viernes, 12 de abril de 2013

Las paradojas de la notoriedad







El afán de notoriedad encuentra en nuestra sociedad un eco notable. No importa mucho el contenido o la relevancia de lo exhibido, importa más el “ruido” mediático que provoca el hecho mismo de exponerlo públicamente. Entrenadores que no aceptan una votación, políticos que se empeñan en “sostenella y no enmedalla”, actores encantados de haberse conocido, jueces en busca del estrellato, la cuestión común parece ser el “dar a verse”.

En cada caso hay una razón particular que explicaría la satisfacción derivada de esa exhibición pública, un circuito pulsional - en términos freudianos- donde el objeto escópico (la mirada) ocupa un lugar central. Mirar y ser mirado, dar a ver y hacerse mirar son declinaciones de un empuje a la satisfacción que sitúa, para cada uno de nosotros, el valor de la mirada como un objeto privilegiado. Algunos sujetos incluso organizan toda su vida alrededor de este eje central.

Junto a esa causalidad psíquica individual, encontramos hoy una lógica colectiva que convierte a este “síntoma” individual en una manifestación social notable. Nuestras vidas ya no son imaginables sin su representación permanente y de allí el éxito de todos los dispositivos que a su función original añaden alguna modalidad de transmisión de imágenes (móviles, tabletas, webcams, redes sociales).

La tesis de Debord sobre la sociedad del espectáculo (1967) decía que la identificación pasiva de las personas con el espectáculo sustituiría su hacer autentico, creando así un nuevo vinculo social mediado por las imágenes. Hoy no se trata ya únicamente de la producción mediática de otra escena, virtual y llena de mercancías con valor de fetiches (gadgets), tan real como la vida misma. Lo que constatamos es que el sujeto participa muy activamente en ese espectáculo en el que sujeto (que mira) y el objeto (mirada) no se diferencian claramente. De hecho el sujeto se confunde con la mirada misma, por un lado consume imágenes pero al tiempo es él mismo reducido a un objeto consumible o de vigilancia.

Lo que en otras épocas era una experiencia de transgresión (exhibición/voyeurismo) ha devenido un imperativo con todas sus paradojas. Unas de ellas es que detrás de esa ilusión de visibilidad y notoriedad social, muchas veces lo que encontramos es la realidad de una sociedad panóptica, donde el Ojo absoluto (Wacjman) todo lo mira y todo lo juzga.

Basta ver a esos mismos personajes populares (políticos, deportistas, actores) taparse la boca para mantener una conversación en lugares públicos. O la cesión continua y exhaustiva de información personal, sin apenas control por nuestra parte, que nos exigen para acceder a redes sociales o bienes de consumo. Desde las cámaras de Google Earth hasta Pegasus, el nuevo radar de la DGT, no queda ya un trozo de tierra sin vigilancia.

martes, 19 de marzo de 2013

¿Vamos hacia una dictadura de la transparencia?


José R. Ubieto. Psicólogo clínico y Psicoanalista

Escuchar las conversaciones privadas de un hombre público, ver en directo por TV como esposan y trasladan a un detenido, leer los documentos confidenciales entre cancilleres, curiosear en las intimidades de los famosos o localizarlos en tiempo real mediante una web radar (http://www.justspotted.com), todo eso forma parte ya de nuestra cotidianeidad.

Más allá de su legalidad, nos plantea interrogantes sobre este afán de volver todo transparente, anular los secretos, como si la vida o el sujeto mismo debieran (y pudieran) ser transparentes. ¿De donde surge ese empuje que a veces toma la forma de una “servidumbre voluntaria” (Étienne de La Boétie)?

Parece responder a una curiosa mezcla de dos satisfacciones, más o menos conscientes. Por una parte la satisfacción de la mirada que se recrea en el espectáculo mismo de las desgracias del otro, sobre todo si éste ha conocido tiempos mejores. Por otra parte el goce que resulta del juicio moral que castiga al otro por su falta, esa lección de ejemplaridad que algunos gobiernos quieren dar en ocasiones, no es ajena a una cierta satisfacción por la aplicación de la sanción misma. Kant (imperativo moral) con Sade (goce sádico) es la pareja que el psicoanalista Jacques Lacan compuso para mostrar esa doble satisfacción que encontramos en la imposición de la ley y en su reverso, la transgresión forzada.

