martes, 28 de febrero de 2017

Psicología de las masas en la era digital y postpatriarcal (I)




La Vanguardia. Dossier Culturas. Sábado 25 de febrero de 2017

La era analógica y patriarcal ya es historia. Y los cambios afectan también al modo en que los individuos se relacionan y organizan. ¿Dónde están hoy los líderes? ¿Cómo surgen? ¿Cuál es la génesis y las motivaciones de los nuevos grupos sociales? Proponemos un análisis de las masas a la luz de las nuevas realidades



En medio de una calle derruida por los bombardeos, un niño camina con su bici y un pokémon de un azul intenso, que contrasta con el gris del paisaje. Más allá, otro niño parece hablar con su pikachu lloroso, sentados en lo que un día fue una acera y que ahora deja ver sus tripas de acero, secuelas del combate que se libra día a día.

Estas estampas, obra de Saif Aldeen, artista y activista sirio, han sido lanzadas a las redes sociales para llamar la atención del mundo sobre el conflicto sirio. Los militantes del RFS, opositores al régimen de Bachar al Asad, han aprovechado el éxito del video juego Pokemon Go fotografiando a niños de 7-8 años, desconocedores del juego y habitantes de una de las zonas más castigada por los combates.

Esta iniciativa es un buen ejemplo del encuentro entre dos versiones de la realidad muy diversas, que sin embargo coinciden en un mismo espacio y tiempo: la realidad aumentada y la realidad estallada. Dos fenómenos actuales que nos permiten pensar la psicología de las masas en nuestra era digital y post-patriarcal de manera nueva respecto al análisis que Freud hizo hace 100 años, justo al acabar otra guerra que puso fin al “mundo de ayer”: la primera guerra mundial.

jueves, 9 de febrero de 2017

¿Estamos obligados a ser felices?




La Vanguardia, domingo 5 de febrero de 2017


Hygge: el secreto de la felicidad danesa

La felicidad hace ya tiempo que forma parte de la agenda política. Desde el S. XVIII, en que algunos ilustrados (Mandeville, Saint Just) hablaron de ella y la Declaración de Independencia de Estados Unidos recogió el derecho a ser feliz como uno de sus principios fundamentales.

Pero no fue hasta los avances recientes de las neurociencias que se creó una supuesta ciencia de la felicidad. Lord Layard y Anthony Giddens –directores de la London School of Economics (think tank del new labour de Toni Blair) -  buscaron en la economía el índice fiable de la felicidad. A eso añadieron investigaciones que demostraban que el cerebro se hacía eco de ella.

La paradoja que encontraron es que aun doblando o triplicando el PIB, la gente no era más feliz. La economía no lo era todo. En realidad lo que nos ilusiona es tener lo que tienen los demás. Eso nos empuja a conseguirlo por los medios disponibles (legales o no) y nos muestra otra cara menos “feliz” de la naturaleza humana: la que apuesta por gozar sin límites y a veces pagando un precio alto por los excesos cometidos.

El hedonismo, sorpresa, no nos da la felicidad sino que nos conduce a un más allá del placer que ya Freud descubrió como pulsión de muerte.

viernes, 3 de febrero de 2017

Las políticas psi en España: de los neurotransmisores a la gestión emocional







Las políticas psi en España durante los años 70 y parte de los 80 estuvieron marcadas por un comunitarismo militante, reacción a cuatro décadas de dictadura franquista. Influenciadas por el movimiento de la Antipsiquiatría, colocaron en el centro de su acción a los nuevos sujetos, ahora de pleno derecho, y dieron paso a la proliferación de dispositivos públicos y privados de salud mental, en los que el psicoanálisis y las terapias de la palabra tuvieron un lugar relevante.

La alianza estratégica del management y el cientificismo tomaron el relevo y extendieron su dominio hasta nuestros días. El nuevo ideal del atomismo psíquico, promovido por las falsas neurociencias, casaba muy bien con la tarificación del acto, en su voluntad de deconstruir al sujeto en partículas bioquímicas para así evaluar sus perfomances. Y de paso asegurar, en nombre de las buenas y saludables intenciones, que la voluntad de control se impusiese como inercia pulsional, velada por los significantes amos en juego (evaluación, eficacia, objetividad,..). La máscara de hierro, a la que alude Lacan en Radiofonía, es sin duda la plusvalía disfrazada por ese discurso que promueve el mutismo del sujeto.

Las principales regulaciones en nuestro país han tomado, así, la vía de las Guías clínicas (TDAH, Autismo, TLP, Trastorno Bipolar) que mantienen sus indicaciones cada vez más neurobiologicistas, admitiendo como única terapia psicológica la derivada de las TCC.

Paralelamente, el Estado ha optado por una progresiva sanitarización de la práctica clínica