“La manada es un ejemplo de jóvenes que no han afrontado el cambio de la adolescencia”
Diario Atlántico. Vigo. Rosé Carrera. 20/05/2018
José Ramón Ubieto es uno de los mayores especialistas de España en el campo de la adolescencia. Este psicólogo clínico, miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis y profesor en la Universitat Oberta de Catalunya, ha dirigido el trabajo “Bullying. Una falsa salida para los adolescentes” (Ned Ediciones), galardonado con el Premio Ángel Garma al mejor trabajo de psicoanálisis. Ayer abría en Vigo la quinta Xornada de Saúde Emocional na Infancia e na Adolescencia, con la conferencia inaugural sobre “Axúdanos falar de mozos violentos?”
Probablemente son las dos cosas. Por un lado se conoce mejor, es mucho más visible; estamos más pendientes de estas situaciones, pero eso no necesariamente quiere decir que haya un aumento exponencial.
Por ejemplo, hace unos años, o unas décadas, la violencia de género se conocía menos pero se practicada porque legalmente estaba admitida y los derechos del padre de familia le permitían eso. Por tanto estaba más generalizada porque no había el componente de denuncia que, afortunadamente, hay ahora con los derechos de las mujeres. También había unas referencias, para los que tenemos una cierta edad, como era el peso de la autoridad, de la familia y de la escuela, que ahora no hay. Estamos en un momento de transición en el que hay que encontrar otras referencias; no digo volver a aquello porque la nostalgia no sirve de mucho, pero sí encontrar otros modos de tratarlo. Hay que ser optimista en el sentido de que los jóvenes de ahora, como nosotros mismos tuvimos, tienen problemas y hay que acompañarlos en esa búsqueda.
¿Están relacionados estos problemas con las nuevas formas que tienen los jóvenes de relacionarse a través de las nuevas tecnologías?
La realidad digital es una realidad nueva y muy importante que vino para quedarse. Toda generación aporta una novedad y el reto y el desafío es acogerla. Acoger no quiere decir aceptarla sin más; quiere decir aceptar lo bueno —y tiene muchos aspectos positivos, ya que favorece muchos vínculos, muchas creaciones, generación de información, etc.—, pero también criticar sus aspectos negativos, ya que es verdad que produce efectos de violencia, de abusos. Los adultos no los podemos dejarlos solos con esos objetos, cosa que hemos hecho. En el libro que acabamos de publicar, “Niñ@s híper”, hablamos del desamparo digital en que hemos incurrido al llenarlos de objetos y dejarlos solos como si ya se manejasen con ellos, cuando eso incorpora un componente de muerte, de violencia, de abuso... Tenemos que buscar la forma de que esa nueva realidad ayude a los jóvenes.
La realidad digital es una realidad nueva y muy importante que vino para quedarse. Toda generación aporta una novedad y el reto y el desafío es acogerla. Acoger no quiere decir aceptarla sin más; quiere decir aceptar lo bueno —y tiene muchos aspectos positivos, ya que favorece muchos vínculos, muchas creaciones, generación de información, etc.—, pero también criticar sus aspectos negativos, ya que es verdad que produce efectos de violencia, de abusos. Los adultos no los podemos dejarlos solos con esos objetos, cosa que hemos hecho. En el libro que acabamos de publicar, “Niñ@s híper”, hablamos del desamparo digital en que hemos incurrido al llenarlos de objetos y dejarlos solos como si ya se manejasen con ellos, cuando eso incorpora un componente de muerte, de violencia, de abuso... Tenemos que buscar la forma de que esa nueva realidad ayude a los jóvenes.
¿Qué hay detrás de las situaciones de violencia? ¿Qué lleva a un joven a convertirse en acosador?
El acoso es el estado natural del adolescente. Un adolescente, por definición, está acosado: acosado por su cuerpo, porque de repente ha descubierto que la vida es más complicada que la vida infantil y, además, tiene un cuerpo que no para de exigirle; no para de exigirle una imagen que sea amable para el otro, de exigirle una satisfacción y una identidad sexual que no tenía y que tiene que descubrir... Por tanto, esa exigencia continua, que el cuerpo ejerce sobre los adolescentes, les acosa. El acoso escolar, el bullying, es una falsa salida porque es una manera de desplazar ese acoso a un chivo expiatorio. Es decir, para que mi cuerpo deje de acosarme, para que yo no me sienta de menos y en precario, vamos a convertir a otro en precario de todos. Esa es la raíz del acoso: elegir a alguien, a veces por un rasgo banal como ser gordo, un chico aislado...
El acoso es el estado natural del adolescente. Un adolescente, por definición, está acosado: acosado por su cuerpo, porque de repente ha descubierto que la vida es más complicada que la vida infantil y, además, tiene un cuerpo que no para de exigirle; no para de exigirle una imagen que sea amable para el otro, de exigirle una satisfacción y una identidad sexual que no tenía y que tiene que descubrir... Por tanto, esa exigencia continua, que el cuerpo ejerce sobre los adolescentes, les acosa. El acoso escolar, el bullying, es una falsa salida porque es una manera de desplazar ese acoso a un chivo expiatorio. Es decir, para que mi cuerpo deje de acosarme, para que yo no me sienta de menos y en precario, vamos a convertir a otro en precario de todos. Esa es la raíz del acoso: elegir a alguien, a veces por un rasgo banal como ser gordo, un chico aislado...