La exigencia de transparencia se presenta como una reivindicación de la Verdad, reducida a la exactitud de lo dicho o lo visto, cuando en realidad se trata de una exigencia de uniformidad, de allí la obligación de lo “políticamente correcto”. La paradoja es que detrás de ese imperativo de transparencia, muchas veces lo que encontramos es la ilusión de una sociedad panóptica, donde el Ojo absoluto (Wacjman) todo lo vea y todo lo juzgue. Basta ver a políticos y deportistas taparse la boca para mantener una conversación telefónica en lugares públicos.

La realidad psíquica nos muestra, por el contrario, que el sujeto no puede ser transparente y que la mentira y el secreto forman parte de su humanidad misma. Un signo de progreso en los niños pequeños es cuando descubren que sus pensamientos no son transparentes para los padres y adultos. Es entonces cuando la conocida amenaza infantil (“¡pórtate bien que el niño Jesús lo ve todo!”) cae y la mentira aparece como un nuevo recurso en la relación al otro.

Desconocer esa opacidad subjetiva, que la es siempre para uno mismo, en aras de una conformidad con el sentir colectivo, sólo puede conducir a una civilización enferma ya que como declaraba Pablo Rudomin, neurólogo y premio Príncipe de Asturias “si toda la población llega a ser uniforme, le será mucho más difícil readaptarse”.

La verdad no puede ser un pretexto para instaurar una dictadura de la transparencia, entre otras cosas porque la verdad es siempre mentirosa, aunque sólo sea porque es parcial. Es siempre un medio-decir que oculta que detrás de todos los secretos que revelamos, como ocurre con las matrioskas rusas, sólo hay el vacío. Ese es el último secreto que vela la verdad.

No se trata de reivindicar el oscurantismo pero un cierto pudor es una condición de la convivencia que deberíamos preservar si no queremos vernos fagocitados por ese ojo feroz que todo lo escruta como si la vida fuera un reality show permanente.

viernes, 15 de marzo de 2013

Modo Cinismo


Desde hace un tiempo asistimos a fenómenos, en diversos ámbitos (moda, televisión, ocio) que tienen como punto común la banalización de la violencia o de la precariedad social y personal. Recientemente veíamos cómo la moda de las pasarelas siniestras se extiende en diversas ciudades con modelos encapuchados como verdugos, coqueteando en su maquillaje con la muerte o con el cuerpo envuelto.
 

En la televisión y el mercado de los videojuegos triunfan las propuestas donde la violencia simulada (tertulias alborotadas, acciones violentas en los juegos, combates en el límite entre la ficción y la realidad) es el principal atractivo y estímulo para sus consumidores.
 
Un juego de mesa, que triunfa en Francia, propone una versión postmoderna y posthumana del contrato social. “Plan social”, este es su nombre, es un juego de cartas que según dicen sus promotores “despertara vuestros instintos depredadores y vuestra crueldad intrínseca”. Todos los jugadores son accionistas y el primero que consiga desembarazarse de todos sus asalariados consigue su "Plan social" y puede deslocalizar su empresa en un país “totalitario donde la mano de obra sea un buen negocio” (sic). Añade, como invocación que “la fuerza del liberalismo sea con vosotros” y para muestra de su humor negro asegura, en aras de la evidencia científica, que el juego ha sido probado con animales.
 
Podríamos continuar la lista con la serie de videos de YouTube donde hay una burla y recreación de la precariedad y de la violencia como patrón de relación pero la pregunta que nos surge es acerca del origen y del límite de este proceso de banalización y cinismo.
 
Una primera hipótesis es que el empuje al cinismo va parejo con el declive de la confianza. La confianza es un elemento clave en la génesis y el mantenimiento de un vínculo, social o personal. Sin ella la convivencia se resiente gravemente y aparece la desafección, la indiferencia o directamente la hostilidad ante las propuestas del otro. Hoy vemos como la confianza funciona como una especie de activo toxico, aquello que debería ser un bien social aparece como un elemento nocivo al perder todas sus garantías. Lo vemos en el campo de las finanzas pero también en el político, en la religión e incluso en los llamados sistemas expertos: docentes, médicos, científicos,..

