El psicoanalista José Ramon Ubieto, ha contado con la experiencia de un equipo profesional multidisciplinar para escribir el libro (Foto: Maite Cruz)
ENTREVISTA
“El acosador libera su angustia en la víctima”
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José R. Ubieto, autor de ‘Bullying. Una falsa salida para los adolescentes’
SUSANA
QUADRADO 23/01/2016 23:00 |
Actualizado a 23/01/2016 23:38
José R. Ubieto analiza en el
libro Bullying. Una falsa salida para los adolescentes (NED
Ediciones) la complejidad de un hecho tan dramático como es el acoso escolar. Lo hace desde su experiencia clínica y la de
un grupo multidisciplinar de profesionales. Este psicoanalista apunta a cuatro
posibles causas: el eclipse de la autoridad del padre y el maestro, la
importancia de la mirada y la imagen, la desorientación adolescente respecto a
su identidad sexual y un sentimiento de desamparo ante lo que los adultos
quieren de él en la vida.
El bullying es una manifestación de
crueldad entre adolescentes. Pero, según usted, también es un síntoma. ¿De qué?
De la dificultad de hacer el tránsito
hacia la juventud. Debe hacerse adulto y asumir su condición sexual. Los
adolescentes olvidan sus juguetes infantiles para vérselas con una nueva
pareja: su cuerpo sexualizado. Habitar ese cuerpo les produce extrañeza y les
inquieta. La primera respuesta es manipularlo para hacerlo suyo: se visten, se
disfrazan, se tatúan, se peinan, se agitan –con tóxicos y sin– se musculan,
experimentan el sexo, se adelgazan...
Pero eso no tiene por qué convertirse en
un problema.
No tiene por qué convertirse en un
problema, cierto. Todo depende de lo que pasó antes, en la infancia, de la
posición que toman sus padres y docentes para acompañarles y por supuesto del
tiempo que cada chaval necesita para concluir ese tránsito hacia la vida
adulta.
Si un hijo te dice, ‘papá, no me ralles’,
¿qué respondes?
Los padres no deben dejar de dar su
opinión aunque al hijo no le guste. Le sirve de guía, aunque sea para
saltársela. Estar al lado es saber algo de lo que les pasa, no sólo de lo que
esperamos de ellos, también de lo que ellos esperan de sí mismos y a veces no
alcanzan y les duele. Es importante además que les hablemos de nuestros fracasos.
Cada padre o madre tiene que inventar sus propias respuestas para ganarse la
autoridad sobre su hijo.