jueves, 25 de mayo de 2017

«La tecnología permite que uno se burle de otro sin dar la cara»






Diario Información. Alicante, 3 de mayo de 2017
 

José Ramón Ubieto estuvo hace unos días en Alicante para presentar su último libro «Bullying, una falsa salida para los adolescentes»




¿Por qué califica de «falsa salida» el acoso escolar?
Porque el bullying es una manera de tratar un problema de los propios adolescentes, que descubren que el cuerpo que hasta ahora no les llamaba la atención, de repente les sorprende, les interroga. Estos chicos tienen una tentación: para quedar tranquilos con su cuerpo manipulan el del otro. Es una manera de salir de ese impase. Entonces tratan de tomar un chivo expiatorio, que suele ser el gordo de la clase, la chica que tiene demasiado éxito con los chicos, el autista... Es una manera de demostrar que ellos no están seguros de sí mismos. No es que les ayude a salir del problema, es delegar el problema en otros.

¿Cómo ayudar a los jóvenes que pasan por este proceso para que no se conviertan en unos acosadores?
Los padres, profesores y psicólogos debemos buscar
fórmulas de conversación con los adolescentes que no sea sermonearles constantemente. Tampoco funciona la tendencia moderna de darles un móvil y olvidarse de ellos.

Pero hablar con un adolescente a veces es misión imposible.
Hay que encontrar momentos y espacios, como la escuela. Hay que interesarse por lo que ellos se interesan. Hay que dejarles hablar de los que les gusta y encontrar formas de acercarse. Una de ellas es preguntarles, no para que los padres se hagan los adolescentes sino para dar valor a lo que les interesa y hay que darles testimonios de lo que fue para nosotros la adolescencia. En lugar de decir «no hagas eso» hay que contarles que tú también lo pasaste mal ante cualquier problema y cómo lo superaste.

¿Cómo ha influido el uso de las nuevas tecnologías en el problema del bullying?
Las tecnologías forman parte de su vida y se han introducido en el acoso como una prolongación de la escena del acoso. El problema de las tecnologías es que tienen unas características que favorecen tendencias más destructivas. Permiten que uno se burle de otro sin dar la cara, cosa que en la escuela es imposible. El problema es el desamparo digital. Les hemos dejado solos con eso. Es una forma nueva de desamparo, les damos muchas cosas y nos vamos. Les dejamos en la habitación solos con el móvil y nos vamos.

¿La parece normal que haya niños de 10 años que tienen móvil?
Si tuvieran un móvil sólo para hacer llamadas es distinto, pero un «smart phone» quiere decir que colonizamos la infancia. Nos introducimos en el mundo infantil llevándoles unas expectativas, obligaciones y exigencias que es difícil que puedan tener. Darle un móvil y despreocuparte de tu hijo implica consecuencias y riesgos.