La confianza se genera a partir de una suposición de saber, le suponemos al otro (financiero, político, clínico, maestro) un saber sobre aquel ámbito en que le confiamos algo (ahorros, gobierno, salud, educación) y eso produce una cierta obediencia y creencia en sus indicaciones. Hoy nos volvemos más incrédulos y aceptamos mejor el cinismo como la salida normal: puesto que no hay nada rescatable en el vínculo al otro, sólo nos queda la búsqueda individual de nuestra satisfacción, y para ello no nos faltan objetos: gadgets, tóxicos, comida...Las reivindicaciones, con carácter de exigencia e incluso las manifestaciones de violencia en algunos lugares (escuelas, hospitales), muestran la deriva de esa desconfianza, muchas hechas en nombre del derecho a consumir como derecho “básico” de nuestras vidas de consumo (Bauman).
 
La satisfacción que encontramos en estos fenómenos de recreación de la violencia es una solución fallida a la impotencia, social y personal, en la que nuestra época aborda

lunes, 25 de febrero de 2013

Vergüenza y angustia



La Vanguardia. Tendencias. Viernes, 22 de febrero de 2013


José R. Ubieto. Psicoanalista


“Señor, no sobreviviré a esta desgracia. Tengo honor y una reputación que perder”. Estas palabras, puestas en boca de Vatel, cocinero del Gran Condé, por Madame de Sévigné, fueron el preludio de su posterior suicidio al no poder cumplir con sus obligaciones en el festín con el que el príncipe quería seducir al rey francés. “No hay vida sin honor” sería su lema, muy distinto del de su anterior señor, el superintendente de finanzas Fouquet, arrestado por malversación de fondos.

La vergüenza es un sentimiento que incluye la mirada del otro. Sentimos vergüenza cuando el otro está presente y nos sorprende en una satisfacción íntima. Hoy vemos, con los casos de corrupción, cómo ese pudor es un valor en declive y por ello el reconocimiento de la falta o la petición de disculpas públicas inexistente. “Hay que decir que morir de vergüenza es un efecto que raramente se consigue”  anticipaba Lacan en 1970.

Lo que cotiza al alza es, más bien, la desinhibición, ser un poco sin-vergüenza en la escena pública. Exhibicionismo y abusos en las redes sociales, personajes televisivos que pueblan los reality shows, -siempre dispuestos a mostrarnos sus vergüenzas íntimas- e imputados y condenados por corrupción inclinados primero a exhibir su poder y luego a mentir y exculparse sin pudor alguno.

No parece haber en la mayoría de estos casos acuse de recibo subjetivo de ninguna pérdida, condición indispensable (pero no suficiente) para rectificar la posición. La mala reputación resulta efímera y reciclable en la vorágine de las noticias y acontecimientos. El Greed is good (La avidez está bien) de Gekko, protagonista del film Wall Street, ha tomado el relevo del honor como brújula.

Donde antes la mirada del Otro avergonzaba, ahora es la nuestra que goza mirando el espectáculo y eso, sin duda, explica algo de la tolerancia social que ha habido. La crisis, con sus pérdidas, ha puesto de manifiesto que el impudor de unos constituye la violación del pudor de otros y de allí la actual rabia y protesta de buena parte de la ciudadanía avergonzada.

Correlativamente a este declive de la responsabilidad (responder de lo que uno hace o dice) otro afecto se hace más presente en nuestras vidas: la angustia. Afecto que no engaña sobre su relación a lo más íntimo de cada uno y que toma formas variadas: ataque de pánico, inquietud en el cuerpo o sentimiento de vacío que, en casos extremos, puede empujar a alguien al suicidio. Los casos de desahucios lo muestran de manera dramática. En ellos el goce de la codicia encuentra su reverso, allí sí hay pérdida real y por tanto un vacio en el tener y en el ser del sujeto “desahuciado”.

