jueves, 23 de octubre de 2014
martes, 14 de octubre de 2014
Freudiana 71.Sumario
Editorial (5) Pepa Freiría
La orientación lacaniana
Itinerario de Lacan (El ser y el Uno. Clase del 6/4/2011) (7) Jacques-Alain Miller
¿Qué es un psicoanálisis orientado hacia lo real? (21) Éric Laurent
La Escuela en el siglo XXI. Su política
Entradas en control (47) Félix Rueda
Conceptos fundamentales
Discreta verdad (51) Antoni Vicens
Punto de basta (69) Victoria Vicente
La relación del parlêtre con su cuerpo. Schreber y Joyce (73) Emilio Faire
Elecciones del sexo
La pasión transexual,¿convicción o certeza? (87) Margarita Álvarez
Un real para el siglo XXI¿de qué genero? (103) Clotilde Leguil
Enseñanzas del pase
Informe de la Comisión del pase 2010-11. Carteles A10-B10 (109)
Enseñanzas de los AE
Escribir, borde de lo real (135) Anna Aromí
El deseo del analista. Lo real del acto (147) Marie-Hélène Blancard
El brote amargo de bambú (153) Graciela Brodsky
Notable (157) Bruno de Halleux
Primeros Testimonios
El trueno y el trazo (163) Marcus André Vieira
Después del pase. A posteriori, aún… (171) Hebe Tizio
Clínica después del Edipo
¿Cómo ser humano? (179) Graciela Esebbag
Judith ¿un cero ineludible? (185) Pepa Freiría
Sans hésitation (191) Sandra Pax-Cisternas
Lecturas
Palomera, Vicente. De la personalidad al nudo del síntoma (195) M. Àngela Gallofré
Bauman, Zygmunt y Dessal, Gustavo. El retorno del péndulo (199) Javier Peteiro Cartelle
Ubieto, José Ramón. TDAH. Hablar con el cuerpo (201) Lidia Ramírez
Byung-Chul, Han. La sociedad del cansancio (203) José Ramón Ubieto
lunes, 8 de septiembre de 2014
Reseña del libro: TDAH. Hablar con el cuerpo.
Publicado en RES. Revista d'Educació Social.
http://www.eduso.net/res/19/articulo/tdah-hablar-con-el-cuerpo
Número 19. RESEÑAS. 7/7/2014
Autor: Francesc Vilà. Fundació Cassià Just.
RESEÑA DEL LIBRO: TDAH. Hablar con el cuerpo.
Autor: José Ramón Ubieto.
Editorial: UOC (Barcelona)
Año de edición: 2014.
Esta obra abierta y clara facilita a estudiantes, profesionales y ciudadanos interesados un saber práctico sobre la construcción, a lo largo de treinta años, del robusto acrónimo del TDAH (trastorno por déficit de atención y hiperactividad) y de su dimensión clínica posible.
Hoy en día el TDAH es un significante potente que nombra, de manera nueva, a niños movidos, desatentos o intranquilos. La selección de estos rasgos conductuales y su elaboración estadísticas da robustez a esta categoría modal. El TDAH se configura como una clase lógica capaz de fabricar mundos en el sentido que da a esta expresión el filósofo Nelson Goodman.
Se trata de niños y adolescentes que viven con dificultad los aprendizajes de la escuela y de la vida y las relaciones personales. En épocas anteriores también los había pero estaban juntos o revueltos de otras maneras. Conviene recordar que las dificultades de la infancia para su maduración y desarrollo se expresan según el mundo social, cultural y científico que las acoge.
Lo importante no es discutir sobre como nombrarlas o diagnosticarlas. La clave suele estar en las elisiones de estas nominaciones. José Ramón Ubieto expone de manera diáfana lo que suele obviar el nuevo mundo TDAH, la manera de vivir o padecer las inhibiciones y dificultades de muchos para desprenderse de su mundo infantil y devenir adultos. O la afectación de su entorno familiar y escolar.
Todo el mundo sabe que la prisa y la incerteza del mundo contemporáneo promueven nuevas mentalidades. Es genial, el TDAH, es un constructo prêt a porter que ha triunfado y parece confirmar este supuesto. Su éxito va más allá del trastorno y brinda usos novedosos off label. El argumento de este libro recoge bien esta narración y desvela sus espejismos y trampantojos, las luces y sombras que lo rodean.
Es una historia con protagonistas con nombre propio como Sam Clements y la disfunción cerebral mínima, Keith Conners y sus escalas, el ADD for all (TDAH para todos) del laboratorio farmacéutico Richwood del señor Griggs, los manuales DSM y Allen Frances, el Estudio del Tratamiento Multimodal de Niños con TDAH del National institute of Mental Health… o también Javier Peteiro, Marcia Angell o Joan-Ramon Laporte hablando sobre biopolítica.
