Catalunya Plural, 01/09/2023
Solo desde una posición de dominio se puede leer como un consentimiento porque la petición es ya, en sí misma, un abuso de poder. La falacia es creer que estamos en un asunto a dos, iguales y soberanos para elegir. La libertad, elevada a su condición sagrada de valor universal, enmascara la desigualdad que vela.