¿Cómo recuperar la función social de la vergüenza, factor clave en la convivencia? Las recientes iniciativas de autoregulación por parte de estudiantes en relación al uso de los Informers, al igual que la voz firme de algunos líderes de movimientos sociales son buenos ejemplos –en ámbitos diferentes- para recuperar la dignidad.

lunes, 11 de febrero de 2013

Debate sobre el TDAH en Catalunya Radio


 

Parlem del trastorn per dèficit d'atenció amb hiperactivitat

11/02/2013

El matí de Catalunya Ràdio

Manel Fuentes analitza les causes i els problemes que ocasiona el TDAH amb Joan Ramon Laporte, catedràtic de Farmacologia de la UAB i director de l'Institut Català de Farmacologia; José Ramon Ubieto, psicòleg clínic i psicoanalista i Josep Antoni Ramos Quiroga, psiquiatre i coordinador del programa de TDAH de l'Hospital Universitari Vall d'Hebron.

El audio del debate esta disponible en la web de la emisora:

http://www.catradio.cat/audio/703559/Parlem-del-trastorn-per-deficit-datencio-amb-hiperactivitat


martes, 5 de febrero de 2013

El porvenir de la salud mental en manos de Nuka



Obsoleto el modelo paternalista que rigió la relación asistencial clínica, y también la educativa y social, hoy se consolida un nuevo paradigma de abordaje del malestar psíquico. Fruto de la alianza entre las “neurociencias de éxito” (hay avances científicos serios en este campo, más discretos) y la dominante y omnipresente reingeniería social.

Su característica principal es renunciar a escuchar al sujeto, cerrándole la boca con el abuso de la medicación y el mal uso de los protocolos. Coherente con su reducción del sujeto al hombre neuronal (“Y el cerebro creo al hombre” Damasio dixit).

Sus efectos secundarios son ya una realidad en los dispositivos asistenciales: desconfianza de los pacientes, posición defensiva de los profesionales, aumento de la burocratización y debilitamiento del vínculo transferencial.

Se trata de un paradigma que deja solo al sujeto frente a su dolor y genera odio porque transforma la mirada inquisitiva del psi en una nominación degradante, vía la etiqueta diagnostica o incluso el insulto, menos sutil (simulador, tramposo,..).

La salud es hoy un asunto público, forma parte de la política y también del negocio. Es, sin duda, un factor clave de la economía como lo muestran las cifras astronómicas de la industria farmacéutica y las empresas de biotecnología.

Eptisa Casta Salud, división del grupo de ingeniería Eptisa, es una de las empresas, participadas por fondos de inversión, que está especializándose en la gestión privada de la salud mental en nuestro país. En la actualidad dispone de 5 centros de salud mental con 1.000 camas y 450 trabajadores en Asturias, Ávila, Madrid y el País Vasco. Combina esta actividad con estudios de mercado, consultoría en salud mental y la distribución de metadona para los centros del Instituto de Adicciones de Madrid salud.

Sus responsables ejecutivos ponen el énfasis en la innovación que suponen sus métodos, que incluyen lugares de práctica para estudiantes universitarios (UCM y UAM) y la joya de la corona: el robot terapéutico japonés de nombre Nuka. Con la forma de una foca bebe está dotado de cinco sensores (tacto, luz, audición, temperatura y postura) que le permiten interactuar con los pacientes, estimulándolos y a la vez relajándolos cuando procede. Incorpora registros positivos y negativos de los pacientes y los procesa para establecer un feed-back con ellos.

Experimentado por primera vez en Fukushima, con los ancianos supervivientes del tsunami, a los que ayudó a sobrevivir al trauma de la catástrofe, se ofrece ahora como el partener del malestar psíquico. Cumple bien con los requisitos del método LEAN, referencia clave en la reingeniería: barato (para la empresa gratis ya que sus 60.000 euros de coste los financiamos los contribuyentes europeos), de “probada” eficacia empírica (avalado por el Centro de Investigación de Enfermedades neurológicas de la Fundación Reina Sofía), extremadamente rentable (sustituye el trabajo de varios cuidadores y terapeutas) y con un gran porvenir en la expansión prevista de la empresa en Europa del este y Latinoamérica.

