sábado, 26 de diciembre de 2020
sábado, 19 de diciembre de 2020
martes, 15 de diciembre de 2020
El eclipse de un rey
Catalunya Plural, 14 de diciembre de 2020
El desenlace (provisional) de la historia, con un rey ‘exiliado’ a petición de su propio hijo y sin, parece, apoyos de su mujer y reina, hace resonar algo del principio de la historia, donde, en ese caso, era el padre quien se encontraba exiliado y él, como hijo, acogido por otra familia política. Quizás, el jaque final al rey ya estaba jugado, para él, desde el inicio.
viernes, 11 de diciembre de 2020
viernes, 4 de diciembre de 2020
¿Hacer el duelo con un robot?
La Vanguardia, 3 de diciembre de 2020
Hoy, ya hay experiencias de realidad virtual que permiten redescubrir a los seres queridos fallecidos e interactuar con ellos. Recientemente, la televisión coreana transmitió el reencuentro, de realidad virtual, de la afligida madre Jang Ji-sung con su difunta hija Nayeon. Los llamados griefbots (literalmente, robots de duelo) son chatbots constituidos a partir de la huella digital que el ser querido ha dejado: todo un legado de publicaciones en redes sociales, vídeos, fotos, correos electrónicos y mensajes de texto que alimentan una red neuronal artificial. Permiten imitar el estilo y la forma de pensar de la persona fallecida. De esta manera, sus seres queridos pueden seguir conversando con ella después de su muerte.
jueves, 3 de diciembre de 2020
Niños hiper-regalados, madres y padres apurados
El Periódico, 2 de diciembre de 2020
Llenar la vida de los hijos de regalos deviene hoy una obligación. Dar demasiados regalos es degradar el don -eso es un regalo- a un objeto de consumo, y de paso se rebaja el amor, siempre presente en el don. Un regalo, no hay que olvidarlo, no es un objeto. Únicamente una de las cinco acepciones que la Real Academia Española da al verbo regalar se refiere a un objeto. Las otras aluden a halagar, acariciar, recrear, alegrar. Y, además, la acumulación de objetos impide apreciar los detalles de cada uno y refuerza todavía más la insatisfacción.
domingo, 29 de noviembre de 2020
jueves, 26 de noviembre de 2020
¿Cómo hemos pasado del Padre a las pantallas?
The Conversation, 25 de noviembre de 2020
Las personas siempre hemos necesitado contarnos historias que pongan palabras a acontecimientos cuyo sentido no está dado de entrada. El storytelling más exitoso y duradero de nuestra civilización ha sido, sin duda, el del Padre, ficción de un personaje que nos ama y lo amamos, y cuya protección nos da la garantía de tener un lugar en la comunidad y un sentido a nuestras vidas.
Hoy, está en declive y la historia que le releva en el ranking ya no surge de la religión –aunque eso no excluye que tenga devotos– sino de la ciencia y la tecnología. Es el régimen de los dispositivos electrónicos (gadgets) que invaden nuestra vida y que, al igual que el Padre, también prometen la felicidad. En este caso no a cambio del sacrificio, sino de la satisfacción ilimitada y, paradojas de la vida, puede acabar siendo más imperativo que el anterior.
sábado, 21 de noviembre de 2020
viernes, 13 de noviembre de 2020
sábado, 7 de noviembre de 2020
¡ATrumpame si puedes! La gran estafa
Catalunya Plural, 07/11/2020
¿Recuerdan la historia de Frank Abagnale, ese estafador que ya con solo 16 años descubrió su talento para la estafa y la actuación y en busca de reconocimiento, se hizo pasar por piloto, médico y abogado, magníficamente interpretado por Leonardo DiCaprio en esa gran película de Steven Spielberg?
Trump podría hacer un remake si tenemos en cuenta su carrera empresarial y política, llena de trampas, estafas y deudas pendientes. Pero no hay que minusvalorarlo porque si bien no es un gran estratega, como táctico de corto plazo no le gana nadie. Hace 4 años logró, con sus recursos de marketing y en medio de grandes turbulencias de su partido, hacerse con el mando de la situación.
lunes, 2 de noviembre de 2020
Esto no era un paréntesis
El Periódico de Catalunya, 30 de octubre de 2020
Parecía un paréntesis pero no lo es, parecía que en nada volveríamos al relato, que despertaríamos solos de este mal sueño -sin necesidad de hacer nada-, pero lo cierto es que seguimos dormidos en él. Daniel Defoe, en su diario de la epidemia de peste que asoló Londres entre 1664 y 1666, describe con precisión fenómenos que estamos viviendo ahora: el miedo, los engaños -'fake news'- de la época, la caridad inicial, devenida cinismo posterior, la tristeza y pesadumbre de sus habitantes, las huidas a la campiña. No hemos cambiado tanto en más de 300 años.
jueves, 29 de octubre de 2020
La rabia
La Vanguardia, 29 de octubre de 2020
La
rabia tiene tantas formas como nombres diversos: ira, enojo, enfado grande,
indignación, furia, cólera. Cada sinónimo aporta sus matices y ese detalle es
clave para entender los fenómenos de protestas, e incluso violencia, que se
están produciendo estos días en diversas ciudades europeas, Catalunya incluida.
