Adolescencias
del S.XXI: nuevos ritos de paso
José R.
Ubieto
Nadie sale de la adolescencia sin superar unas
pruebas. Son los ritos de paso que implican siempre tres momentos. Primero hay
que salir de lo familiar, abandonar los juguetes infantiles para encontrar
otros modos de satisfacción, más acordes con el nuevo cuerpo, ahora ya púber y
sexualizado. En algunas culturas esto suponía dejar la tribu e irse lejos. En
otras, pasar de la autoridad del padre a la del maestro o patrón, en calidad de
aprendices. Y hasta hace unas décadas la mili, para los varones, o el servicio
fuera de casa, para las mujeres, servían también de ritos de paso.
Hoy las cosas son diferentes, la adolescencia
se alarga y la sociedad no ofrece ritos pautados. En la cultura del Do it yourself
cada uno se las apaña para inventárselos. El popular interrail, al termino del
bachiller, el Erasmus, los años sabáticos en el extranjero o las fugas
temporales parecen cumplir con esa función de alejamiento de lo familiar.
El segundo tiempo del rito es la exposición a
pruebas que verifique la capacidad del chico/a para hacerse adulto y le permita
habitar ese cuerpo “rebelde” que no deja de emitir signos extraños
(excitaciones, malestar) para los que no tiene respuestas claras. Las pruebas
hoy