El hombre neuronal cifrado en los 5 registros de Nuka, traumatizado por el tsunami de la hipermodernidad, está en manos de una solicita foca-bebé que al modo de los actuales servicios de atención al cliente proponen protocolizar la demanda eliminado cualquier desperdicio (la muda, significante amo en el método LEAN) que la singularidad pudiera hacer emerger.

domingo, 27 de enero de 2013

Como sea, pero que funcione




La Vanguardia, Tendencias, sábado 26 de enero de 2013

La sociedad dopada

José Ramón Ubieto. Psicoanalista

La confesión de Lance Armstrong resulta un hecho revelador del creciente “dopaje” en muchos ámbitos de nuestra vida, no sólo en el deporte. Recientemente Alan Schwarz, periodista del New York Times, señalaba, en un interesante reportaje sobre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad(“Attention Disorder or Not, Pills to Help in School”), el uso creciente de los psicoestimulantes en niños procedentes de barrios desfavorecidos como estímulo de mejora, independientemente de si cumplen o no el diagnóstico. Se trata de alumnos que presentan dificultades escolares, con bajos aprendizajes y problemas de conducta. Este hecho tiene un antecedente en el uso “cosmético” del Prozac y otros psicótropos usados por ejecutivos y profesionales liberales como refuerzo químico para afrontar la tensión de su tarea profesional.

Es conocido también el tráfico de esteroides y anabolizantes entre las tropas militares, destacadas en países en guerra, como sustancias estimulantes y fortalecedoras. A la lista podemos añadir el consumo de viagra por parte de jóvenes para garantizarse una performance sexual, compatible con el ritmo frenético de la fiesta. Sin olvidar la ingesta regular y en aumento de otras sustancias estimulantes (alcohol, cocaína).

Este consumo generalizado surge del empuje al goce instantáneo como vía de la búsqueda de la excelencia y la felicidad. Promueve así un régimen de autoerotismo que abandona a los cuerpos a sí mismos, sin más regulación ni mediación que aquella que deriva del cuerpo mismo. Eso supone gozar sin otro límite que la resistencia del cuerpo, hasta que aguante o explote como le sucedió al aspirante ruso al título mundial de sauna, Vladimir Ladyschenski, que en agosto de 2010, sufrió un colapso y falleció en el mismo lugar de la competición tras alcanzar la final.

El imperativo del funcionamiento aparece aquí como un pragmatismo radical aplicado a la “gestión” del cuerpo como si se tratase de una máquina, conectado siempre en on. Se revela como un ideal social cuya faz positiva es la excelencia y el triunfo pero Freud nos recordaba que todo ideal tiene su reverso y casos como el de Armstrong –no por casualidad el ciclismo requiere del máximo esfuerzo- nos muestran ese otro lado más oscuro. Estos días hemos conocido también que las muertes por suicidio entre los militares norteamericanos, jóvenes que someten su cuerpo al máximo rendimiento, ya superan las bajas por combate.

lunes, 21 de enero de 2013

Sin límites. Acerca de la corrupción



José Ramón Ubieto. Psicoanalista

La corrupción tiene una doble significación: abuso de poder para beneficio personal y degradación del cuerpo social y de los lazos comunitarios. No es un invento moderno ya que ha estado presente en cada época y en cada régimen con sus particularidades. Una diferencia es que las formas del poder autocráticas concentran poder y corrupción en unos pocos (inmunes) mientras que las democráticas la diseminan más. Tampoco hay que desdeñar el hecho de que sectores amplios de la población participan en ella si bien en mucha menor intensidad (dinero negro, pagos sin factura) que las elites políticas y financieras.

