Las políticas psi en España: de los neurotransmisores a la gestión emocional

Las políticas psi en España durante los años 70 y parte de los 80 estuvieron marcadas por un comunitarismo militante, reacción a cuatro décadas de dictadura franquista. Influenciadas por el movimiento de la Antipsiquiatría, colocaron en el centro de su acción a los nuevos sujetos, ahora de pleno derecho, y dieron paso a la proliferación de dispositivos públicos y privados de salud mental, en los que el psicoanálisis y las terapias de la palabra tuvieron un lugar relevante.

La alianza estratégica del management y el cientificismo tomaron el relevo y extendieron su dominio hasta nuestros días. El nuevo ideal del atomismo psíquico, promovido por las falsas neurociencias, casaba muy bien con la tarificación del acto, en su voluntad de deconstruir al sujeto en partículas bioquímicas para así evaluar sus perfomances. Y de paso asegurar, en nombre de las buenas y saludables intenciones, que la voluntad de control se impusiese como inercia pulsional, velada por los significantes amos en juego (evaluación, eficacia, objetividad,..). La máscara de hierro, a la que alude Lacan en Radiofonía, es sin duda la plusvalía disfrazada por ese discurso que promueve el mutismo del sujeto.

Las principales regulaciones en nuestro país han tomado, así, la vía de las Guías clínicas (TDAH, Autismo, TLP, Trastorno Bipolar) que mantienen sus indicaciones cada vez más neurobiologicistas, admitiendo como única terapia psicológica la derivada de las TCC.

Paralelamente, el Estado ha optado por una progresiva sanitarización de la práctica clínica
a través de la normativización. Primero a través de un título de Especialista en Psicología Clínica y actualmente con la creación de un título oficial de Máster en Psicología General Sanitaria. 

Por lo que hace a la  psicoterapia no hay regulación estatal pero sí acciones corporativas (FEAP, COP) que persiguen la homologación de sus miembros, paso previo para una futura regulación por parte de la Unión Europea.

La crisis de este modelo clínico-asistencial objetivista es ya manifiesta en diversas fisuras que cuestionan su aparente compacidad. El abuso de la medicación (agravado por el nuevo paradigma de la cronicidad); los costes sanitarios (que supuestamente iban a disminuir pero más bien han aumentado); las quejas de usuarios y asociaciones; y una creciente opinión pública contraria a esos métodos, han contribuido a la actual crisis. Las graves dificultades del nuevo DSM 5 fueron ya un aviso para navegantes.

Como reacción a esta crisis constatamos varios hechos. Por un lado el eclipse de algunos significantes (TDAH, Autismo) que han mudado a versiones soft (Trastornos del aprendizaje, Trastornos del espectro autista). Por otro, la emergencia de nuevas propuestas terapéuticas menos autoritarias y más vinculadas al cuerpo como sede de las emociones que hay que aprender a gestionar. El SEL (Social Emotional Learning)[1] cobra peso como filosofía de vida fundamentada en la obediencia, una servidumbre en este caso voluntaria. Las recientes innovaciones (!) en el abordaje del TDAH: neurofeedback[2] y realidad virtual[3] (mindfulness aplicado) son otras muestras  de las nuevas tendencias.

Donde estaban las TCC parece advenir otras fórmulas que no desconocen que “el cuerpo se goza”, si bien sus propuestas de dominio yoico son claras.

"Les politiques psy en Espagne : Des neurotransmetteurs à la gestion des émotions"

 Publicado originalmente en el Blog del 4º Congreso Europeo de Psicoanálisis

http://www.pipol8.eu/2017/01/17/les-politiques-psy-en-espagne-des-neurotransmetteurs-a-la-gestion-des-emotions1/

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[1] Promovido entre otros por la Fundación NOVO, dirigida por el hijo del multimillonario Warren Buffet,  http://novofoundation.org/advancing-social-and-emotional-learning/what-is-social-and-emotional-learning/

[2][2] http://www.fundacioncadah.org/web/articulo/neurofeedback-que-es-en-que-consiste-es-eficaz-para-tratar-el-tdah.html

[3] http://www.vhebron.net/es/actualidades/-/asset_publisher/gCy8/content/id/60497368