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viernes, 31 de agosto de 2018

«Equivocarse es una herramienta de aprendizaje»







UOC News. Por Marian Antón


José Ramon Ubieto: «El mayor error de los padres es olvidarse de que fueron niños y también decepcionaron a sus padres»

Además de profesor en nuestra universidad, José Ramón Ubieto es colaborador habitual del diario La Vanguardia y psicólogo del Ayuntamiento de Barcelona: acaba de publicar su último libro, Niñ@s hiper (Ned Ediciones).



«El aburrimiento es la clave de la creación: si llenamos toda la vida del niño con actividades o gadgets, lo dejamos sin recursos para buscar sus propias vías»
 
¿A qué hace referencia el concepto niños hiper, que da título a tu último libro?
Al exceso que vemos hoy en día en las expectativas y en el funcionamiento de las infancias actuales: las queremos aceleradas cuando la infancia, decía Freud, es un tiempo lento, para curiosear, aburrirse y comprender las cosas, incluyendo un cierto «fracaso». Equivocarse es una herramienta de aprendizaje.

¿Cómo surgió la necesidad de hablar de este tema en tu caso personal?
Tuve una infancia feliz, en un pueblo del Pirineo aragonés en los sesenta, sin interferencias de ningún «especialista». Quería responder las preguntas básicas: ¿de qué deseo soy hijo (qué quieren mis padres)?, y ¿cómo saldré de la infancia y me haré mayor? Con la llegada de la pubertad y el encuentro con la sexualidad, los padres me llevaron a un neurólogo porque tenía algunos síntomas de conversión, y allá me vi observado como si fuera algún monstruo. Esa angustia de alguien que se siente observado es también la angustia que hoy sienten muchos chicos y chicas cuando los diagnosticamos y etiquetamos, muchas veces por problemas cotidianos, como fue también mi caso.

Según tu punto de vista, ¿cuáles son los errores más importantes que los padres actuales cometen con sus hijos?
El más grave es olvidar que fueron niños y niñas y decepcionaron a sus padres (esto lo hacemos todos), igual que sus padres también los decepcionaron a ellos. Cuando lo olvidamos y buscamos el déficit cero en nuestros hijos, nos volvemos vulnerables a cualquier charlatán que nos promete un artilugio electrónico o una técnica nueva que nos permitirá monitorizar y controlar a nuestros hijos o hijas.

¿Qué consecuencias puede tener esta hiperactividad en los más pequeños a la larga?
La sobreactividad motora es típica de la infancia, pero en algunos casos (ansiedad, asma, duelos difíciles, violencias familiares) se agrava. Etiquetar todas estas situaciones como TDAH es un grave error porque reprime la singularidad de cada caso. El futuro será siempre diferente y dependerá de cómo se resuelven las dificultades que han motivado esa respuesta agitada.


Vivimos en una sociedad que huye de la inactividad. En el caso de los niños, parece que queremos conseguir que no estén nunca aburridos. ¿Es esto peligroso para el desarrollo de su creatividad?
Sí, porque el aburrimiento es la clave de la creación y del pensamiento. Inventamos cosas a partir de un vacío. Si llenamos con actividades o gadgets toda la vida del niño lo dejamos sin recursos para buscar sus propias vías.

También parece que cada vez hay más padres «quemados» con su rol. ¿Cuáles son las causas que explican este sentimiento cada vez más generalizado?
Como decía antes, el imperativo actual de conseguir el déficit cero, el riesgo cero y la excelencia máxima se convierte en una exigencia para padres y madres. Cuando estos no pueden resistirse, tienen que olvidar su pasado, intentar borrarlo con los resultados de sus hijos. Eso se convierte en una tarea imposible que los agota, sin muchos resultados positivos. Unos padres imperfectos son siempre una suerte.

¿Qué consejos prácticos darías a los padres que se encuentran en esta situación?
Que se relajen, que conecten con su propia niñez, que vean cómo salieron adelante y den testimonio a sus hijos de esa salida. No todo depende de ellos: los hijos eligen y deciden sobre su futuro. Y, sobre todo, que conversen con los hijos sin mucho prejuicios.

En tu libro también hablas de la «hipersexualización» de los más pequeños. ¿A qué hace referencia este término? 
A que ponemos la sexualidad adulta como un horizonte inmediato de la infancia, cuando eso no es lo que toca. Hay que dar tiempo para que cada uno haga su trayecto y llegue a la pubertad para descubrir y vivir la sexualidad con los demás. Hipersexualizarlos es también ponerlos en el lugar de un objeto de goce. Este fenómeno no es ajeno al hecho de que hoy el «porno» sea la vía de iniciación sexual de la infancia y las adolescencias.

Finalmente, en el caso de la hiperconectividad, ¿cómo pueden los padres pretender que los hijos tengan una relación con los dispositivos electrónicos diferente de la que ellos mismos tienen? ¿Se puede educar en la no dependencia cuando nosotros mismos no podemos vivir sin nuestros móviles o tabletas?
No puedes transmitir lo que tú no deseas. Si te apasiona conectarte y no puedes dejarlo, será difícil que puedas transmitir esa regulación. La realidad digital es muy importante para las nuevas generaciones y hay que darles acceso a ella pero, al mismo tiempo, hay que regularla porque es evidente que no se autorregula. Si no intervenimos los dejamos en una nueva forma de desamparo: el digital.


http://cv.uoc.edu/estudiant/mes-uoc/es/actualitat/noticies/comunitat/entrevista_jose_ramon_ubieto.html

miércoles, 18 de julio de 2018

¿A que llamamos TDAH: patologia psiquiátrica, síntoma educativo, estilo de vida?