Quizás por ello conviene preguntarnos qué tenemos que ver los sujetos con ese fenómeno, en qué medida la corrupción forma parte de nuestra realidad psíquica. Toda persona para devenir un ser social debe pasar por el lenguaje. Fuera de él queda el niño-lobo reducido a su animalidad. En ese paso, señala Freud, perdemos algo de la satisfacción original inmediata. Hegel lo decía con otras palabras: el lenguaje es el asesinato de la cosa. Nuestra tarea vital será recuperar ese objeto perdido y mítico, colmar esa falta que nos constituye como seres hablantes. Para ello no nos faltan objetos para comer, tragar, expulsar, mirar, oír, tocar, acumular.

Nuestra época además exacerba esa búsqueda al hacer del gozar al máximo un imperativo que nos hiperactiva cada día más (Enjoy!). Ese empuje a la satisfacción, intensa e inmediata, encuentra en la acumulación de objetos (dinero, propiedades) un destino codiciado. Si además podemos hacerlo sin pagar peaje, clandestinamente, el goce es mayor.

Sólo las normas familiares y educativas primero, y las sociales después, regulan ese empuje y hacen que cada uno deba ceder algo de esa satisfacción para así lograr su inserción social en la escuela, la familia o la comunidad. El ejemplo princeps es el control de esfínteres por ser la primera coacción educativa: les pedimos a los niños que renuncien al placer de hacérselo encima para regularlo y depositarlo en el tiempo y en el lugar adecuado. Es evidente que algunos se resisten a ceder esa satisfacción y buscan siempre las vías para ahorrársela y acumular los beneficios.
La corrupción supone elidir esa regulación, obtener la satisfacción clandestinamente y sin el tributo que implica la convivencia y las normas que la rigen. En ese viaje siempre hay cómplices, que a veces se sienten menos beneficiados, sin una parte del goce que “les corresponde” y por ello denuncian el hecho.

Cierta cuota de corrupción es inherente, pues, al lazo social por formar parte de lo más íntimo del sujeto. Confiar en la ética personal de cada dirigente es necesario pero claramente insuficiente. Hace falta que los instrumentos de regulación y control del ejercicio del poder (fiscalización, sanciones) sean suficientes para acotarla y reducir sus daños.

No es casualidad que nuestra época esté tan marcada por decisiones cruciales que se tomaron en los años 80 a propósito de la desregulación del sistema financiero y sus consecuencias posteriores como la derogatoria de la Ley Glass-Steagall en 1999. La corrupción actual, política y financiera, es sin duda una de las herencias, junto al aumento de la pobreza y la desigualdad.

lunes, 14 de enero de 2013

Violencias invisibles




José Ramón Ubieto. Psicoanalista

El caso de los hermanos  Ruth y José o de Miriam, todos ellos niños asesinados por sus progenitores o cuidadores adultos, es una metáfora dramática de la invisibilidad y anonimato en que se ejercita la violencia contra los niños. Es un caso extremo pero ni mucho menos único. Cada día miles de niños en nuestro país sufren en silencio esa violencia por parte de sus progenitores, generalmente del padre, o de otros familiares con los que conviven.

En ocasiones se trata de una violencia física que deja huellas corporales y termina por detectarse. Muchas otras es una violencia más sutil, fruto de la negligencia o del maltrato psicológico intencionado o derivado de una patología mental grave.

Freud nos mostró los diferentes lugares que toman los hijos en la subjetividad de los padres y es por eso que la incidencia de esta violencia en un niño, si bien es siempre grave, en cada caso toma rasgos particulares, dependiendo de otros muchos factores (duración, actitud de los otros familiares, apoyo social, respuesta subjetiva de cada uno). 

La invisibilidad de esta violencia la hace más persistente y para algunas familias constituye su clave secreta, el lazo que las cohesiona, alrededor del cual la familia se mantiene unida y muda. A veces pasa un tiempo largo hasta que esa violencia “estalla” y surge como síntoma insoportable para alguien, habitualmente un hijo/a adolescente. Este vínculo paradójico, en que violencia y lazo afectivo se conjugan, produce efectos duraderos en los niños y a veces sólo una posterior ruptura permite tratarlos adecuadamente.

