Claves inconscientes de la política
La última década, especialmente, ha sido prolija en noticias de escándalos por corrupción política en todos los países y continentes. Reactivamente asistimos también a un crecimiento de los partidos de extrema derecha y a fenómenos impensables hasta hace poco, como el Brexit o el triunfo electoral de un personaje como Trump.
El primer afecto que nos recorre, de pies a cabeza, es la indignación, resorte de todas las movilizaciones de los últimos años, desde las primaveras árabes hasta el Occupy Wall Street pasando por el 15M. Indignación primero, grito luego y en algunos casos creación de plataformas y movimientos alternativos.
Hoy eso continúa pero se le añade un nuevo afecto, la angustia. Un afecto que no engaña, decía el psicoanalista Jacques Lacan, porque apunta siempre a un real muy presente. Nos angustiamos sin necesidad de tener un objeto preciso delante, como sí ocurre con el miedo que siempre hace visible el objeto que lo provoca.