miércoles, 2 de diciembre de 2015
Go pills: píldoras para la productividad
Publicado en Meteoro nº9. http://meteoro.elp.org.es/463-2/
Cuántos de los consumidores infantiles de psicoestimulantes se convierten en jóvenes adictos no está claro pero la oferta ha aumentado considerablemente. Cerca de 2,6 millones de adultos estadounidenses recibieron medicamentos para el TDAH en 2012, lo que supone un aumento del 53 por ciento en sólo cuatro años. El uso entre adultos de 26 a 34 años casi se duplicó.
Algunos abogados relatan como ellos y decenas de colegas jóvenes en sus empresas habían negociado consumir las pastillas para trabajar en la noche y facturar así cientos de horas extras al año, doblando su productividad y emocionado a sus jefes y clientes incondicionales. Luego, claro, vino la baja por taquicardia, sudoración profusa y ansiedad aguda debido a la pérdida de sueño, amén de divorcios y finalmente perdida de su trabajo e ingreso seis semanas en un centro de tratamiento de drogas.
Si los estadounidenses adoran la productividad laboral y cogen menos vacaciones que en cualquier otro país occidental ¿Por qué no añadir medicamentos para energizarse? Para eso está la neurología cosmética y el uso de neurotecnologías, para mejorar la función del cerebro de las personas sanas.
Hace unos años Adderall fue promocionado como una “píldora inteligente” pero después de muchas investigaciones mostró poca o ninguna mejoría en la cognición. Adderall está ganandose ahora una reputación como una “píldora de la productividad.” Su consumo original proviene de los pilotos militares que utilizan “go pills” (generalmente con las anfetaminas similares al Adderall) para mantener la concentración y el estado de alerta en misiones largas. Esa misma lógica se traslada ahora a la productividad laboral, la guerra de cada día en la jungla capitalista. ¿Quién es el guapo que renuncia a ese estímulo si todo su entorno lo usa?
Otro dato nos alerta sobre este uso generalizado de los psicoestimulantes como muleta para soportar el malestar en la civilización hipermoderna. Ya en su origen las anfetaminas se utilizaron como medicamentos de control de la obesidad. De hecho la Ritalina, cuyo nombre procede de la mujer, Rita, de su inventor tuvo ese uso. Ahora volvemos a los orígenes y la compañía Shire, principal fabricante de psicoestimulantes (Adderall) recibió la aprobación para utilizar Vyvanse, una anfetamina ampliamente prescrita hasta ahora para el tratamiento de la hiperactividad, para el nuevo Trastorno por atracones (BED) establecido en el DSM 5 desde hace dos año.[1]
Las ventas de Vyvanse aumentaron un 17 por ciento y estos datos no diferencian entre Vyvanse utilizado para el TDAH y trastorno por atracón (BED), pero las prescripciones para los adultos entre las cinco y seis semanas desde que salió al mercado subieron un 3 por ciento.
Esa misma lógica del ideal de funcionamiento superyoico, cuyo reverso Gustavo Dessal nos lo recordaba en estas mismas páginas[2], se aplica al deporte profesional o al llamado DSH (deseo sexual hipoactivo) que afectaría a muchas mujeres y para las cuales ya existe la receta: la flibanserina. Receta con un balance riesgo/beneficio poco favorable habida cuenta de los efectos secundarios que implica tomar un medicamento todos los días para alcanzar un promedio de 0,7 relaciones sexuales satisfactorias adicionales más por mes[3].
El circuito productivo, como el pulsional, parece cerrarse en sí mismo ignorando el vacío que lo constituye.
[1] “Workers Seeking Productivity in a Pill Are Abusing A.D.H.D. Drugs”. New York Times, April 18, 2015. http://www.nytimes.com/2015/04/19/us/workers-seeking-productivity-in-a-pill-are-abusing-adhd-drugs.html
[2] Gustavo Dessal. “El regreso de la palabra (o los chicos de Silicon Valley también lloran)” Meteoro nº 4. http://meteoro.elp.org.es/meteoro-no-3/
[3] http://www.forbes.com/sites/davidkroll/2015/06/04/more-complicated-than-pink-viagra-what-you-should-know-about-flibanserin-addyi/