sábado, 9 de mayo de 2020

Algunas consecuencias psicológicas del confinamiento





Revista Educación 3.0. 01/05/2020

Confinamiento saludable sería un oxímoron, no puede ir una cosa con la otra.

"...Cuando éste finalice hay dos riesgos a tener en cuenta. Por un lado, tolerar una cierta angustia y miedo al contacto con el otro que evite desarrollar una fobia social o una hostilidad excesivas. Eso puede comportar que algunas personas que se sientan más vulnerables (por la edad, por antecedentes patológicos o por hipocondría) se aíslen en casa prolongando su confinamiento o con otras reacciones, segregando a aquellos a los que consideran pueden ser un ‘peligro’ (acciones de rechazo que ya se han visto con algunos sanitarios o profesionales de la alimentación). 

Por otro lado, todos deberemos hacer el duelo por nuestras pérdidas, para algunos de vidas humanas queridas, para otros de proyectos truncados o vínculos deteriorados y para casi todos de costes económicos. Otro asunto serán los sanitarios y el personal que ha atendido directamente a los pacientes más graves, cuyas secuelas psicológicas pueden ser más duraderas para algunos."



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lunes, 4 de mayo de 2020

¿Todo irá bien?



"...en estos tiempos convulsos mejor ser un pesimista advertido. Advertido de que la vida nunca es a riesgo cero y que cada tropiezo implica algo irrecuperable, si bien da la oportunidad de hacer e inventar otra cosa en ese vacío. Advertido de los límites del cuerpo, que puede ser parasitado por un extraño; del planeta en el que habitamos, cuya sostenibilidad tiene un límite; de la avaricia, que desemboca en desigualdades que generan graves conflictos sociales; o de la voluntad de dominio y abuso que mata vidas e impone coacciones a mujeres y niños."


Un pesimista advertido sabe que el primer deber del ser humano es vivir y evitar toda ilusión que lo dificulte. Todos necesitamos ilusionarnos, eso no es un problema mientras no hagamos de ello una religión, mientras no deleguemos en esas ilusiones la potencia que nos falta. Algo de eso ocurre ahora con las tecnociencias, a las que atribuimos superpoderes.

Ese pesimista apuesta, para vivir, por el encuentro con los otros como la mejor fórmula para compartir la alegría cuando surge. Lacan llamó a esto “el secreto de la alegría”. Frente a las contingencias que lo real nos depara –en este caso la Covid-19- hay que inventar y encontrar en ese impasse “la fuerza viva de la intervención”. No se trata de ilusiones, sino de aquello que cause nuestro deseo de vida y que no funciona en solitario. Es la apuesta de que algo (nos) irá bien.

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miércoles, 29 de abril de 2020

Salir del túnel, juntos




Catalunya Plural, 20/4/20

“Sin atisbo alguno del futuro que se está estructurando, andamos descaminados en la significación que atribuimos a las impresiones que nos agobian y en la valoración de los juicios que formamos”. Con estas palabras empieza Freud su escrito de 1915 sobre la guerra y la muerte. Un fantasma de ruina y catástrofe moral asola una Europa que hasta ayer (Zweig) prometía un futuro alegre. Cien años más tarde, nos encontramos en la oscuridad de otro túnel, donde avistamos algo de luz pero todavía persisten las sombras, del presente y sobre todo del futuro económico y social.

Queremos salir y volver a la normalidad pero como dice el meme “sólo volverán –según la OMS- aquellas personas que ya antes eran normales”, o sea nadie y todos, cada uno a “su” normalidad. Para ello, habrá que superar dos retos. Por un lado, tolerar una cierta angustia y miedo al contacto con el otro que evite desarrollar una fobia social o una hostilidad excesivas. Nos conviene más conservar una cierta precaución que no impida el contacto, asumiendo que nada garantiza nuestra inmunidad al 100%.

Por otro lado, todos deberemos hacer el duelo por nuestras pérdidas, para algunos de vidas humanas queridas, para otros de proyectos truncados o vínculos deteriorados y para casi todos de costes económicos....


domingo, 19 de abril de 2020

El reto del sinsentido en la era digital





Blog de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, 17 de abril de 2020


¿Qué queda hoy de ese interés por el chiste, tan ligado en su estructura al sueño que estamos revisitando con ocasión del XII Congreso de la AMP? 

Los famosos asistentes inteligentes, como Siri o Alexa,  han demostrado su humor más de una vez, pero en estas aplicaciones el fenómeno del humor sucede de manera inesperada; comandos que les fueron impuestos por programadores e ingenieros acaban convirtiéndose en verdaderos gags por diferentes razones (mayormente por el ridículo que provocan) y un claro ejemplo de que el humor es, de momento, algo espontáneo, inesperado, casi imposible de lograr a través de complejos algoritmos.


La época y, sobre todo la ética analítica, nos exige no renunciar a unir a nuestro horizonte la subjetividad de su época y para ello el buen uso del humor y del bien decir deviene fundamental


lunes, 13 de abril de 2020

No sin mi rollo




La Vanguardia, martes 17 de marzo de 2020

El tamaño aquí cuenta: atenazados por el abismo que se abre en nuestras vidas, nada más desesperanzador que ver estantes vacíos –dado el volumen que ocupa, es el primer gran hueco que detectamos- y eso nos angustia porque evoca el agujero interior.

Agua, legumbres, arroz, pastas y papel higiénico son los productos más comprados estos días. Los cuatro primeros parecerían lógicos si estuviéramos ante una cuarentena larga. Pero ¿papel higiénico en cantidades anormales? Es evidente que en situaciones de pánico colectivo la gente muestra su lado aparentemente más irracional. Y ¿quién dijo que los seres hablantes son racionales y razonables al 100%?
El temor del Covid-19 se debe a la incertidumbre: no sabemos el tiempo que durará y hemos perdido el control personal de la situación, el locus control. Una primera estrategia es hacer algo para recuperarlo, o al menos tener la sensación de que reducimos el riesgo. Acaparar productos es una primera manera. Pasó en 1918, durante la llamada gripe española, en la que miles de consumidores

lunes, 6 de abril de 2020

Confinados pero no solos: el contagio de las palabras





Catalunya Plural, 1 de abril de 2020

Nunca un aislamiento social fue tan compartido. ¿Es una respuesta en positivo que hace frente a todo lo negativo (muertes, enfermos, cansancio de los profesionales, parón económico, recesión futura) o es otra manera de consumo online hasta que podamos volver a la otra realidad? 

El resorte último de estos esfuerzos colectivos no es otro que la angustia, ese afecto real que nunca nos engaña –hay senti(mientos) que sí despistan- y que nos embarga porque es signo de que hemos perdido las coordenadas del mapa en que nos movemos, no sabemos ya donde estamos ni qué será de nosotros. Juntarnos refuerza, al menos, la confianza de que seguimos contando unos para otros, que frente al desamparo en que nos sume la enfermedad y el cuerpo afectado podemos compartir unas palabras. Para nosotros, seres hablantes infectados del parásito del lenguaje, el contagio de las palabras -nuestro bien más preciado- es hoy el mejor antídoto que tenemos frente a este virus.


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