domingo, 29 de marzo de 2020

Sueños y Coronavirus. Conversación con Javier del Pino y Juanjo MIlás. Cadena Ser





A vivir que son dos días, domingo, 29 de marzo de 2020. Cadena Ser

Si los sueños son la interpretación del inconsciente sobre las cosas que pasan: ¿Cómo le damos sentido a lo que, aparentemente, no lo tiene? ¿Cómo afecta la crisis del Covid-19 a nuestros sueños? Nos lo cuenta el psicoanalista José Ramon Ubieto.

AUDIO (a partir del minuto 34)

martes, 24 de marzo de 2020

Tratamientos de la angustia viral: Ficciones y humor







Ubieto recuerda que en estos casos el humor funciona como “un mecanismo colectivo”. Es decir, es útil en general, pero puede haber gente a quien le resulte desagradable leer chistes sobre la epidemia, sea por su propia sensibilidad o porque les toca de cerca. El psicólogo contrapone esta función del humor a otras posibles reacciones a la incertidumbre, menos eficaces y menos interesantes, como “la angustia paralizante y la búsqueda de un chivo expiatorio, como pasó al principio con la población china”.

El pánico, un virus milenario, literario y muy contagioso. Hoy, 12 de marzo de 2020

«La ficción es una ayuda, un medio de intermediar cuando la realidad es desconocida e incierta. Ante esa incertidumbre necesitamos un mediador, y lo son estas películas y libros que nos permiten dar sentido y hacer familiar lo que es por definición extraño y nos inquieta. Es nuestro primer recurso psicológico», dice José Ramón Ubieto, psicoanalista y profesor de estudios de psicología de la Universitat Oberta de Catalunya.



lunes, 16 de marzo de 2020

¿Un mundo en cuarentena?




La Vanguardia, viernes 13 de marzo de 2020


El COVID-19 –y cómo dice el chiste viral vendrá el 20 (y otros)- ha venido a recordarnos nuestra fragilidad, ahora que empezábamos a creernos dueños absolutos de nuestro propio destino, creyentes del poder sin límites de la tecnología. Lo cierto, es que todavía habitamos un cuerpo.

El COVID-19 es un nuevo nombre de lo real, que desde el principio no tiene un sentido completo, ya que no sabemos exactamente qué es y, aunque tratamos de compararlo con cosas anteriores (otros coronavirus), hay siempre queda un resto desconocido. Esto es lo que nos angustia y la primavera del pánico colectivo. Por el momento, es un solo significante - COVID 19 o Coronavirus - al que le falta la segunda parte: la historia completa que lo explicaría, lo localizaría y lo pondría "bajo control". Todavía estamos construyendo esa historia, no sin dificultades, ya que en medio de la crisis la narrativa está llena de falsificaciones, datos parciales, a veces alertas precisas, otras veces desproporcionadas. 

LEER ARTICULO COMPLETO

A world in quatantine?  The Lacanian Review Online

Un mondo in quarantena?  Rete Lacan nº 3

jueves, 5 de marzo de 2020

El Algoritmo de miedo: v+d=m3






La confianza es clave en cualquier ámbito de la vida social: finanzas, política, salud, educación. Los clásicos llamaban affectio societatis, a ese pegamento social sin el cual la convivencia se resiente gravemente y aparece la desafección, la indiferencia o directamente la hostilidad ante las propuestas del otro. Hace ya algunas décadas que la confianza hace aguas y eso mina la credibilidad de los líderes pero también de los llamados sistemas expertos: docentes, médicos, científicos.

Ha bastado un pequeño pangolín (u otro pequeño animal) para que el sentimiento del miedo haya emergido como un temor colectivo y puesto de manifiesto esa crisis generalizada de confianza. Ni instituciones autorizadas como la OMS o científicos y profesionales reconocidos tienen ya la confianza plena de los ciudadanos para hacer frente a la infección viral. Ni tampoco, por supuesto, los media son de fiar. A todos se les puede “suponer” otros intereses ocultos que no serían los del bien común.

lunes, 17 de febrero de 2020

Políticas del miedo






La anulación del Mobile no ha sido un hecho aislado. Hace algún tiempo, desde el episodio del SARS (2003), se producen cancelaciones de eventos importantes: deportivos o ferias de negocios, sea por epidemias víricas o por atentados terroristas.

El sentimiento del miedo se viraliza rápidamente gracias a tres factores básicos: los discursos que agitan el pánico, sea con intencionalidad o por ignorancia; la movilidad cada vez mayor de la población que transporta así el virus o el explosivo y las tecnologías que permiten un flujo constante de imágenes, informaciones y cada vez más fakes. Según un estudio publicado en Elsevier[1], que analizaba diferentes noticias sanitarias escritas en múltiples redes sociales, el 40% de estas informaciones contenían errores o eran directamente falsas, y se compartieron 451.272 veces durante 5 años (del 2012 al 2017).  Y, en lo que se refiere al coronavirus,  sólo del 24 al 27 de enero se registraron más de 13.000 entradas en redes como Twitter, Facebook i Reddit que contenían desinformaciones. [2]

Podríamos añadir dos factores más recientes y cada vez más presentes: la judicialización de la vida cotidiana y el temor a dañar la imagen corporativa que convierten cualquier evento accidental en un motivo de reivindicación y de reclamación de daños.

viernes, 7 de febrero de 2020



La Vanguardia, viernes 7 de febrero de 2020

La epidemia del coronavirus nos confronta a una de las paradojas de nuestra sociedad: a pesar de ser la más segura de cuantas existieron, eso no nos ha librado del sentimiento subjetivo de inseguridad. Hoy tenemos apps y tecnología suficiente para controlar cualquier variable, desde antes del nacimiento hasta la muerte, y sin embargo uno de los malestares más frecuentes, y origen de muchas consultas y de un elevado consumo de ansiolíticos, lleva el nombre del miedo: panic attack. La sociedad del riesgo (Beck) es ya hoy la sociedad del miedo, donde el fantasma de la muerte se hace viral y planea sobre cada uno. Esa promesa de monitorización exhaustiva de nuestras vidas nos ha hecho, curiosamente, más vulnerables.

El desconocimiento y la incertidumbre siempre provocan temor y rechazo y la “infección viral” del miedo desata las peores tendencias xenófobas, como estamos viendo. Por eso, las personas necesitamos un relato para aproximarnos a ese enigma, una especie de intermediario y acompañante. Cuando lo logramos, el rechazo cede y lo extranjero se hace más familiar....

LEER ARTICULO COMPLETO