La Vanguardia. Política. Miércoles,
25 de febrero de 2015
La lógica de una
vida no es pensable nunca si no se tiene al menos la perspectiva de tres
generaciones. Abuelos, padres e hijos se enlazan así y esa clave generacional
nos permite entender algunas razones y algunos actos.
El caso Pujol puso
de entrada esta clave en juego al situar la herencia de Florenci Pujol y los
negocios de sus nietos. En el medio estaba la duda sobre lo que el padre sabía
o permitía. La comparecencia parlamentaria de Jordi Pujol Ferrusola evocó el
estilo del abuelo, hombre caracterizado por su habilidad para los negocios, con
otro estilo que el padre. Un conseguidor, alguien atrevido y un poco por
delante de sus coetáneos.
JPF muestra sin
duda un rasgo identificatorio a este abuelo, con el que tuvo una relación
especial. Exhibe con una enunciación fuerte sus habilidades y sin vacilar
muestra la seguridad del que está convencido de saber más que aquellos que lo
interrogan. Por eso da detalles y muchos datos allá donde los otros aportan más
valoraciones y juicios que pruebas.
JPF es el que tiene
y sabe, el personaje “espabilado”, dinamizador que se anticipa sorprendiendo
así a sus interlocutores. Donde esperan su renuncia él ofrece el cd de la
charla de su ex amante con la diputada Alicia Sánchez Camacho como prueba de
que domina la situación. No duda tampoco en desafiar al líder, que había
declarado anteriormente no tener una relación de amistad íntima con JPF,
afirmando que Mas es "muy amigo" suyo.
“Dicen, dicen,
dicen….” letanía del padre que insiste en esta asimetría entre los que están
convencidos de poseer la verdad y aquellos que, en su ignorancia, quedan
relegados a un segundo plano. La lección sobre los coches muestra esa seguridad
en su saber hacer, que se puede leer
como arrogancia o socarronería pero que denota también el talante de alguien
que atribuye a su talento –y evidentemente con una posición familiar
privilegiada- sus capacidades como conseguidor.
"Me gustan los coches viejos y sé comprar coches viejos",
signo claro de esa autoestima
elevada del que sabe que, como el abuelo en su época, va un paso por delante de
los demás.