Escuchando a sus protagonistas, es fácil darse cuenta de que no hay una
explicación sencilla: no todos son negacionistas, de extrema derecha, jóvenes
airados, militantes de extrema izquierda, o simplemente gente que pasaba por
allí.
Hay un
poco de todo, pero quizás podemos localizar algo en común: el sentimiento de
estar indignados por haber sido víctimas de una injusticia que ha lesionado su
dignidad. Por supuesto, a cada uno y a cada una la suya. Hay dignidades
relativas a la pérdida de trabajo, a la prohibición de salir, a la quiebra de
la patria, a la injusticia misma de la vida. Y también oímos la indignidad de
no sentirse alguien y querer, como protesta, hacerse una selfi a la luz de las
hogueras, aunque el fondo de pantalla sea un contenedor.
Todos
podemos sentir que nuestra dignidad ha sido violada por unos o por otros y, en
la situación actual, la gestión de los gobernantes en relación a la pandemia
ofrece motivos varios. Pero, al mismo tiempo, no todos los indignados salen a
la calle y, mucho menos, queman contenedores o arrojan piedras a los
escaparates o a la policía. El poeta francés Charles Péguy explicaba, con
humor, que la cólera -un paso más allá de la indignación- se debía al hecho de
que las clavijas no entren en los agujeritos, que algo que debía encajar no lo
haga.
Lacan
retomó esa idea para señalar que la indignación puede provocar que montemos en
cólera cuando sentimos que nuestra
singularidad es cuestionada, rechazada o simplemente desconocida. Todos
y todas lo hemos experimentado alguna vez siendo atendidos en un servicio
público. Cuando el médico recoge nuestros datos, sin apenas mirarnos abducido
como esta por rellenar el aplicativo informático que le piden, o cuando no
conseguimos que el funcionario entienda nuestra casuística personal, dejándonos
el regusto de ser una especie de código de barras que no logra superar el torno.
Sentir
nuestra dignidad -ligada al reconocimiento de la singularidad- ultrajada es una
garantía del pasaje al acto violento, de que esa rabia experimentada explote. En
ese caso la indignación y la cólera subsiguiente van de la mano, aunque es
obvio que podemos indignarnos sin encolerizarnos y, por otra parte, como
escuchamos en algunas de esas protestas actuales, hay personas que no necesitan
ningún atentado a su dignidad para enfurecerse. Les basta con la satisfacción
que encuentran en esa pulsión destructiva.
Recuperar
la dignidad es necesario para limitar la rabia y eso exige algo más que buenas
palabras y mejores intenciones. Sanitarios, cuidadores, taxistas, hosteleros, riders…esperan ayudas que preserven su
singularidad, como trabajadores y como personas.
domingo, 18 de octubre de 2020
«Cuanto más nos confinemos nosotros mismos, cuanto más renunciemos, más culpables y miedosos nos sentiremos»
Catalunya Plural, 14/10/2020
“Muchos jóvenes se preocupan poco por la pandemia, igual como a mucha gente mayor que tampoco le preocupa demasiado el cambio climático”, explica José Ramon Ubieto. Con él hablamos sobre el riesgo de confinarnos en nosotros mismos por el miedo al virus y el auge del mundo online.No ha sido el fin de un mundo. El filósofo coreano Han hablaba del fin de un mundo, no del fin del mundo. No ha sido el fin del mundo y tampoco estoy seguro de que haya sido el fin de un mundo. Habría que ponerse de acuerdo en lo que quiere decir eso. Está claro que habrá cosas que cambiarán y me parece que lo que cambiará es un aumento de lo virtual sobre lo presencial, pero también está en nuestras manos, porque el destino no está escrito, matizar esos cambios. La gente va a seguir tomando decisiones que influirán un poco en ese futuro que no está escrito.
lunes, 5 de octubre de 2020
Tristeza COVID, la nueva pesadumbre
The Conversation, 1/10/2020
La distancia con los otros nos aleja también de nosotros mismos. Nos cuesta además imaginar el futuro pos-COVID-19, y recurrimos más fácilmente a alimentar la nostalgia.
