La Vanguardia, 2/5/25
Todos tuvieron claro a quién llamar antes de que la batería o la conectividad desparecieran. Sus contactos ICE ( In Case of Emergency ) formaban su red, más sólida que la digital o la eléctrica. A veces eran los padres, las parejas, los hijos, hermanos o amigos muy cercanos. Ningún influencer que no fuera de kilómetro cero. La falacia de que lo virtual puede sustituir lo real sin problemas se reveló como un espejismo. Lo analógico volvió con fuerza (radios con pilas, velas, linternas) y la presencia se hizo más necesaria que nunca. Como compañía, apoyo o rescate.