mirar al iPad"


PsiAra, COPC, 4 de diciembre de 2019
"Para decirlo brevemente, hemos pasado de mirar al Padre –como referencia y/o lugar de mando- a mirar al iPad, el nuevo mando. Donde antes el saber se ligaba a la tradición y a la jerarquía, ahora cada uno lo lleva en el bolsillo y se construye más horizontalmente. No es que los padremadres hayan desaparecido, pero se han desvanecido, eclipsado ante el fogonazo del brillo de esos gadgets que nos hipnotizan y nos invitan a gozar, menos en familia y más en un régimen de unos solos.
Hannah Arendt nos dio una primera idea al señalar como las generaciones precedentes debemos acoger las novedades que toda generación trae, ya que de no hacerlo así bloquearíamos toda idea de futuro para ellos. Martin Heidegger, en su magnifico texto “Serenidad”, añade cómo hacerlo: aceptar las innovaciones técnicas sin renunciar a los principios que nos guían. La privacidad, cierta intimidad, es valiosa en nuestra vida presencial ya que no todo debe ser visible -como recordaba Junichiro Tanizaki (“Elogio de la sombra”)- y transparente. Eso mismo debería orientarnos en el uso de las RRSS. No se trata, por tanto, de prohibir o laissez faire, como si la autoregulación fuese posible especialmente en la infancia, sino de limitar el uso a partir de una idea de lo que queremos permitir. Esa regulación, por supuesto, debe afectar en primer lugar a las GAFAM (Google, Amazon, Facebook, Apple, Microsoft) que encarnan el verdadero gobierno de los algoritmos. "