La Vanguardia, lunes 13 de Junio
de 2016
Los graves enfrentamientos
entre hooligans rusos e ingleses, con motivo del partido de la Eurocopa, nos
interroga de nuevo sobre el estatuto de esta violencia que se repite con
ocasión de cada evento deportivo. ¿Violencia lúdica, patriótica, racista?
“No queremos un mundo en el que se
nos garantiza que no vamos a morir de hambre a cambio de la certeza de morir de
aburrimiento”. Esta frase de un grafiti suizo de los anos 80, escrita por jóvenes
que protestaban por el cierre de unos centros recreativos, nos da una de las
claves de lectura de la violencia de los hooligans.
Este tipo de violencia surge en Gran
Bretaña en los anos 60, justo en las décadas doradas (golden years) del estado del bienestar. Sus protagonistas son jóvenes
obreros y de clase media que cumplen sus obligaciones laborales durante la
semana sin demasiadas quejas ni un gran entusiasmo por su tarea.
El fin de semana y en los grandes
eventos públicos (conciertos, vacaciones y partidos de fútbol), sobre todo
lejos de su ciudad y país, es la ocasión propicia para dar a sus vidas un poco
de emoción,