Debate
en la Fundació Bofill. 22 mayo de 2018
Intervención
de José R. Ubieto.
Psicólogo clínico y psicoanalista. Profesor de la UOC.
Autor de “TDAH. Hablar con el cuerpo”, “Bullying. Una falsa salida para los adolescentes”
(ed.) y “Niñ@s Híper” (con Marino Pérez-Álvarez).
Leer los trastornos de conducta exige, de entrada,
explicitar el marco donde se encuadran porque desde los conceptos y palabras
con los que los definimos hasta sus coordenadas básicas (etiología,
comorbilidad, incidencia social) ya determinan esa lectura.
Los metanálisis mostrados
derivan de una concepción de las problemáticas conductuales derivada del marco
DSM como referencia teórica (e ideológica) que aunque se plantee como aséptica
y ateórica, no lo es en absoluto.
En el DSM estas problemáticas conductuales tienen
nombre propio: TDAH (impulsividad), TOD (desafío, confrontación), TC
(violencias varias) y conllevan ya un programa de actuación muy definido y que
incluye la psiquiatrización y psicologización con, en muchos casos, una
posterior medicalización e incluso una judicialización de esas conductas (TC).
El problema de optar por este marco es que deja de
lado otras “problemáticas conductuales” muy importantes, aunque a veces sean
más discretas: parasitismo (adicciones), inhibición (fracaso escolar,
aislamientos voluntarios) o estados melancólicos y desvitalizados (depresión,
suicidio, autolesiones).
Es relevante que en una gran mayoría de los casos de
masacres escolares, protagonizados por adolescentes “discretos”, donde no había
registros anteriores de “problemáticas conductuales” explicitas, lo que sí se
constata son