La Vanguardia, El Diván. 21/12/2018
La
navidad es una ocasión propicia para los regalos, en especial para los niños y
adolescentes. En sociedades del bienestar como la nuestra (aunque ese bienestar
no sea para todos), parece incluso una obligación y un rito social que nadie
puede eludir. Estamos, pues, en la era de los menores híper regalados, en
consonancia con todo el resto de declinaciones de lo híper: activados,
conectados, sexualizados, consumidores.
¿Es inevitable? Tal vez, pero cada uno puede elegir sus modos. Recibir demasiados regalos es degradar el don –eso es un regalo- a un objeto de consumo, y de paso se rebaja el amor, siempre presente en el don. Decía el psicoanalista Jacques Lacan que el amor es dar lo que no se tiene. Frase ingeniosa que recoge algo de ese saber popular que proclama que lo que importa es el detalle. Dar lo que no se tiene (la clave de la felicidad y la vida) es reconocer nuestra carencia. Un verdadero regalo es algo que ...
LEER ARTICULO COMPLETO