Y, al final, el texto nos brinda casos que abren a otra dimensión: “Hablar con el cuerpo es un hecho propio del ser hablante. Decimos, pues, algo de lo que a cada uno nos agita, aun sin saberlo, como nos lo recuerda Lacan… Nuestra tarea como clínicos es, entonces, leer esos cuerpos”. Ubieto, junto a Susana Brignoni o Xavier Campamá, nos invita, así, a conocer la nueva clínica de los síntomas y las disfunciones del niño del siglo XXI.
lunes, 1 de septiembre de 2014
El declive del padre
Lacan ya en 1938
(Los complejos familiares) anticipaba la tesis del declive de la imago social
del padre. Declive que suponía el inicio de un cambio de paradigma que ha ido
consolidándose décadas después hasta poner en cuestión el régimen patriarcal.
Claro que alguien dirá que ese régimen todavía tiene fuelle e incluso que en
algunos lugares cobra más fuerza que nunca. No le falta razón porque
precisamente cuando el péndulo se inclina para un lado resurgen, reactivamente
y con fuerza, los nostálgicos de ese añorado pasado.
Los problemas
cotidianos de muchos docentes y padres en su tarea de educar nos muestran como
el final del régimen del padre comporta desorientación, perplejidad e
inquietud. Parecía que la ciencia, en su alianza con la tecnología, iba a
aliviarnos de estas incertidumbres pero lo cierto es que la educación sigue
siendo una tarea imposible en el sentido que Kant y Freud dieron a esta tesis:
no hay el manual perfecto ni el uso correcto.
Por muy leído e instruido que uno
sea siempre queda un resto ineducable para el que hay que inventar nuevas
formulas. Sobre todo ahora que ya no sirve eso de “lo haces porque lo digo yo,
que para eso soy tu padre” y la receta contemporánea de la medicalización no
parece una alternativa muy conveniente.
Malos tiempos,
pues, para los creyentes del padre, aquellos que lo instituyeron como
fundamento de la familia, la vida social y por supuesto la patria. El padre
ahora está desnudo y se le ven los pecados. No hay que escandalizarse
demasiado, siempre fue así pero la “solución” patriarcal implicaba precisamente
un no querer saber nada de esas faltas. Un esfuerzo colectivo por velar lo
impúdico y cuando hacía falta, silenciar a las rebeldes, las que desafiaban o
ponían en apuros la potencia del padre.
Sostener al padre
exigía silencio, discreción, ocultamientos. Exigía –de allí el amplio
consentimiento colectivo en esa operación- velar sus faltas para no
encontrarnos de cara con el horror de un padre desfalleciente o de un padre que
contradecía los ideales que encarnaba mostrando sus excesos.
Ese mundo de ayer
ya no volverá y por eso algunos insignes representantes abdican de sus
funciones anticipándose a un final peor.
Ello supondrá para muchos, en realidad para todos y cada uno –de manera
diferente por supuesto- un duelo por los
ideales mancillados y sobre todo porque a partir de allí cada uno está hoy un
poco más huérfano. En realidad nada que no pueda asimilarse si bien al precio
de generar algún síntoma como ya estamos viendo.
Quizás el más
evidente es que al lanzar al padre –como ocurre en el dicho del agua del bebe- lancemos
también la función de regulación que lleva implícito el uso de esa función.
Algo de eso pasa cuando el rechazo a
cualquier diferencia impide poner en marcha proyectos y organizar movimientos
que se autodestruyen en su espontaneidad, entendida como el antídoto para esas
fallas paternas. La paradoja es que por derrocar al amo terminemos
multiplicando los amos individuales.
Hay un presente y
un futuro más allá del padre que no nos ahorra –más bien al contrario- la
responsabilidad individual y colectiva. Nos deja el derecho y sobre todo el
deber de decidir sabiendo los riesgos que eso implica y no olvidando las causas
particulares que nos mueven. Huérfanos
sabedores de esas tareas imposibles que Freud señalaba: gobernar, curar y
educar, pero no impotentes ni resignados.
jueves, 17 de julio de 2014
Mi cuerpo, mi capital
Chicas que participan en concursos de felaciones a cambio de bebidas gratis, grupos de turistas que recorren locales de la ciudad a la búsqueda exclusiva del consumo de alcohol, jóvenes que compiten, con riesgo letal (neknomination*: bebe y nomina), para lograr la máxima performance como bebedores.
Todos estos hechos recientes comparten tres características: el afán exhibicionista de la “actuación”, el empuje arriesgado a la satisfacción ilimitada y la contabilización estricta de la hazaña.