Como toda violencia, no se reduce al acto agresivo. Hay siempre una lógica y un proceso que puede sostenerse en discursos religiosos o culturales o en un odio feroz de carácter misógino. Son discursos que sirven al agresor para “legitimar” su acto y velar de paso algo del horror en juego. La ruptura, por parte de la mujer, de la relación de pareja quiebra esa homeostasis patológica y es vivida por el hombre como un abandono insoportable. Es entonces “en los confines donde la palabra dimite, donde empieza el dominio de la violencia que reina ya allí, incluso sin que se la provoque” (Jacques Lacan).

Fue Medea quien, despechada por el abandono de Jasón, mató a sus hijos, su bien más preciado como madre. De esta manera golpeó al hombre allí donde más podía dolerle en su condición de padre. Hoy cada nueva Medea nos conmociona por su excepcionalidad pero la regla, a menudo invisible, es otra.

martes, 8 de enero de 2013

TRASTORNS, MALTESTARS I DIVERSITAT. COM ABORDEM EL TDAH ?


TRASTORNS, MALTESTARS I DIVERSITAT. COM ABORDEM EL TDAH ?
24 i 25 de gener de 2013

LLOC: Il•lustre Col•legi d’Advocats de Barcelona (ICAB)


Cada època es confronta a la tensió entre allò que emergeix com a novetat i allò que roman invariable. Nens moguts i desatents en relació als aprenentatges n’hi ha hagut sempre. La novetat rau en la mentalitat contemporània, lligada a la pressa i a una noció del temps que no contempla l’espera ni el temps per a comprendre. Aquesta nova mentalitat hiperactiva que abasta el conjunt de la societat dona un nom al patiment dels nens i adolescents lligat als aprenentatges: TDAH, on conflueixen una diversitat de malestars i trastorns que cal esbrinar.

No es tracta doncs d’un judici sobre l’existència o no del TDAH sinó de comprendre, més enllà de la classificació diagnostica, a què al•ludeix?, Com i quan es pot detectar a l’escola, família, serveis de salut i d’atenció precoç? Com es diagnostica i quines implicacions legals, familiars i psicològiques té? Com abordar aquestes problemàtiques amb una perspectiva interdisciplinària que no es redueixi a un enfocament farmacològic i contempli altres estratègies educatives, clíniques i familiars? De quina manera podem conjugar una resposta efectiva per assegurar el dret a l’educció de tots els nostres infants i joves, amb la no estigmatització , la no discriminació, i amb el respecte absolut a tots els seus drets?

Aquestes Jornades volen ser un espai de reflexió al voltant d’aquests interrogants. Un i debat obert i interdisciplinari entre professionals de l’educació, famílies, juristes, metges/ses, psicòlegs/es, psiquiatres i treballadors/es socials concernits per aquesta problemàtica i per la seva diversitat.

PROGRAMA
Dijous 24

9.00 a 9:15    Registre de participants i entrega de documentació

9:15 a 10:00     Inauguració
Irma Rognoni, Regidora de Família, Infància, Usos del Temps i Discapacitats de l’Ajuntament de Barcelona.
Carme Gómez-Granell, Directora de l’ Institut d’Infància i Món Urbà (CIIMU).
Xavier Campà, jurista expert en infància i president de la Secció d’Infància d d’Infància de l’Il•lustre Col•legi d’Advocats de Barcelona (ICAB
10:00 a 11:30    Conferència Inaugural:

“CIENCIA Y SUBJETIVIDAD.El cas del TDAH “

Javier Peteiro. Metge.  Cap de la Secció de bioquímica del Complex Hospitalari de A Coruña. Autor de "El autoritarismo científico"

Presenta: José Ramón Ubieto. Psicoanalista. Psicòleg dels Serveis Socials de l’Ajuntament de Barcelona.

11:30 a 12:00    PAUSA – CAFÈ


12:00 a 14:00    Taula Rodona: “Noves mentalitats: infants poc atents i molt moguts”
Presenta i Modera: Montserrat Tur. Jurista experta en família i infància.i Secretària de la Secció d’Infància de l’Il•lustre Col•legi d’Advocats de Barcelona (ICAB).


 Intervenen:

“TDAH, de la noció de dèficit a l'escletxa digital”
Josep Moya. Psiquiatra, psicoanalista. Coordinador de l’Observatori de Salut Mental de Catalunya (OSAMCAT).

