Extractos de la entrevista con José Ramón Ubieto
"Freud
definía al yo como una síntesis inestable de múltiples identificaciones heterogéneas.
Es decir, que el propio yo resulta ser lo más frágil de un sujeto. La
identidad, si la consideramos en su sentido consciente, es decir, aquello que
uno dice ser o cree ser proporciona una fortaleza ilusoria que se derrumba
cuando una manifestación de lo real irrumpe bruscamente (pérdida de cualquier
tipo: muerte, separación, enfermedad). Es por ello que más que fortalecer el yo, el psicoanálisis plantea la
apuesta de no ceder frente al deseo, de soportar algo de la angustia que eso
implica. Soportar la espera, los intervalos, los vacíos y los silencios, sin
correr a llenarlos con todo tipo de objetos o medicamentos. Al tiempo que hacemos
ese sacrificio narcisista, que nos permite tolerar mejor la castración, se
trata de reforzar los vínculos con el otro, empezando por el lenguaje. Los
pedagogos nos recuerdan que el mejor antídoto para el fracaso escolar pasa por
la lectura, por el acceso a los recursos simbólicos que la cultura nos ofrece.
Poder elegir el máximo de combinatorias significantes provee de recursos a un
sujeto para tratar de bordear el agujero que todo real cava en nuestras vidas.
"(...) El inconsciente mismo, señala Jacques Alain Miller, es una elucubración de saber sobre el parlêtre. El inconsciente no deja por tanto de trabajar y de producir lo que llamamos semblantes, que no son otra cosa que tentativas de atrapar ese real que se nos escapa porque carece de sentido. Lo real, por definición, es lo que no tiene sentido y surge bruscamente, volviendo siempre al mismo lugar. Cuando alguien sufre un acontecimiento traumático, como la muerte de un ser querido, una enfermedad grave o es víctima de una atentado o de un accidente importante, queda sin palabras, paralizado por eso que se le impone como real. A partir de aquí necesita conseguir un saber hacer con eso y para ello el inconsciente tiene que producir alguna significación, registrar ese agujero y bordearlo con artificios, construcciones personales y también semblantes extraídos de lo social."
"La tesis de Freud es que los sujetos
nos identificamos a ideales que nos orientan y nos permiten situarnos en la
vida pero todos tienen un reverso: en un punto están llamados al fracaso. Si
hay un ideal, dice Freud, habrá entonces un síntoma que lo hará fracasar. Esta
es la tesis freudiana que opone ideal y síntoma. ¿Dónde localizar, pues, al
sujeto: en ese ideal por el que se hace representar (cristiano, liberal,
catalanista, trabajador,..) o en el síntoma que muestra su fracaso?"