"No es de una indocilidad demasiado grande de los individuos de donde vendrán los peligros del porvenir humano. Al contrario, el creciente desarrollo, en este siglo, de los medios para actuar sobre el psiquismo , una manipulación concertada de las imágenes y de las pasiones, de las que ya se ha hecho uso con éxito contra nuestro juicio, nuestra firmeza y nuestra unidad moral, darán lugar a nuevos abusos de poder." 

Jacques Lacan. La Psiquiatria inglesa y la guerra (1946) 

TDAH: ¿movidos o enfermos?

La Vanguardia. 13/7/18. Dia Mundial de Sensibilizacion sobre el TDAH

La agitación y el movimiento son propios de la infancia y no tienen, en ellos mismos, nada de patológico. Responden a la necesidad del niño y de la niña de resolver algunas dudas e inquietudes normales de cualquier desarrollo. Preguntas del tipo ¿qué lugar tengo yo en ésta familia? ¿Qué soy, como hijo, en el deseo de mis padres? ¿Perderé su amor si les fallo o me confronto a ellos? ¿Por qué prefieren a mi hermano/a?

Leer artículo completo


Todos somos ‘TDAH’

Diari de l'Educació. 13/7/18.  Diari de la Sanitat. 13/7/18

Llegir versió en català publicada originalment al Diari de l'educació i al Diari de la Sanitat

Si somos capaces de pensar que la movilidad en la educación no es un problema, sino una oportunidad, nuestra percepción de las conductas TDAH como perturbadoras de un sistema y de un aula, propia del siglo XIX, cambiará.


El Día Mundial de Sensibilización sobre el TDAH, que se celebra hoy, fue propuesto en 2012 por el profesor Russel Barkley a la OMS. Barkley es una de las autoridades mundiales en la materia y autor de numerosos trabajos al respecto. Es también uno de los impulsores del TDAH en adultos, consciente de que al menos un 50% de los niños y adolescentes diagnosticados de TDAH lo seguirán siendo en la vida adulta, a pesar de la medicación y los tratamientos que reciban de niños.

Otro eminente psicólogo y profesor emérito de la Universidad de Duke, Keith Conners, señaló en una entrevista para el New York Times, que el número de niños diagnosticados con TDAH se había elevado a 3,5 millones (600.000 detectados en 1990). Él mismo calificó estas cifras de "un desastre nacional de proporciones peligrosas” y añadió diversas consideraciones en su blog. El trastorno es ahora, en los EEUU, el segundo diagnóstico más frecuente a largo plazo realizado en niños, muy cerca ya del asma. En España, los casos de Trastornos por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) se han multiplicado por 30 en los últimos años, sobre todo en niños de 8 a 12 años.

¿Cómo interpretar estas cifras? ¿Estamos sobrediagnosticando y, por ende, sobremedicando? ¿El problema ya existía y ahora somos más sensibles, tal como promueve este día mundial de sensibilización?

martes, 5 de junio de 2018

“Diagnosticar el TDAH s’ha convertit en el recurs fàcil”

Diari Ara. 21/05/2018

José Ramón Ubieto compagina la professió de psicoanalista amb la de professor a la UOC. Acaba de publicar ‘Niñ@s hiper’, escrit a quatre mans amb Marino Pérez, catedràtic de psicopatologia de la Universitat d’Oviedo
A Niñ@s hiper, Ubieto i Pérez denuncien l’obsessió dels pares per convertir la infància dels seus fills en hiper. Conversen sobre com els adults estan colonitzant la infantesa de manera accelerada per la via de tot allò que porta aquest prefix: hiperactiu, hipersexualitat, hiperconnectat...

Comencem pels hiperconnectats. S’ha posat de moda monitoritzar la vida dels fills via aplis per comprovar si dormen bé, si mengen prou... ¿Com està afectant aquesta hiperconnexió el paper dels pares?

Abans els pares tenien galons només pel fet de ser pares. El problema és que, amb la transformació de la societat, molts estaven desorientats perquè no sabien si seguir el model dels seus pares o un altre de totalment diferent. Just en aquest espai de trànsit ha entrat amb molta força la tecnologia i molts pares l’han acceptada pensant que els podria servir per monitoritzar la vida, com si es pogués reduir a un algoritme. A més, aquests avenços es presenten com si fossin promeses que et permeten controlar el fill, i en realitat tenen dos efectes: l’hipercontrol i un cert abandonament, perquè amb l’excusa que el nen ja està monitoritzat l’acabes deixant sol.

Una obsessió de la societat actual és posar etiquetes a tot. Per què?

Les etiquetes van bé a tothom, triomfen perquè és un nom per a un estat. Quan et trobes malament t’espantes, però quan el metge et posa l’etiqueta ja et tranquil·litzes. Proporcionen una identitat en moments d’incertesa. No només els interessa als metges, de posar-ne, sinó també als pares per poder dir que el seu fill té, per exemple, TDAH, perquè si no en tingués s’haurien de preguntar què han fet malament ells, què no escolten...