Hay algo irreal en el paisaje de máscaras en el que vivimos que hace que a veces no reconozcamos al conocido que pasa al lado, que no podamos entender la página del libro que acabamos de leer (aunque se trate de un texto fácil). O que nos sorprendan los
besos y abrazos de una película, como si eso fuese ya otro tiempo.
La clave está en pasar de la impotencia –el sentimiento que nos abruma por aquello que no podemos hacer– a la imposibilidad –el reconocimiento de que hay cosas imposibles–, sin solución programada.
martes, 29 de septiembre de 2020
Cadena Ser Catalunya, martes 29/9/20
ENTREVISTA José Ramón Ubieto (psicòleg clínic) "Nos hemos desconectado de los otros y eso nos está pasando factura. Una crisis nunca te deja indemne. Estamos en un tiempo de duelo"
Escuchar entrevista
viernes, 18 de septiembre de 2020
Somos en lo que conectamos. Más allá del biologicismo
El biologicismo, hoy ya fusionado y superado por el paradigma neuro, aspira a suprimir la palabra como resorte del vínculo entre profesional y paciente/usuario. Promueve, en su lugar, la (neuro) imagen muda. El artículo propone otra orientación a partir del síntoma, como rasgo singular de un sujeto, y tomando el apoyo en el trabajo en red como práctica colaborativa que le otorga protagonismo.
domingo, 13 de septiembre de 2020
Estrategias para convivir con el miedo
¿Cómo hacer? Un niño nos lo explica, en una frase que le dice a su tía a la que le pide en la cama que le hable en medio de la oscuridad: “Hay más luz cuando alguien habla”. Esta anécdota, relatada por Freud, nos enseña que, si bien el miedo y su oscuridad no desaparecen de la vida de los niños, hay fórmulas para hacerlo soportables. Se trata, pues, de trazar algún límite que sirva de referencia, la palabra sin duda es uno importante. Hablar con los hijos/as de estos temores y de las medidas previstas es un primer paso. Eso ayuda a servirse activamente del miedo como un elemento de protección del peligro, en lugar de sufrirlo pasivamente como fuente de inhibición.
martes, 8 de septiembre de 2020
Todos somos negacionistas (unos más que otros)
martes, 11 de agosto de 2020
¿Estamos preparados psicológicamente para El Confinamiento 2T?
El Periódico de Catalunya, miércoles 29 de julio de 2020
Partimos de un dato clave: no existen vivencias colectivas homogéneas como respuesta a una crisis, como la actual del Coronavirus. No hay el “Todos lo vivimos igual”. Cada uno/a responde a su manera, con su estilo singular y en consonancia con su estar en el mundo y manejarse con su vida. Hecha esta salvedad importante, podemos aventurar que un nuevo confinamiento sería una experiencia vital difícil y mucho más complicada que la anterior. Hoy ya constatamos algunos efectos y afectos compartidos, en reacción a los rebrotes.
Un primer tipo son los de tinte depresivo, resultado del frenazo en la salida del túnel en el que nos encontramos. Las expectativas de terminar se aplazan y eso provoca decepción, tristeza, cansancio y una cierta inquietud por no ver la luz al final.
Un segundo grupo son los vinculados a la inhibición social, al aislamiento y reclusión como respuesta fóbica a la nueva emergencia del virus. Se eluden contactos sociales, familiares y se suspenden las salidas de vacaciones porque se impone la desconfianza en los otros (ciudadanos y gobierno) e incluso el miedo.
Finalmente, encontramos la rabia que se manifiesta como irritación, indignación, desobediencia a las indicaciones de la administración, y en su límite puede incluso generar conductas violentas. Es una rabia dirigida a lo que se percibe como irresponsabilidad, sea de otras personas que no guardan las distancias ni cumplen las medidas, o bien del gobierno que se ha mostrado incapaz de prever la situación.
Frente a ello, las responsabilidades sí son colectivas, pero a cada uno/a la suya. Las autoridades, en previsión de tomar medidas más restrictivas, tienen que asumir que parten de un sentimiento bastante generalizado de descreencia y desconfianza por parte de la población -lo que mina claramente su autoridad- y por tanto deberían rectificar algunas actuaciones.
Sus indicaciones deben ser claras (apelar a la responsabilidad individual es loable pero no basta), coherentes (no ayuda prohibir actividades deportivas o culturales perfectamente trazables cuando se permiten otras nocturnas de difícil seguimiento) y proporcionadas (mejor un núcleo que todo). Junto a ello, cabe mejorar medidas y recursos de prevención, detección y seguimiento de los brotes.
Lo que re-brota en cada uno no es responsabilidad del gobierno, pero las condiciones en que lo hace sí porque de ellas depende mucho cómo podamos encontrar, entre todos, la salida a esta pesadilla.