¿Un chico diferente?
Lo que nosotros descubrimos en la investigación es que solo hay una causa que es común a todas las víctimas y que no es la diferencia, ya que a veces lo diferente puede ser valioso, como un chico más guapo, más rarito... La razón de ser víctima es que no puede responder. La víctima de acoso es aquella que, por algún motivo, no puede responder al acoso y no puede normalmente por problemas suyos, y eso lo convierte en vulnerable. Sobre los acosadores hay perfiles muy diversos. Los que acosan son muchas veces chicos que han sido acosados ellos mismos, que no acaban de resolver este problema de como hacerse con esta nueva realidad y optan por esa falsa salida. Normalmente, y afortunademente, el acoso a partir de los 16 años no existe. Por eso decimos que es una falsa salida temporal, porque esa salida que no encuentran tienen después la oportunidad de encontrarla en la vida adulta. Cuando se quedan, como es el caso de “La Manada”, son esos casos de estos adolescentes que no han podido afrontar solos estos cambios y se tienen que refugiar en un grupo y convertirse en una especie de manada, de jauría humana con la cual siempre van a encontrar chivos expiatorios, sean mujeres para violar, sean otros chicos para pelearse, etc.
Lo que nosotros descubrimos en la investigación es que solo hay una causa que es común a todas las víctimas y que no es la diferencia, ya que a veces lo diferente puede ser valioso, como un chico más guapo, más rarito... La razón de ser víctima es que no puede responder. La víctima de acoso es aquella que, por algún motivo, no puede responder al acoso y no puede normalmente por problemas suyos, y eso lo convierte en vulnerable. Sobre los acosadores hay perfiles muy diversos. Los que acosan son muchas veces chicos que han sido acosados ellos mismos, que no acaban de resolver este problema de como hacerse con esta nueva realidad y optan por esa falsa salida. Normalmente, y afortunademente, el acoso a partir de los 16 años no existe. Por eso decimos que es una falsa salida temporal, porque esa salida que no encuentran tienen después la oportunidad de encontrarla en la vida adulta. Cuando se quedan, como es el caso de “La Manada”, son esos casos de estos adolescentes que no han podido afrontar solos estos cambios y se tienen que refugiar en un grupo y convertirse en una especie de manada, de jauría humana con la cual siempre van a encontrar chivos expiatorios, sean mujeres para violar, sean otros chicos para pelearse, etc.
Estamos en pleno siglo XXI. ¿Está la educación, las aulas, preparadas para abordar e integrar realidades como la de los niños con TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) o niños con trastorno del espectro autista?
Primero hay que señalar que la labor de los enseñantes es muy complicada y yo trabajo mucho con escuelas, sé las dificultades que tienen y no quiero juzgarlos. Dicho esto, hay que decir que las clases se inventaron en el siglo XIX y estamos en el siglo XXI. Algo tiene que cambiar en el sistema educativo para acoger todas las novedades. Cuando se inventaron las clases no existía el 'zapping'. Actualmente, ¿cuántos adultos, usted y yo mismo, estaríamos más de una hora haciendo una actividad sin cambiar? Seguramente estamos un ratito, vamos a otro lado, cambiamos... El 'zapping' es el modo que tenemos nosotros actualmente de relacionarnos. Pedirles a los niños que se comporten como alumnos del siglo XIX en el XXI con todos los estímulos que nosotros mismos hemos introducido es un poco paradójico. Por tanto, hay que ser conscientes de que la educación tiene que incluir aspectos como la movilidad, que tiene que ser un factor en el aprendizaje no como una conducta perturbadora, sino como un elemento más. La movilidad quiere decir trabajo por proyectos, no usar solo el aula sino introducir otras herramientas. Eso seguramente reducirá mucho los problemas en el TDAH
Primero hay que señalar que la labor de los enseñantes es muy complicada y yo trabajo mucho con escuelas, sé las dificultades que tienen y no quiero juzgarlos. Dicho esto, hay que decir que las clases se inventaron en el siglo XIX y estamos en el siglo XXI. Algo tiene que cambiar en el sistema educativo para acoger todas las novedades. Cuando se inventaron las clases no existía el 'zapping'. Actualmente, ¿cuántos adultos, usted y yo mismo, estaríamos más de una hora haciendo una actividad sin cambiar? Seguramente estamos un ratito, vamos a otro lado, cambiamos... El 'zapping' es el modo que tenemos nosotros actualmente de relacionarnos. Pedirles a los niños que se comporten como alumnos del siglo XIX en el XXI con todos los estímulos que nosotros mismos hemos introducido es un poco paradójico. Por tanto, hay que ser conscientes de que la educación tiene que incluir aspectos como la movilidad, que tiene que ser un factor en el aprendizaje no como una conducta perturbadora, sino como un elemento más. La movilidad quiere decir trabajo por proyectos, no usar solo el aula sino introducir otras herramientas. Eso seguramente reducirá mucho los problemas en el TDAH