La Vanguardia. Tendencias, domingo 7 de febrero de 2016
“Le explicaré algo
que nunca dije antes. Durante 4 años fui acosado en el instituto y no se lo
conté a nadie. Me daba vergüenza que pensaran que yo no podía defenderme”. Esta
confesión la realiza un paciente
veinte años mas tarde rememorando la escena de humillación sufrida. Al igual
que ocurre con muchas víctimas de abuso sexual o de maltratos, el peso del
secreto se ha instaurado durante décadas dejando huellas indelebles.
Hace falta
que alguien tome la delantera y lo denuncie para que otros se sumen a esa
declaración pública. Lo hemos visto en numerosos casos recientes de abusos
sexuales o de acoso escolar.