La Vanduardia. El Diván, 17/5/19
¿Hay una relación directa causa-efecto? ¿Leer un cuento que contiene valores patriarcales –propios del contexto histórico donde se escribió- o jugar al GTA (Grand Theft Auto) te convierte en un machista o en un conductor asesino?
Hace
unas semanas, conocimos que la comisión
de género de una escuela pública de Barcelona había retirado de la
biblioteca infantil 200 cuentos al considerarlos “sexistas”,
entre ellos La Caperucita Roja o La Bella durmiente. Sus responsables se
quejaban de la falta de “bibliotecas igualitarias donde los personajes
masculinos y femeninos aparezcan mitad y mitad, donde hagan el mismo tipo de
actividades” y defendían –sin duda con las mejores intenciones- su decisión
para prevenir a los más pequeños de los efectos nocivos de estos valores,
faltos de la igualdad de género.
Sin
entrar a las discusiones sobre la revisión histórica, que dejamos a los
expertos, quisiera reflexionar sobre la idea de que podría haber un efecto
automático entre la lectura de esos cuentos y la asunción –y realización
efectiva- de actitudes machistas. Es un viejo debate en el mundo psi, sobre
todo en lo relacionado a los videojuegos “violentos” y su influencia en futuros
comportamientos.