Parece como si una práctica de ocio se rigiera por los procedimientos –tan aplaudidos en ámbitos científicos y administrativos- de la evaluación de resultados. No hay acción que no incluya su cálculo y su comparativa con otros “concursantes”. La novedad es que esta lógica, clásica entre los varones siempre dispuestos a exhibir su “contabilidad”, ahora alcanza también a las chicas. Ellas también hoy exhiben sus trofeos sin demasiado pudor, a pleno foco.
Quizás una hipótesis para entender esta tendencia –en una sociedad marcada por el imperativo del rendimiento (Byung-Chul Han)- es que la cifra parece ser la única referencia para calibrar el valor de la satisfacción obtenida. De paso, esa cifra da también a cada uno un índice de su valor como propietario de un cuerpo puesto al trabajo, buscando el máximo rendimiento.
La cifra por un lado sitúa a cada uno en un ranking y al mismo tiempo funciona como un sistema –fallido- de frenado en una especia de carrera desenfrenada. Fallido porque la contabilidad por si sola carece de límites: siempre exige un esfuerzo más. Sólo la resistencia del cuerpo (explota o reviente) funciona como límite último. ¿No es eso lo que vemos en otra práctica habitual como el balconing?, una caída libre que muchas veces termina con la muerte o un accidente grave.
“Mi cuerpo, mi capital”, éste podría ser un lema de época, parafraseando un viejo eslogan electoral comunista.
* http://www.thetimes.co.uk/tto/news/uk/article4001200.ece
miércoles, 2 de julio de 2014
ENTREVISTA A JOSÉ RAMÓN UBIETO: La construcción del caso en red
http://interabide.wordpress.com/2014/06/03/entrevista-a-jose-ramon-ubieto-la-construccion-del-caso-en-red/
Con ocasión de las V Jornadas de la Red de Salud Mental de Bizkaia “Avanzando en el trabajo en red”
que se celebraron el 22 y 23 de mayo en el Palacio Euskalduna, Bilbao,
Julene Fernández (Interabide) se reunió con José Ramón Ubieto para
conversar acerca de su trabajo sobre la construcción del caso en red.
-
1.- ¿Qué es la construcción del caso
en red? ¿En qué se diferencia esta manera de tratar la red con respecto
al modelo que ya conocemos?
Los casos no existen per se, hay
que construirlos. Lo que existen son informes, datos, expedientes que
acumulan información. Construir un caso es encontrar la lógica que
explica los fenómenos (actos, pensamientos, relaciones) que observamos.
De esa manera evitamos responder de manera reactiva a lo que sucede sin
entender sus causas.
2.- ¿Qué puede aportar el modelo de
la construcción del caso en la atención de la Salud Mental en la Red de
Salud Mental de Bizkaia? ¿Ventajas para pacientes y profesionales?
La construcción del caso tiene dos
beneficios: por un lado permite que los profesionales encuentren una
orientación para trabajar juntos y vectorizar sus esfuerzos. Por otro
permite compartir la angustia que muchas veces generan estas situaciones
y tratarla de manera que no nos bloquee ni precipite nuestra actuación.
De esta manera cada uno (medico, enfermera, trabajador social,
psiquiatra,..) puede hacer su trabajo y al tiempo apoyarse en la red.
Para los pacientes todo ello implica mejora de la calidad asistencial y
reduce duplicidades o ausencias innecesarias. Evita la iatrogenia
institucional.
3.- ¿Qué papel juegan las instituciones públicas en este tipo de proyectos?
El trabajo en red es una oportunidad para
las instituciones públicas de impulsar un modelo de relación
asistencial que priorice la atención global de las familias y de las
personas que acuden a los servicios. Se opone así a otros modelos
burocratizados que ponen más el énfasis en la llamada “optimización de
recursos” (más con menos) que al final resulta ser más cara (económica y
socialmente) y que implica un abandono real de las personas que sufren.
4.- ¿Cómo poner en marcha un “proyecto piloto” de estas características en Bizkaia?
Para ello hacen faltan 3 factores: el
compromiso de los profesionales en apostar por ese trabajo de
construcción del caso, que implica una posición de humildad al admitir
que el saber sobre el caso no lo tenemos de antemano, como expertos, y
al margen del sujeto y de los otros profesionales. El segundo factor es
que ese trabajo requiere de un liderazgo que coordine los esfuerzos sin
por ello establecer modelos jerárquicos ineficientes. Se trata de
animar, moderar y provocar esa elaboración colectiva. El tercer elemento
es que ese trabajo no es sostenible sin el adecuado soporte
institucional que implica no sólo reconocimiento del trabajo realizado
sino medios para hacerlo viable. Con esos tres elementos se puede
iniciar una experiencia piloto entre dos o tres servicios (salud mental
atención social, atención primaria en salud) que contemple un número
reducido de casos y que pueda ser valorado tras un año de
funcionamiento.