“La petita xarxa d'acompanyament: una experiència educativa per escoltar i tractar els problemes de regulació del comportament a l’escola”
Enric Bolea, Psicopedagog i Psicòleg. Coordinador del Servei Educatiu Específic en els Trastorns del Desenvolupament i de Conducta del Baix Llobregat (SEETDiC- Baix Llobregat). Professor Consultor de la Universitat Oberta de Catalunya.

FILA CERO:

Marga Gibert Coordinadora del CDIAP APINAS (Anoia) i membre de la Junta de l’Associació Catalana d’Atenció Precoç
Anna López. Presidenta de l’Associació TDAH Vallés
Joan Puig. Director Escola Sunion
Coral Regi, Directora de la Escola Virolai.
Imma Sau Pediatra del Cap de Santa Coloma de Farners

Divendres 25

9:00 a 11:00    Taula rodona: “Implicacions legals i psicosocials del diagnòstic i tractament TDAH”
Presenta i modera: Rosa Bertran. Advocada i vice-presidenta de la Secció d’Infància de d’Infància de l’Il•lustre Col•legi d’Advocats de Barcelona (ICAB

Intervenen:

" TDAH: ¿Inquietudes o movimientos? ¿Niños o diagnósticos?"
Susana Brignoni. Psicòloga Clínica. Psicoanalista. Coordinadora del Servei d’Assessorament a Residències de la DGAIA de la Fundació Nou Barris per a la Salut Mental.

Drets dels infants i joves amb TDAH a l’escola, diagnòstic i mesures.
Montserrat Tur. Advocada i mediadora familiar. Experta en dret de família i infància.  Secretària de la Secció d’Infància de l’Il•lustre Col•legi d’Advocats de Barcelona (ICAB).

Eva García. Jurista i Inspectora de l’Autoritat Catalana de Protecció de Dades.

FILA CERO:
Isabel Miralles. Doctora en dret i professora titular de dret civil de la UB.
Maria Dolors Viñas i Maestre. Magistrada de la Sala 18 de família de l’Audiència Provincial de Barcelona.
Angel Edo. Pediatra del CAP Carmel
Segundo Moyano. Educador social. Professor de la UOC
Montserrat Pàmias. Presidenta de la Societat Catalana de Psiquiatria infanto-juvenil

11:00 a 11:30     PAUSA - CAFÈ

11:30 a 13:30    Taula rodona: “Respostes assistencials i educatives als malestars ‘hiperactius’”

Presenta i modera: Francesc Vilà. Membre del Consell Assessor de Polítiques Socials i Familiars (CAPSiF) de la Generalitat de Catalunya i Director sociosanitari de la Fundació Cassià Just.

Intervenen:


"Problemes de comportament en l’entorn de l’aula"
Concha Fernández. Directora de l’Institut Menéndez y Pelayo, professora de Filosofia i autora de “El aula desierta”.

“Medicalització dels nens, els joves i l'escola: el TDAH”
Joan-Ramon Laporte. Catedràtic de Terapèutica i Farmacologia Clínica de la UAB

“Com donar-se el temps per escoltar als nens i adolescents “hiperactius”?
José Ramón Ubieto. Psicoanalista. Psicòleg dels Serveis Socials de l’Ajuntament de Barcelona.


FILA CERO:

Ramon Almirall. Psicòleg i psicopedagog (EAP Horta-Guinardó). Coordinador del Programa Interxarxes.
Jaume Francesch, psicopedagog de l' EAP de Martorell i President de l’Associació de Psicopedagogs de Catalunya
Gemma Garcia. Mestra i antropòloga. Inspectora d’Educació.
Rosa Ma. Miró. Pedagoga i Vice-Presidenta de la Xarxa d’Innovació Pedagògica. Consultora de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Xavier Puigdollers. Jurista, Expert en infància i Director Gral. d’Afers Religiosos.


CLOENDA.
CARME GOMEZ GRANELL. Directora del CIIMU
EUDALD VENDRELL, VICE-DEGÀ DE L’ICAB.