martes, 11 de agosto de 2020

¿Estamos preparados psicológicamente para El Confinamiento 2T?

 



El Periódico de Catalunya, miércoles 29 de julio de 2020

Partimos de un dato clave: no existen vivencias colectivas homogéneas como respuesta a una crisis, como la actual del Coronavirus. No hay el “Todos lo vivimos igual”. Cada uno/a responde a su manera, con su estilo singular y en consonancia con su estar en el mundo y manejarse con su vida. Hecha esta salvedad importante, podemos aventurar que un nuevo confinamiento sería una experiencia vital difícil y mucho más complicada que la anterior. Hoy ya constatamos algunos efectos y afectos compartidos, en reacción a los rebrotes.

Un primer tipo son los de tinte depresivo, resultado del frenazo en la salida del túnel en el que nos encontramos. Las expectativas de terminar se aplazan y eso provoca decepción, tristeza, cansancio y una cierta inquietud por no ver la luz al final.

Un segundo grupo son los vinculados a la inhibición social, al aislamiento y reclusión como respuesta fóbica a la nueva emergencia del virus. Se eluden contactos sociales, familiares y se suspenden las salidas de vacaciones porque se impone la desconfianza en los otros (ciudadanos y gobierno) e incluso el miedo.

Finalmente, encontramos la rabia que se manifiesta como irritación, indignación, desobediencia a las indicaciones de la administración, y en su límite puede incluso generar conductas violentas. Es una rabia dirigida a lo que se percibe como irresponsabilidad, sea de otras personas que no guardan las distancias ni cumplen las medidas, o bien del gobierno que se ha mostrado incapaz de prever la situación.

Frente a ello, las responsabilidades sí son colectivas, pero a cada uno/a la suya. Las autoridades, en previsión de tomar medidas más restrictivas, tienen que asumir que parten de un sentimiento bastante generalizado de descreencia y desconfianza por parte de la población -lo que mina claramente su autoridad- y por tanto deberían rectificar algunas actuaciones.

Sus indicaciones deben ser claras (apelar a la responsabilidad individual es loable pero no basta), coherentes (no ayuda prohibir actividades deportivas o culturales perfectamente trazables cuando se permiten otras nocturnas de difícil seguimiento) y proporcionadas (mejor un núcleo que todo). Junto a ello, cabe mejorar medidas y recursos de prevención, detección y seguimiento de los brotes.

Lo que re-brota en cada uno no es responsabilidad del gobierno, pero las condiciones en que lo hace sí porque de ellas depende mucho cómo podamos encontrar, entre todos, la salida a esta pesadilla.

Las medidas que cada uno/a tendrá que tomar, en caso de nuevo confinamiento, no serán muy distintas de las ya probadas: mantener el vínculo con los otros, presencial o telemático; activar el cuerpo con paseos o deporte y organizarse el tiempo, separando los momentos (trabajo, ocio, deporte, socialización, intimidad) para evitar la sensación de eternización. En el mientras tanto, conviene darse todas las alegrías y goces posibles, eso sí, con distancia y medidas.


sábado, 1 de agosto de 2020

Conferencia de José Ramón Ubieto : "Niñez y Pandemia" 31 de Julio 2020




Seminario de Psicoanálisis y Filosofía , CICDEBA Coordina: Mario Goldenberg

¿Cómo ha incidido la pandemia en las infancias y que dejará como restos?. Puedes escuchar la conferencia y el debate aquí:

jueves, 23 de julio de 2020

Jóvenes invulnerables y grupo



«Los jóvenes se ven invulnerables»

Diari de Tarragona, 11 de Julio de 2020

"Hay una necesidad de contacto a ciertas edades. Esto les pilla en un momento en el que no es fácil aceptar esa restricción, va en contra del estado natural que ellos tienen: no aceptar ciertos límites, pensar que es algo que viene de los adultos y que por tanto es algo que se puede transgredir, sin atender a que es el propio virus el que impone sus propias leyes… El conjunto hace pensar que los podamos considerar como un grupo que exige una cierta atención."