5.- Por último, para aquellas
personas interesadas en profundizar en esta modalidad de trabajo
¿Podrías recomendarnos algún texto o referencia?
La experiencia del Programa Interxarxes
(Inter-redes) lleva 14 años de funcionamiento en el distrito de
Horta-Guinardó (200.000 habs.) de la ciudad de Barcelona. Este trabajo
ha generado diversas publicaciones que se pueden consultar en su web: www.interxarxes.net.
Como reflexión propia, surgida de esa experiencia, he publicado un par
de libros: “El Trabajo en red. Usos posibles en Educación, salud Mental y
Servicios Sociales” (2009, Gedisa) y “La construcción del caso en el trabajo en red. Teoría y práctica” (2012, EdiUOC).
Julene Fernández, Mayo 2014, Bilbao.
INTERABIDE
martes, 24 de junio de 2014
El lado salvaje del capitalismo
La Vanguardia | Domingo, 22
de junio 2014
“La codicia es buena” (greed is good), lema del Gordon Gekko de la película Wall Street,
anunciaba en los 80 la era del darwinismo social. Richard Sennett lo corroboró más
recientemente al declarar de manera contundente que el capitalismo en los
últimos veinte años se ha hecho completamente hostil a la construcción de la
vida.
La exacerbación de ese lado salvaje se inicia
con la desregulación de los años 80, liderada por Margaret Thatcher y Ronald Reagan,
como nos lo ha mostrado de manera rigurosa Thomas Piketty (El capital en el
siglo XXI). En nombre de ideales democráticos y de progreso (libertad,
autonomía, crecimiento), y con el apoyo de las nuevas tecnologías, se enmascara
esa voluntad de goce que no conoce límites y cuyo resorte pulsional y entrópico
es evidente: no tiene otra finalidad que ella misma.
Hoy ya percibimos con claridad que no sólo se
trata de liquidar formas de trabajo o de creación sino de constatar que el
propio sujeto consumidor es ante todo un consumible.
Esta tesis ha sido dicha de muchas maneras y
uno de los que la anticipó a finales de los sesenta fue Jacques Lacan cuando
señaló los rasgos de este discurso que ambiciona la anulación de cualquier
pérdida –de allí su pasión por reciclarlo todo incluida la protesta- y tiene la
convicción cínica de que en la vida finalmente se trata sólo del goce. Es por
ello que el amor –que siempre presupone la existencia de una falta, de un anhelo-
no tiene lugar en el discurso capitalista, salvo en su condición de mercancía
consumible.
Un ejemplo preciso de esta tendencia dominante
lo encontraran en la web de citas www.seekingarrangement.com/es
donde los sugar daddies (papis chulos),
varones maduros con recursos y miembros de la élite, prometen “Relaciones de
Beneficio Mutuo” a sugar babies,
jóvenes estudiantes “atractivas, inteligentes, ambiciosas y orientadas a sus
metas”. Bajo el eufemismo del beneficio mutuo se oculta una práctica de
prostitución que bien pudiera considerarse como la forma actual del derecho de
pernada feudal. Aquí son los padrinos
quienes lo ejercen, velado por esas buenas intenciones y el consentimiento de
las jóvenes: “Sabes –les exhortan desde la web- que te mereces salir con
alguien que te consienta, que te haga crecer, y te ayude tanto mentalmente como
en el ámbito emocional y financiero”.
La iniciativa goza de gran éxito en muchas
ciudades de EE. UU. y en otros países. También en Catalunya donde la proporción
de chicas por padrino es de 5 a 1 y como se señala en la web: “¿Qué otro sitio
para hombres ricos tiene números tan impresionantes como estos?”. Ni Étienne de La Boétie hubiera imaginado una servidumbre voluntaria tan
genuina.
Esta es la lógica que parece imponerse en
nuestras vidas: la obsolencia programada de bienes y sujetos, sacrificados en
el altar del dios money. Al falso
dilema de la desregulación o el furor de la normativización –propia de una
moral victoriana que sólo halló alivio en la carnicería de la I Guerra Mundial-
habría que oponer una fórmula que, como el propio papa Francisco decía en estas
mismas páginas, no alimente “la cultura del descarte”. Regular es aceptar una
pérdida (pagar impuestos, consensuar normas colectivas) y ese límite es
constitutivo de un lazo civilizado. Lo otro –digamos las cosas por su nombre- es
la jungla salvaje de la pulsión de muerte.
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