Las medidas que cada uno/a tendrá que tomar, en caso de nuevo confinamiento, no serán muy distintas de las ya probadas: mantener el vínculo con los otros, presencial o telemático; activar el cuerpo con paseos o deporte y organizarse el tiempo, separando los momentos (trabajo, ocio, deporte, socialización, intimidad) para evitar la sensación de eternización. En el mientras tanto, conviene darse todas las alegrías y goces posibles, eso sí, con distancia y medidas.
sábado, 1 de agosto de 2020
Conferencia de José Ramón Ubieto : "Niñez y Pandemia" 31 de Julio 2020
jueves, 23 de julio de 2020
Jóvenes invulnerables y grupo
«Los jóvenes se ven invulnerables»
Diari de Tarragona, 11 de Julio de 2020
"Hay una necesidad de contacto a ciertas edades. Esto les pilla en un momento en el que no es fácil aceptar esa restricción, va en contra del estado natural que ellos tienen: no aceptar ciertos límites, pensar que es algo que viene de los adultos y que por tanto es algo que se puede transgredir, sin atender a que es el propio virus el que impone sus propias leyes… El conjunto hace pensar que los podamos considerar como un grupo que exige una cierta atención."LEER ENTREVISTA COMPLETA
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ANGOIXA DEL NOU CONFINAMENT
Cadena Ser Catalunya, 23 de Julio de 2020
Escuchar audio
jueves, 9 de julio de 2020
Jóvenes a cara descubierta
viernes, 3 de julio de 2020
La brújula de la sorpresa. Una orientación en el trabajo en red
viernes, 26 de junio de 2020
Más allá de la zoomvida
martes, 16 de junio de 2020
El duelo por los abrazos
lunes, 8 de junio de 2020
Maneras de salir (o no) del confinamiento: entre el miedo y la irresponsabilidad
The Conversation, 7 de junio de 2020
¿Por qué entonces ese aparente miedo a salir, si todo –como nos dicen– será normal y, además, nuevo? ¿Qué de lo “viejo” nos seguirá acompañando, en forma de temores o expectativas?
domingo, 31 de mayo de 2020
Tiempo de duelo: mucho más que cifras
Catalunya Plural, 30/5/20
viernes, 29 de mayo de 2020
viernes, 22 de mayo de 2020
La ‘fatiga Zoom’, un nuevo cansancio
jueves, 14 de mayo de 2020
5 propuestas para afrontar una crisis psicológica desde la escuela en tiempos del Covid-19
Recuperar los vínculos
13/05/2020. Blog Obrim l'educació. Fundació Bofill
(Versió original /català)
Nuestras vidas están cambiando y cambiaran todavía más, esto afectará la vida social, familiar, las relaciones personales y también la escuela. Todavía no sabemos cómo, pero podemos anticipar algunas cuestiones, las más urgentes.
Estamos viviendo una emergencia sanitaria pero también un tipo de pandemia social, reveladora de otros problemas existentes en nuestra sociedad: desigualdades sociales, brecha digital, olvido en los cuidados de las personas vulnerables, falta recursos sanitarios…Todo esto se ha hecho evidente estos días y viviremos las consecuencias por un largo tiempo.
Es la primera vez en la historia que una crisis nos ha hecho sentir la existencia de un sujeto global y planetario como nunca lo habíamos visto. Hemos conocido campañas, algunas virales, en las que decíamos “Todos somos...” pero ésta nos ha tocado a todos y todas, en cada cuerpo ha resonado el miedo, la incertidumbre. Los niños y jóvenes no han quedado al margen y, si bien tienen menos preocupaciones por el futuro, ellos también viven con desazón el miedo al contagio, suyo o de sus familiares, la restricción de los contactos con amigos, las salidas a la calle y los lugares cerrados.
sábado, 9 de mayo de 2020
Algunas consecuencias psicológicas del confinamiento
Revista Educación 3.0. 01/05/2020
Confinamiento saludable sería un oxímoron, no puede ir una cosa con la otra.
LEER ENTREVISTA COMPLETA
lunes, 4 de mayo de 2020
¿Todo irá bien?
"...en estos tiempos convulsos mejor ser un pesimista advertido. Advertido de que la vida nunca es a riesgo cero y que cada tropiezo implica algo irrecuperable, si bien da la oportunidad de hacer e inventar otra cosa en ese vacío. Advertido de los límites del cuerpo, que puede ser parasitado por un extraño; del planeta en el que habitamos, cuya sostenibilidad tiene un límite; de la avaricia, que desemboca en desigualdades que generan graves conflictos sociales; o de la voluntad de dominio y abuso que mata vidas e impone coacciones a mujeres y niños."
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