LEER ENTREVISTA COMPLETA

________________________________________

ANGOIXA DEL NOU CONFINAMENT
Cadena Ser Catalunya, 23 de Julio de 2020


"No hi ha una experiència col·lectiva compartida, cadascú ho viu d'una manera. Trobem tres tipus d'efectes: la depressió, la inhibició social i la ràbia"
Escuchar audio

jueves, 9 de julio de 2020

Jóvenes a cara descubierta


Jóvenes a cara descubierta. ¿Cómo animarles a protegerse?
The Conversation 

¿Por qué debe preocuparles el coronavirus, si ellos ya tienen su propio virus con el que luchan día a día? ¿Cómo pensar en distanciarse de aquellos con los que pueden reconocerse, autoafirmarse, vivir de manera “auténtica”? ¿Cómo eso se considera problema si justamente esa es su solución?





viernes, 3 de julio de 2020

La brújula de la sorpresa. Una orientación en el trabajo en red




Cuando surge una crisis importante, como la actual de la Covid-19, los marcos se desencajan y con ellos la jerarquía de prioridades de cada uno/a, e incluso de la propia sociedad. Por eso, la primera pregunta que deberíamos hacernos, en lo que respecta al trabajo en red, es ¿Qué es lo esencial en nuestra propuesta, eso que constituye el hueso de Interxarxes?[1] Todo indica que no es la coordinación entre profesionales, eso ya se hace de manera automática (presencial o telefónica). Tampoco el uso de las redes telemáticas (protocolos, mails, aplicativos) que ya hemos incorporado y se ha convertido desde hace un tiempo en nuestro automaton. Ni siquiera el hecho de reunirnos presencialmente, actividad que hacemos habitualmente de dos en dos o en grupos más grandes.

Lo esencial, creo, es algo más ligero pero al tiempo más consistente como revulsivo: el hecho de que la conversación –como procedimiento central de nuestro “método”- da un lugar relevante a la sorpresa, ese factor que contraría el funcionamiento automático, eso que hacemos sin pensar apenas. No es poca cosa, sobre todo en un paradigma asistencial como el que tenemos, donde la monitorización y la protocolización ahogan cualquier imprevisto, cualquier azar y contingencia. El trabajo en red, en cambio, nos permite descubrir que un caso que parecía negro tiene algunos detalles azules o incluso verdes. O que una situación que no encontraba ninguna salida encuentra una, y también (hay sorpresas menos agradables) que un caso -al que dedicamos muchos recursos y esperamos mucho- sigue, sin embargo, sin cambios, fijado a una repetición infinita.

La sorpresa es, de hecho, la verdadera causa de nuestra conversación y de la elaboración colectiva de una nueva manera de ver los casos, de captar algo que no estaba antes y que se ha producido en la conversación. [2]Y no solo en lo que se refiere a los casos, también en nuestra propia organización del programa. Cuando, p.e., descubrimos con alegría que un/a colega sin muchos galones ni experiencia acumulada –pero con deseo y rigor- presenta un caso o se hace cargo de una responsabilidad manteniendo y/o mejorando experiencias anteriores.


viernes, 26 de junio de 2020

Más allá de la zoomvida





La Vanguardia, 26 de junio de 2020



La fatiga zoom es un nuevo modo de cansancio, que se suma a otras modalidades anteriores del agotamiento digital. La novedad de esta es que surge en medio de una pandemia y con la pretensión de reemplazar los encuentros presenciales. Esas circunstancias son claves para entender la fatiga. Por un lado, la pandemia que comporta muchas incertidumbres -apenas tenemos una parte del relato-, causa de miedos y tristeza por las pérdidas. El cansancio es un signo muy característico del ánimo depresivo.

Por otra parte, lo virtual disloca tres registros que normalmente se anudan en un encuentro cara a cara: la imagen, el cuerpo y la voz. Aquí el cuerpo está en casa, fuera de la escena, la imagen rígida y a ratos congelada y la voz va y viene, se encabalga o queda en silencio sin saber, a veces, cómo interpretar esas pausas (forzadas por la conexión o simples vacilaciones).

martes, 16 de junio de 2020

El duelo por los abrazos



La Vanguardia, lunes 15 de junio de 2020
El abrazo es, pues, una suplencia a esa armonía imposible de encontrar en la cama o con las palabras. Su propia gestualidad rodea, con los brazos abiertos, el vacío que se abre para cada cual. Los abrazos cubren ese agujero y nos permiten la ilusión del amor, fórmula popular para mantener los lazos de pareja, familiares o sociales. Al igual que hablamos y escribimos, intentando decir lo que de todas maneras el lenguaje no alcanza, nos tocamos y abrazamos para tratar de bordear ese vacío central.
El duelo que nos espera hasta el año próximo es el asomarnos allí sin el recurso al abrazo, conformarnos con otros modos menos intensos y maneras nuevas que habrá que inventar. Quizás por ello, los encuentros alrededor de las mesas de las terrazas tienen tanto éxito, son otra forma de rodear el agujero central que se ha reabierto, con la pandemia, en nuestras vidas.