La Vanguardia, martes 17 de
marzo de 2020
El tamaño aquí cuenta: atenazados por el
abismo que se abre en nuestras vidas, nada más desesperanzador que ver estantes vacíos –dado el volumen que ocupa, es el primer gran hueco que detectamos- y
eso nos angustia porque evoca el agujero interior.
Agua, legumbres, arroz, pastas y papel higiénico son los productos
más comprados estos días. Los cuatro primeros parecerían lógicos si estuviéramos
ante una cuarentena larga. Pero ¿papel higiénico en cantidades anormales? Es
evidente que en
situaciones de pánico colectivo la gente muestra su lado aparentemente más
irracional. Y ¿quién dijo que los seres hablantes son racionales y razonables
al 100%?
El
temor del Covid-19 se debe a la incertidumbre: no sabemos el tiempo que durará
y hemos perdido el control personal de la situación, el locus control. Una primera estrategia es hacer algo para
recuperarlo, o al menos tener la sensación de que reducimos el riesgo. Acaparar
productos es una primera manera. Pasó en 1918, durante la llamada gripe
española, en la que miles de consumidores